Relación maestro-alumno; desafío para reformar la escuela; dice el Papa

Pide que el sistema educativo responda a los nuevos desafíos culturales

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CASTEL GANDOLFO, 22 septiembre 2002 (ZENIT.org).- La clave de toda reforma del sistema escolar no depende tanto del cambio de programas o estructuras sino más bien de la relación entre maestros y alumnos, afirmó este domingo Juan Pablo II al afrontar la «crisis» de la escuela constatada a nivel general.

Antes de rezar la oración mariana del «Angelus» junto a varios miles de peregrinos en la residencia pontificia de Castel Gandolfo, el Papa alentó a los creyentes que trabajan en el mundo escolar a ofrecer su contribución para promover una reforma de esta institución, decisiva en tiempos de una cultura «compleja».

Tras recordar que en estos días en muchos países del mundo comienza el año escolar, el Santo Padre constató que con frecuencia se dice que «la escuela, al igual que la familia, está «en crisis»».

«Con esta expresión se quiere hacer referencia a la sensación difundida de que esta institución, reconocida en su validez esencial –añadió–, necesita una profunda transformación que le permita responder a las exigencias actuales de la sociedad».

Ahora bien, «para lograr este objetivo» el obispo de Roma advirtió que «no es suficiente adecuar los programas y las estructuras».

«El buen funcionamiento de la escuela depende, ante todo, de la calidad formativa de la relación entre maestros y estudiantes», aseguró.

«Los alumnos se ven motivados a dar lo mejor de sí mismos cuando los maestros les ayudan a percibir el significado de lo que tienen que estudiar, en referencia a su crecimiento y la realidad que les rodea. Esto es válido para todas las escuelas, públicas o privadas, de todo tipo y grado», aclaró.

El pontífice recordó que «la cultura es el fundamento de la identidad de un pueblo». En este sentido, recalcó, «la contribución que ofrece la escuela, junto a la familia y de una manera subordinada a la familia, sigue siendo indispensable para transmitir los valores de la cultura».

La cultura se ha hecho «más articulada y compleja», concluyó, «pero precisamente por este motivo –si se mira bien– adquiere una nueva importancia. De aquí se deriva una responsabilidad especial para los creyentes que actúan en su ámbito».

La Iglesia católica, en cuyo seno surgieron las Universidades, es hoy día la institución que dirige el mayor número de jardines de infancia, escuelas e institutos de formación superior en el mundo.

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ZENIT Staff

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