Reaparece «Christus», primera gran obra religiosa de la historia del cine

Aparece una copia del filme de Antamoro de 1916

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ROMA, 26 marzo 2002 (ZENIT.org).- Una copia de «Christus», la primera gran producción cinematográfica de carácter religioso de la historia, realizada en 1916, acaba de ser descubierta y restaurada por dos equipos de investigación paralelos.

Giulio Cesare Antamoro, su autor, realizó una auténtica proeza para la época del cine mudo: tres años de rodaje en Palestina y Egipto, miles de comparsas. Tres nobles de la aristocracia de Roma se endeudaron para financiar la producción.

Era un denso filme de dos horas con intenciones muy cultas, subtítulos a veces en latín o citas literales de Dante Alighieri. Las escenas se inspiraban en las grandes obras de la pintura italiana, como por ejemplo, la Anunciación del Beato Angelico.

Hasta ahora el «Christus» de Antamoro –noble romano con el hobby del cine– se consideraba como una obra perdida. Avvenire revela este domingo que dos equipos de investigación cinematográfica han restaurado dos copias que ahora pueden ser contempladas.

La última vez que se mostró al público la película original de «Christus», según documentan los historiadores del cine, fue en 1928. Se proyectó sobre el muro del Santo Sepulcro en Jerusalén. Los espectadores la vieron de rodillas.

Desde entonces, se había perdido la pista de aquella obra. Hace dos años la productora italiana Titanus, cuyo director general Goffredo Lombardo –hijo del productor de la obra original y de la protagonista de aquella obra maestra–, logró reconstruirla uniendo varios trozos de copias dispersas en los museos del cine de todo el mundo.

Aquel titánico esfuerzo de restauración histórica fue presentado ya digitalizado en la última Bienal de Venecia.

Ahora, del polvo de archivos cinematográficos desparramados por Italia, ha surgido una reducción inédita y nunca censada del «Christus». Se trata de la versión para el mercado popular español preparada por la célebre casa de producción Pathé Frères de París. En la práctica, se trataba de una síntesis recortada del original.

El hallazgo es obra de Attilio Mina, profesor de cine en el Instituto de Arte de Giussano (Italia), quien ha logrado hacer la restauración gracias a un trabajo de chinos realizado por sus alumnos, quienes revisaron, fotograma por fotograma, al ordenador, el material de archivo que habían previamente digitalizado.

Montaron los fotogramas en un vídeo digital que fue presentado este lunes. «De la película de Antamoro –explica Attilio Mina–, la copia redescubierta mantiene sólo 37 minutos, pues el montador había eliminado escenas, con una dirección bastante moderna».

La obra «es considerada con mucho el más completo de todos los filmes religiosos», escribe el historiador del cine Lionello Ghirardini.

El reparto era de máximo nivel: la Virgen es Leda Gys, una de las mejores actrices del cine mudo; Alberto Pasquali interpreta un Cristo lleno de sentimiento; la sensual Aurelia Cattaneo interpreta a María Magdalena. Para las imponentes escenas de masa se contrataron incluso las tropas del protectorado inglés en Palestina.

Algunas secuencias son todavía hoy magistrales, como la del diablo de las tentaciones que parece surgir de las rocas del desierto o la deposición de Jesús con la piedra de la tumba que progresivamente alarga su sombra sobre el cuerpo envuelto en el sudario.

La Última Cena es una primeras de las secuencias de la historia del cine rodadas con iluminación eléctrica. La crucifixión, en cambio, tuvo que ser repetida en Piamonte porque la película original enmoheció irremediablemente durante el viaje de regreso de Palestina. Eran los tiempos heroicos del cine…

La primera Pasión de Cristo cinematográfica fue realizada en el año de la invención del cine, en 1896: una breve película grabada por un cierto Kirchner, conocido como Léar, para la editorial católica francesa «La bonne presse».

En 1897 un ayudante de los Lumière grabó en Bohemia una Pasión más completa, tomando como protagonistas campesinos y utilizando escenarios pintados. La obra, de diez minutos, fue todo un éxito.

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ZENIT Staff

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