Radiografía de la violación de los derechos humanos, según Estados Unidos

Un informe anual examina el mundo

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WASHINGTON, sábado, 25 marzo 2006 (ZENIT.org).- El Departamento de Estado de Estados Unidos publicaba el 8 de marzo su revisión anual de los derechos humanos en el mundo. La publicación, «Informes por Países sobre la Práctica de Derechos Humanos en el 2005», comprende expedientes de 196 países.

Como resulta habitual el informe recibió críticas de algunos países que se sintieron ofendidos al publicar Estados Unidos su ficha. China criticó el historial de derechos humanos de Estados Unidos, informó el 9 de marzo el New York Times. «Como en los últimos años», indicaba una declaración publicada por el Consejo de Estado de China, «el Departamento de Estado ha apuntado con el dedo a las situaciones de derechos humanos en más de 190 países y regiones, incluyendo a China, pero guarda silencio sobre las graves violaciones de derechos humanos en Estados Unidos».

Rusia tampoco se ha alegrado. Reuters citaba el 10 de marzo al ministro de asuntos exteriores: «Desgraciadamente, dichos informes injustos obstaculizan el desarrollo de las relaciones Estados Unidos – Rusia».

Anticipándose quizás a dichas críticas, la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, comentó, durante la presentación del informe, que la promoción de los derechos humanos y la democracia «ayuda a cimentar una paz duradera en el mundo». También advirtió que las naciones libres tienen el deber de defender los derechos humanos y ayudar a extender la democracia.

La introducción del informe hace seis extensas observaciones, basadas en los datos recogidos:

— Los países en los que el poder se concentra en manos de gobernantes irresponsables tienden a ser los mayores violadores sistemáticos de derechos humanos del mundo. Estos estados van desde sistemas totalitarios cerrados, que someten a sus ciudadanos a una privación general de sus derechos básicos, hasta sistemas autoritarios en los que el ejercicio de los derechos básicos está gravemente restringido.

— Los derechos humanos y la democracia están estrechamente unidos, y ambos son esenciales para la estabilidad y la seguridad a largo plazo. Las naciones libres y democráticas que respetan los derechos de sus ciudadanos ayudan a fundamentar una paz duradera.

— Algunas de las más graves violaciones de derechos humanos son cometidas por gobiernos dentro del contexto de conflictos internos y/o fronterizos.

— Donde la sociedad civil y los medios de comunicación independientes están amenazados, se ven amenazadas las libertades fundamentales de expresión, asociación y asamblea. Una sociedad civil robusta y unos medios independientes ayudan a crear las condiciones bajo las que los derechos humanos pueden prosperar.

— Las elecciones democráticas por sí mismas no aseguran que se respeten los derechos humanos. Pero dichas elecciones pueden poner a un país en la senda de la reforma y poner las bases para institucionalizar protecciones de los derechos humanos.

— El progreso en las reformas democráticas y en los derechos humanos ni es lineal ni está garantizados. Pueden malograrse los avances con irregularidades y pueden darse graves reveses.

El caso chino y asiático
Las quejas de China quizá fueron causadas por las duras críticas del departamento de estado norteamericano. Su expediente de derechos sigue siendo pobre, indicaba el informe, puesto que el gobierno de Pekín continúa «cometiendo numerosos y graves abusos».

Entre los abusos observados están los siguientes: abusos físicos que dan como resultado muertes en prisión; hostigamiento, detención y encarcelamiento de aquellos que son considerados como una amenaza al partido y a la autoridad del gobierno; un poder judicial controlado políticamente y la falta del debido proceso en determinados casos; aumento de las restricciones a la libertad de expresión y de prensa; represión cultural y religiosa de las minorías; y trabajo forzado.

Corea del Norte también era objeto de crítica en cuanto a los derechos. Entre los abusos subrayados en el informe norteamericanos estaban los asesinatos extrajudiciales, las desapariciones y las detenciones arbitrarias; abortos forzados e infanticidios en prisiones; falta de un poder judicial independiente y de juicios justos; y la negación de la libertad de expresión, prensa y asociación.

El departamento de estado calculaba que de 150.000 a 200.000 personas son retenidas en los campos de concentración de zonas remotas, incluyendo por razones políticas. Los informes indican que las condiciones en los prisioneros políticos son extremadamente duras y muchos internos no se espera que sobrevivan.

