Reconocimiento del Papa a los sacerdotes en momentos de tempestad

Al recibir a los obispos belgas en visita “ad Limina Apostolorum”

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CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 9 de mayo de 2010 (ZENIT.org).- Benedicto XVI reconoció la entrega de la inmensa mayoría de los sacerdotes, a pesar de los pecados de algunos de ellos, al recibir este sábado a los obispos de Bélgica en visita «ad Limina Apostolorum».

Al mismo tiempo, el Santo Padre alentó a los miembros de esa Conferencia Episcopal a promover las vocaciones al sacerdocio y la vida consagrada, en medio de las dificultades que en semanas pasadas ha vivido la Iglesia en este país, a causa de escándalos provocados por un obispo que presentó su renuncia por abusos sexuales de un menor.

Para el Papa, la quinquenal visita que los prelados belgas (tanto flamencos como francófonos) han realizado a Roma es una ocasión para reforzar «la comunión en la escucha recíproca, en la oración común y en la caridad de Cristo sobre todo en este tiempo en el que vuestra Iglesia ha sido probada por el pecado».

Pero el obispo de Roma pidió no sólo fijarse en el pecado, sino también en los grandes hijos de la Iglesia, como es el caso del padre Damián De Veuster (1840-1889), misionero belga de la Congregación de los Sagrados Corazones, que dio la vida por los leprosos de Molokai, en el reino de Hawaii, canonizado por Benedicto XVI en 2009.

«Este nuevo santo habla a la conciencia de los belgas. ¿Acaso no ha sido designado como el hijo más ilustre de todos los tiempos de la nación?», preguntó el Papa, en referencia a una consulta popular realizada el 1 de diciembre de 2005 por la televisión abierta flamenca (VRT).

«Su grandeza, vivida en el don total de sí mismo a sus hermanos leprosos hasta el punto de quedar contagiado y morir, está en su riqueza interior, en su oración constante, en su unión con Cristo, a quien veía en sus hermanos y que, como Él, se entregaba sin reservas».

Según subrayó, «en este Año Sacerdotal, es necesario proponer su ejemplo sacerdotal y misionero, en particular a los sacerdotes y religiosos. La disminución del número de sacerdotes no debe ser percibida como un proceso inevitable».

Citando el Concilio Vaticano II, afirmó «con fuerza que la Iglesia no puede prescindir del ministerio de los sacerdotes. Por tanto es necesario y urgente darles su lugar adecuado y reconocer el carácter sacramental irremplazable».

«De ahí se deriva la necesidad de una amplia y seria pastoral de las vocaciones, basada en el carácter ejemplar de la santidad de los sacerdotes, en la atención a los gérmenes de vocación presentes en muchos jóvenes y en la oración asidua y confiada, según la recomendación de Jesús (cf. Mateo 9, 37)», aseguró.

«Que todos, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos de Bélgica reciban mi aliento y mi gratitud y que no olviden que sólo Cristo calma toda tempestad y vuelve a dar fuerza y valentía para llevar una vida santa en plena fidelidad a su ministerio, a su consagración a Dios y a su testimonio cristiano. «, afirmó el Papa.

El saludo a Benedicto XVI durante la audiencia corrió a cargo de monseñor André-Joseph Léonard, desde hace unos meses arzobispo de Malinas-Bruselas y presidente de la Conferencia Episcopal de Bélgica, quien presentó una Iglesia «doliente», «tras el grave escándalo causado por la dimisión forzada de uno de sus obispos». 

«Doliente, pero determinada a afrontar este problema con claridad», afirmó el prelado haciendo referencia a los abusos sexuales. Una Iglesia decidida a continuar con transparencia por su camino, «como testimonia sobre todo la creación de una comisión encargada de examinar las denuncias en materia de abuso sexual que tienen lugar en el contexto pastoral. Decidida también a desempeñar con humildad y valentía su propio papel en la sociedad fuertemente secularizada en la que realiza su misión».

El prelado también mencionó la escasez de vocaciones que vive la Iglesia en Bélgica. La situación no ha sido nunca tan negativa en Bélgica, ya sea en las áreas flamencas como en las francófonas.

«Adoptaremos para el próximo período una serie de medidas capaces de reforzar los lugares de formación de manera que se reagrupe a un número suficiente de seminaristas, se les dispense una enseñanza de calidad y se proyecten en el mundo de los jóvenes», anunció ante el Papa.

El discurso del Papa a los obispos belgas puede leerse en la sección de documentos de la página web de ZENIT (www.zenit.org).

Por Jesús Colina

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ZENIT Staff

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