Recuerdan con la peregrinación de la luz la muerte de monseñor Romero

Organizada por la Fundación dedicada al siervo de Dios y la Iglesia católica en El Salvador

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Con la tradicional “Peregrinación de la luz”, salvadoreños y extranjeros salieron a las principales calles de San Salvador para conmemorar anticipadamente los 33 años del asesinato del arzobispo de San Salvador, Óscar Arnulfo Romero, perpetrado el 24 de marzo de 1980.

La jornada conmemorativa, organizada por la Fundación Monseñor Romero y la Iglesia católica, inició con una tarde cultural y animaciones en honor a Romero en la Plaza de las Américas, mejor conocida como El Salvador del Mundo.

Posteriormente, los participantes salieron desde El Salvador del Mundo hacia la Catedral Metropolitana, donde el arzobispo está sepultado. En el recorrido, los participantes portaron faroles. Romero “es la luz de este pueblo”, afirmaba Luisiana de Beltrán, integrante de la Fundación Monseñor Romero, explicando el porqué del nombre de esta iniciativa. 

Monseñor Romero, que se caracterizó por defender a los más pobres y desprotegidos, fue asesinado por un francotirador mientras celebraba la eucaristía, en vísperas de la fiesta del Fiat, hoy también fiesta de la Vida en numerosos países americanos, el 25 de marzo, en la capilla del hospital para enfermos de cáncer Divina Providencia, ubicado en San Salvador.

Para esta ocasión, el obispo de Zacatecoluca, Elías Samuel Bolaños, presidió la eucaristía en homenaje a Romero. La conmemoración principal de su muerte se adelantó al inicio de la semana, debido a que la fecha de su asesinato coincide con el inicio de la celebración de la Semana Santa.

Actualmente la Iglesia salvadoreña está comprometida en promover un espíritu de reconciliación en el país luego de los sangrientos años de guerra civil, para recordar la obra de monseñor Romero como ejemplo de amor para la paz y el bien común.

El año pasado con motivo de las distintas actividades de este aniversario, el actual arzobispo de San Salvador José Luis Escobar Alas subrayó que el testimonio de monseñor Romero fue exclusivamente por amor al Evangelio de Jesús que salva y hace libres.

En estos días los obispos de El Salvador han insistido en el deseo que su proceso de beatificación iniciado en Roma en 1994 llegue a una rápida conclusión.

El obispo auxiliar de San Salvador Gregorio Rosa Chávez se ha mostrado convencido de que el papa Francisco estaría feliz de beatificar al arzobispo Oscar Arnulfo Romero, porque el arzobispo mártir es un modelo a seguir.

El prelado salvadoreño declaró a los medios que el nuevo papa «quiere una Iglesia pobre y para los pobres, eso es lo que tantas veces nos dijo monseñor Romero, y es la Iglesia que nos dejó, entonces Francisco ve en Romero como una especie de modelo».

Pero monseñor Rosa Chávez manifestó que hay que esperar que el papa Francisco se siente en la silla de Pedro para ver si reactivan el caso de monseñor Romero, pero aseguró que Francisco «tiene un gran deseo de dar ese paso, no lo dudo».

El asesinato de monseñor Romero fue uno de los detonantes de la guerra civil que asoló El Salvador durante doce años y que terminó con la firma de un acuerdo de paz en 1992. Más de 75.000 personas murieron en el conflicto y otras 12.000 desaparecieron.

Un informe de la Comisión de la Verdad de Naciones Unidas, creada poco después de los acuerdos de paz, determinó que el autor intelectual del crimen fue el mayor Roberto D’Abuisson, fundador del partido derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena), que gobernó el país durante 20 años (1989-2009).

Sin embargo, una amnistía promulgada por el gobierno de Arena, horas antes que fuese divulgado el informe de la Comisión en 1993, ha exonerado a los asesinos.

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ZENIT Staff

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