R. D. Congo: El arzobispo de Kisangani pide el fin de la violencia interétnica

Hace un llamamiento a la Comunidad Internacional y pide ayuda a la ONU

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KISANGANI, 13 mayo 2003 (ZENIT.org).- El arzobispo de Kisangani, monseñor Laurent Monsengwo Pasinya, ha manifestado su profunda inquietud por la violencia que está padeciendo la ciudad de Bunia y ha condenado «con firmeza las acciones fraticidas que están diezmando la población de Ituri», región al noroeste de la República Democrática de El Congo.

El sábado pasado, en los locales de parroquia de Nyakasanza, en los alrededores de Bunia, el párroco –el padre François Xavier Mateseso — y el vicepárroco –padre Aimé Ndjabu– fueron asesinados por las milicias de la etnia Lendu. En los locales de la iglesia se habían refugiado numerosas personas, de las cuales al menos 48 perdieron también la vida.

La noche del 6 al 7 de mayo, otro sacerdote fue asesinado en su casa. Se trata del padre Raphael Ngona. De acuerdo con las declaraciones de un misionero de los Padres Blancos a la agencia Fides, la situación responde a «una venganza étnica».

«Los dos sacerdotes –asesinados el sábado– y las demás víctimas eran de etnia Hema y fueron asesinados por guerrilleros Lendu. La comunidad internacional debe tomar nota de lo que está ocurriendo en Ituri, porque podría desencadenarse una tragedia similar a la de 1994 en Ruanda», afirma el sacerdote.

En las últimas horas, los hombres de Thomas Lubanga –líder de la UPC (Unión de los Patriotas Congoleños), en cuyas filas hay hombres de la etnia Hema– han tomado la ciudad de Bunia, que se ve envuelta en el caos tras la retirada, el miércoles pasado, de las tropas ugandesas que la controlaban.

«Pedimos a unos y a otros que detengan este ciclo de violencia y que emprendan sin demora iniciativas orientadas a la paz, al perdón y a la reconciliación fraterna», declaró monseñor Monsengwo en una nota difundida desde Kinshasa, según informa la agencia Misna.

«Solicitamos además a la Monuc (Misión de observadores de las Naciones Unidas en el Congo), al Consejo de Seguridad de la ONU, a las grandes potencias y a todos los implicados que adopten medidas enérgicas y eficaces con vistas al final de las hostilidades y a la paz en Ituri y en la República Democrática del Congo», añadió el prelado.

La violencia entre las etnias Hema y Lendu se da desde hace años. «La población Lendu representa la mayoría en Bunia y es la población originaria de la zona. Los Hema proceden sin embargo de Uganda y eran aliados de Kampala. En la actualidad apoyan al líder de la UPC, Thomas Lubanga, filoruandés», explicó a los micrófonos de Radio Vaticana el padre Valerio Shango, portavoz en Italia de los obispos del Congo.

«Por lo tanto, Uganda ha dado la vuelta a su propia estrategia, apoyando a la población Lendu –añadió–. Ello ha encendido de nuevo el odio interétnico. Se trata de un enfrentamiento entre Ruanda y Uganda por el control del territorio y de todas las riquezas de Bunia: yacimientos de oro y petróleo, especialmente».

De acuerdo con el padre Shango, «ese es el fondo de la cuestión: Uganda no quiere perder el control y Ruanda quiere conquistar toda la zona. Desgraciadamente, la misión de la Monuc se limita sólo a la aplicación de los acuerdos del “alto el fuego” y a la protección del personal de la ONU».

«Se espera que el Consejo de Seguridad haga algo pronto para adecuar esta presencia a la realidad del Congo y para que no se arruine el proceso de paz en la región», concluyó.

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ZENIT Staff

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