El continente africano
La sección dedicada a África observaba numerosos problemas. En el Congo, por ejemplo, el control de algunas áreas del país por parte del gobierno sigue siendo débil, con grupos armados que operan libremente. E incluso donde el gobierno ejerce su control, las autoridades civiles son generalmente incapaces de mantener un control eficaz de las fuerzas de seguridad, que, afirmaba el informe, cometen con impunidad numerosos y graves abusos contra los derechos humanos, especialmente en el este.

Sudán es otro país con graves problemas de derechos humanos. Tanto el gobierno como las fuerzas de la milicia, que actúan con el apoyo del estado, han cometido graves abusos durante el último año. El departamento de estado citaba cifras de la Organización Mundial de la Salud que estiman que los conflictos han causado 70.000 muertes de civiles y 1,9 millones de refugiados.

Zimbabwe también ha sido identificado como un país con un historial «muy pobre» en derechos humanos. Durante la última campaña electoral, el gobierno siguió interfiriendo las actividades de la oposición. El informe también mencionaba la campaña del gobierno para demoler las edificaciones supuestamente ilegales. Esta campaña ha desplazado o destruido el sustento de más de 700.000 personas, muchas de las cuales también han perdido el acceso a la educación y a los cuidados médicos.

Impunidad legal
En el capítulo del informe dedicado Rusia era señalada por los abusos de derechos humanos en el conflicto interno en y alrededor de Chechenia. Tanto las fuerzas federales como los aliados del gobierno checheno actúan generalmente con impunidad legal, acusaba el informe. No se ha detectado esfuerzo alguno de las autoridades federales por contener los extendidos abusos de derechos humanos.

En cuanto a Rusia misma, el departamento de estado expresaba su preocupación por la continuada centralización del poder en el brazo ejecutivo, combinada con las restricciones a los medios y un parlamento obediente. Otros efectos incluyen la corrupción y la acepción de personas en la aplicación de la ley, la presión política sobre la judicatura, y el hostigamiento a algunas organizaciones no gubernamentales.

Pero se han dado algunos avances positivos. El informe comentaba que la judicatura ha demostrado una mayor independencia en algunos casos. Y las reformas iniciadas en años anteriores han seguido produciendo mejoras en el sistema penal de justicia. Las autoridades han intentado también combatir los problemas de maltrato racial y étnico.

Muchas de las repúblicas formadas como resultado de la desmembración de la Unión Soviética también tienen graves problemas de derechos humanos, comentaba el informe. En Azerbaiyán, por ejemplo, tienen lugar muertes debido a la tortura y al apaleamiento de personas detenidas, y los opositores políticos al gobierno están sujetos a arrestos y detenciones arbitrarias.

En Bielorrusia la situación ha empeorado en algunas áreas, cometiéndose «numerosos y graves abusos» por parte del gobierno. Los problemas incluyen desaparición de figuras de la oposición y de un periodista; arresto arbitrario y detención de ciudadanos por razones políticas; falta de independencia judicial; y pérdida
de aprobación de organizaciones no gubernamentales e iglesias.

Oriente Medio
Los países de Oriente Medio siguen teniendo graves problemas en el área de los derechos humanos. Arabia Saudita ha tenido abusos como arrestos arbitrarios, quebrantamiento de la privacidad, falta de libertades civiles y religiosas, y falta de independencia judicial, afirmaba el informe norteamericano.

No obstante, el año pasado se vieron algunos progresos en Arabia Saudita. Por primera vez desde 1963 ha habido elecciones para algunos cuerpos legislativos del gobierno, aunque no se permitió a las mujeres votar o presentarse a cargos. El departamento de estado también observó que durante el 2005 la atención pública sobre los derechos humanos aumentó, y que, a diferencia de los años anteriores, los temas de derechos recibieron atención de los medios.

Irán recibió duras críticas. El informe observaba que el 16 de diciembre la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó una resolución expresando su preocupación sobre los problemas de derechos humanos en el país. Los problemas incluían ejecuciones sumarias, incluyendo a menores; violencia de grupos de vigilantes con lazos con el gobierno; arrestos y detenciones arbitrarias; y graves restricciones a la libertad de religión. Y con las más recientes disputas sobre su programa nuclear, Irán ha encontrado que el número de críticas sigue aumentando.

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ZENIT Staff

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