Quinientos años de la primera diócesis de América

Enviado papal, cardenal Amigo: “Hace falta una nueva evangelización”

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SANTO DOMINGO, martes 23 de agosto de 2011 (ZENIT.org).- En la ciudad de Santo Domingo, tuvieron lugar las celebraciones del quinto centenario de la creación de la primera diócesis de América. El enviado papal, cardenal Carlos Amigo, subrayó la urgencia en la Iglesia de América de una nueva evangelización.

Benedicto XVI había nombrado al cardenal Carlos Amigo Vallejo su enviado especial a estas celebraciones y también a las que tuvieron lugar en San Juan de Puerto Rico.

El purpurado presidió los actos de clausura, el 7 y 8 de agosto, del Año Jubilar. El enviado papal saludó al arzobispo de Santo Domingo, cardenal Nicolás de Jesús López, así como al nuncio monseñor Józer Wesolowki, a las autoridades eclesiásticas y civiles, y a todo el pueblo fiel congregado en la catedral primada de América. A todos, dijo, “me complace traerles la bendición y el afecto del santo padre Benedicto XVI”.

El cardenal Amigo en su homilía recordó que, en la isla La Española, que comparten dos países en la actualidad: República Dominicana y Haití, se habrían de crear dos diócesis: La Vega y Santo Domingo. En algún momento fueron una sola.

Personalidades como Sebastián Ramírez de Fuenleal y Alonso De Fuenmayor, dijo el purpurado, “han de figurar en los anales de esta iglesia de La Española, como unos obispos fieles a su ministerio y entregados por completo al servicio del pueblo de Dios que se les había confiado”.

Pero no sólo como obispos, sino que “como hombres comprometidos y responsables con el Evangelio, a todos sirvieron y lograron” que esta isla “estuviera en las páginas más gloriosas de la historia de la Iglesia en América”.

“El Señor ha querido que el Evangelio llegara allí donde se encuentran los hombres, en su historia y con su propia cultura. La historia hay que leerla desde la fe, pero no pretender cambiar la fe para que se adapte a la historia de los hombres. Es historia de salvación. Quien salva es Dios”, dijo y recordó los días de gracia en los que la Iglesia ponía en América unos sólidos fundamentos en sus estructuras evangelizadoras.

La acción evangelizadora de la Iglesia “debe buscar constantemente los medios y el lenguaje adecuados para proponerles o volverles a proponer la revelación de Dios y la fe en Jesucristo”, dijo.

Nueva evangelización

Mencionó que, en la Asamblea del CELAM celebrada aquí, en Santo Domingo en 1992, se subrayó “la necesidad de una nueva evangelización, con una Iglesia fuertemente arraigada en Pentecostés, que desea crear tiempos nuevos de evangelización, siempre teniendo como fundamento una fe sólida, una caridad intensa, una seria fidelidad y un entusiasmo lleno de fundadas esperanzas”.

“Tenemos necesidad de una nueva evangelización que impulse a profundizar en los valores de nuestra fe, para que sean levadura fecunda y configuren la identidad de los pueblos que un día recibieron la luz del Evangelio”, subrayó el purpurado, arzobispo emérito de Sevilla, de donde partieron muchas naves para evangelizar el Nuevo Mundo.

Bendijo a Dios por toda su bondad, por estar celebrando los quinientos años de la erección de la archidiócesis de Santo Domingo. “La diócesis –dijo- es una parte del pueblo de Dios. No tiene ni otros intereses ni otros proyectos que no sean los que Dios, en Jesucristo, quiere para todos los hombres. Ahora bien, como pueblo que camina peregrino por este mundo, se hace visible en las personas, en su organización, allí donde vive y trabaja”.

“La Iglesia –afirmó- es inconcebible sin Cristo y sin los miembros que componen el cuerpo de Cristo. Una Iglesia universal presente en cada una de las diócesis. Una Iglesia con vocación de eternidad, pero presente en un mundo concreto. A la Iglesia universal estamos unidos en los fuertes vínculos de comunión en la misma fe y en el magisterio del Papa, que es Pastor universal”.

“Que Jesucristo el Señor, con la bienaventurada Virgen María, bendiga a esta Iglesia diocesana de Santo Domingo y a cuantos en ella peregrinan a la casa de Dios. Y que nuestro testimonio cristiano sirva para que todos los hombres alaben a Dios. Que Nuestra Señora de la Altagracia bendiga esta Iglesia de República Dominicana que se honra en tenerla como madre y patrona”, concluyó.

Museo, medalla y libro

La archidiócesis de Santo Domingo puso a circular una medalla conmemorativa de los quinientos años y el libro Basílica Catedral de Santo Domingo, que recoge la historia de la catedral primada de América.

El presidente Leonel Fernández y su esposa Margarita Cedeño, asistieron al acto de inauguración del Museo de la Catedral. La presentación del libro la hizo el cardenal arzobispo de Santo Domingo quien aseguró que la publicación había sido un sueño acariciado durante mucho tiempo.

Además del enviado papal, asistieron el nuncio y el embajador de Taiwán, Isaac Tsai, cuyo gobierno ha contribuido a la creación del museo, miembros del cuerpo diplomático, arquitectos, museógrafos, historiadores y otras personalidades de la vida nacional.

El ciclo de celebraciones del 500 aniversario se inició el 5 de agosto, en la Sala Carlos Piantini del Teatro Nacional, con un concierto especial del Coro de la Catedral Primada de América y su Orquesta, que estrenó la obra Misa Criolla, del compositor Héctor Martínez Cabruja, e interpretó obras de los grandes maestros de los diversos periodos de la música culta.

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ZENIT Staff

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