Reino Unido: Las reliquias de san John Southworth, expuestas en Westminster

A los cuarenta años de su canonización y en vísperas de la visita del Papa

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LONDRES, viernes 25 de junio de 2010 (ZENIT.org).- Se exponen en la catedral de Westminster, Londres, Reino Unido, las reliquias de san John Southworth, uno de los cuarenta mártires ingleses de la Reforma, cuya fiesta es el próximo 27 de junio. Este año se celebra el 40 aniversario de su canonización. Un acontecimiento significativo ante la próxima visita de Benedicto XVI a este país.

Por tercer año consecutivo, la catedral de Westminster ha trasladado el féretro que contienene el cuerpo de san John Southworth desde la capilla de san Jorge y Mártires Ingleses a la nave de la catedral para el día de su fiesta, el próximo domingo 27 de junio.

Los visitantes de la catedral de Westminster están invitados a rezar ante las reliquias y a encender candelas. Después de celebrar su fiesta, un grupo de soldados trasladará de nuevo el féretro a la capilla.

John Southworth fue beatificado en 1929 y canonizado por el papa Pablo VI el 25 de octubre de 1970, como uno de los Cuarenta Mártires de Inglaterra y Gales. Sus reliquias fueron conservadas en la Capilla de San Jorge y Mártires Ingleses, en la catedral de Westminster, en reconocimiento a la obra que realizó en favor de la comunidad católica en el área de Westminster. Este año se cumple el cuarenta aniversario de su canonización.

Nacido en Salesbury, Lancashire, Inglaterra, en 1592, John Southworth fue ordenado sacerdote en Douai, Francia, en 1618. De regreso a Inglaterra, para atender a los católicos y lograr conversiones, el padre John ejerció su ministerio en Westminster, en el área cercana a donde hoy está la catedral.

Arrestado y condenado a la muerte por su fe en Lancashire en 1627, estuvo en varias prisiones. Oyó la confesión final de san Edmundo Arrowsmith justo unos minutos antes de que aquel mártir fuera llevado al patíbulo.

A través de la intercesión de la reina María Enriqueta, él y otros quince sacerdotes fueron puestos bajo la protección del embajador francés y el 11 de abril de 1630 fue enviado al destierro en Francia.

Poco después, el padre John regresó a Inglaterra y trabajó con san Henry Morse. Trabajaron incansable e intrépidamente ayudando a los enfermos durante la plaga de peste de 1636.

Fue arrestado nuevamente por su fe en Westminster el 28 de noviembre de 1637. Estuvo encarcelado hasta el 16 de julio de 1640 de julio, cuando lo dejaron en libertad por sus buenas obras en favor de los más necesitados.

Nuevamente arrestado el 2 de diciembre de 1640, fue encontrado culpable del delito de ejercer el sacerdocio, y se le condenó a muerte catorce años después, que transcurrió en prisión, y durante los cuales trabajó ayudando a cualquier prisionero que mostrara interés en la fe.

Fue enviado a juicio a Old Bailey en 1654. Aunque animado a hacerlo, nunca negó que era sacerdote católico. Al ser condenado a muerte, se dice que el sargento Steel, que leía la sentencia, lloraba amargamente.

El 28 de junio de 1654 Southworth fue arrastrado sobre un marco de madera hasta Tyburn, donde fue colgado, arrastrado y descuartizado. De modo inusual, a Southworth se le permitió llevar sus ropas al lugar de la ejecución y el verdugo, teniendo piedad de él, dejó que colgara hasta la muerte, en lugar de soportar la terrible experiencia de ser descuartizado mientras todavía estaba vivo.

Sus últimas palabras registradas, que dijo desde el patíbulo, fueron: “Mi fe y obediencia a mis superiores es toda la traición que me achacan; no, yo muero por la ley de Cristo, cuya ley no humana, no hecha por persona, obliga a mantenerse… A seguir su santa doctrina e imitar su santa muerte, que yo voluntariamente sufro actualmente; yo miro a este patíbulo como a Su Cruz, que alegremente tomo para seguir a mi Amado Salvador… Yo imploro no por mí… sino por vosotros pobres perseguidos católicos que dejo tras de mí”.

Sus restos fueron rescatados por el embajador español en Inglaterra y enviados a la Universidad Inglesa en Douai (Francia).

Durante la revolución francesa los restos fueron escondidos para evitar su destrucción, y fueron reencontrados en 1927. Actualmente reposan en la capilla de san Jorge y los Mártires Ingleses en la catedral de Westminster, en Londres.

Por Nieves San Martín

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ZENIT Staff

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