Relaciones de los grupos de trabajo en el Sínodo

CIUDAD DEL VATICANO, lunes 20 de octubre de 2008 (ZENIT.org).- Publicamos la síntesis de las relaciones de los Círculos Menores (grupos de trabajo por idiomas), presentadas por sus relatores.

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– RELACIÓN DEL GRUPO «FRANCÉS C»: S.Exc. Monseñor Pierre-Marie CARRÉ, arzobispo de Albi
– RELACIÓN DEL GRUPO «INGLÉS A»: S.Exc. Monseñor Mark Benedict COLERIDGE, arzobispo de Canberra-Goulburn
– RELACIÓN DEL GRUPO «ALEMÁN»: S. Em. R. Mons. Friedhelm HOFMANN, Obispo de Würzburg
– RELACIÓN DEL GRUPO «INGLÉS C»: S. Em. R. Mons. Patrick Altham KELLY, Arzobispo de Liverpool
– RELACIÓN DEL GRUPO «ESPAÑOL A»: Rev.do Julián CARRÓN, Presidente de la Fraternidad de Comunión y Liberación
– RELACIÓN DEL GRUPO «ITALIANO A»: S. Em. R. Mons. Salvatore FISICHELLA, Obispo titular de Voghenza, Presidente de la Academia Pontificia para la Vida; Rector Magnífico de la Pontificia Universidad Lateranense
– RELACIÓN DEL GRUPO «ESPAÑOL C»: S. Em. R. Mons. Víctor Hugo PALMA PAÚL, Obispo de Escuintla
– RELACIÓN DEL GRUPO «INGLÉS B»: S. Em. R. Mons. Gerald Frederick KICANAS, Obispo de Tucson, Vicepresidente de la Conferencia Episcopal
– RELACIÓN DEL GRUPO «ESPAÑOL B»: S. Em. R. Mons. Freddy Antonio de Jesús BRETÓN MARTÍNEZ, Obispo de Baní
– RELACIÓN DEL GRUPO «FRANCÉS B»: S. Em. R. Mons. Joseph Luc André BOUCHARD, Obispo de Saint Paul en Alberta
– RELACIÓN DEL GRUPO «ITALIANO B»: S. Em. R. Mons. Vincenzo PAGLIA, Obispo de Terni-Narni-Amelia, Presidente de la Federación Bíblica Católica
– RELACIÓN DEL GRUPO «FRANCÉS A»: S. Em. R. Mons. Fidèle AGBATCHI, Arzobispo de Parakou


– RELACIÓN DEL GRUPO «FRANCÉS C»: S.Exc. Monseñor Pierre-Marie CARRÉ, arzobispo de Albi

La renovación bíblica en la Iglesia católica todavía está reciente. Redescubrimos la Palabra de Dios y tenemos que volver a la larga tradición interpretativa de los tiempos de los Padres de la Iglesia. Por supuesto el contexto no es el mismo. La Dei Verbum, que se inspira en la renovación bíblica, ha dado algunas claves de interpretación aún demasiado poco conocidas. Tenemos que trabajar para que la gente conozca mejor este gran texto. Se necesitan unas sencillas propuestas para que la Biblia sirva de alimento espiritual a todos los miembros de la Iglesia.
Nuestras propuestas son las siguientes:
1. Una lectura de la Escritura que empiece en familia y que continúe en reuniones bíblicas en la parroquia. La celebración de semanas bíblicas en las diócesis completará este esfuerzo.
3. Educar para una escucha viva de la Palabra de Dios.
Es necesario que cada creyente pueda transformar su corazón en una biblioteca de la palabra. De esta forma, la Biblia será fuente viva de la catequesis (memorización siguiendo el ejemplo de María, ponerle música a determinados textos). Anunciar la Palabra a los pobres es el objetivo principal de la misión de la Iglesia. Hay que ampliar la noción de libertad para percibir sus distintos aspectos.
5. Instrumentos pedagógicos, soportes informáticos (internet) para facilitar la comprensión de los pasajes bíblicos más difíciles.
6. Esperamos que se haga una revisión del leccionario.
7. Se podrían nombrar -instituir- ministros extraordinarios de la Palabra. Estos ministros – catequistas, lectores, animadores de comunidades de base, hombres y mujeres- serían preparados para esta misión y los elegiría oficialmente el obispo.
8. Vínculo intrínseco entre Eucaristía y Palabra.
La Dei Verbum afirma que la Iglesia toma el pan de la mesa de la palabra y de la Eucaristía para alimentar a sus hijos. La Palabra es Jesucristo; la Eucaristía es Jesucristo. Sería bueno que se valorizara el papel de servidores de la Palabra (lectores, cantores, predicadores, etc.). Jesucristo se dona a sí mismo mediante los servidores de la Palabra y los celebrantes de la Eucaristía.
9. Difusión de la Biblia
Hay que hacer todo lo posible para asegurar la traducción y la difusión de la Biblia en el mayor número de lenguas. Las Federaciones Bíblicas mundiales podrían crear un fondo para el apoyo financiero de los proyectos bíblicos gracias a una colaboración entre diócesis.
10. ¿Cómo se pueden sanear las relaciones entre exégetas y teólogos?
El verdadero exégeta tiene que ser un humilde servidor de la Palabra y abrirse al Espíritu de Dios. En la formación de los sacerdotes habría que aproximarse a la Escritura de distintas maneras: Lectio divina, exégesis.
12. Congreso mundial sobre la palabra de Dios.
Es necesario que los Congresos Eucarísticos mundiales le den a la Palabra de Dios, presencia de Cristo entre nosotros, el espacio que merece.
13. El diálogo con los judíos
Una lectura hebrea de la Escritura, sana y que tenga en cuenta las ediciones críticas y la datación de los textos judíos, podría completar el estudio del contexto del pasaje bíblico según el método histórico-crítico.
17. Tierra santa, quinto Evangelio
Una peregrinación tras las huellas de Cristo y los Apóstoles permite renovar la fe.
20. La mujer, «instrumento» de la Palabra
Deseamos que las mujeres, especialmente las madres de familia, tengan una formación apropiada para ser «instrumentos» de la Palabra.

[00301-04.04] [CM002] [Texto original: francés]

– RELACIÓN DEL GRUPO «INGLÉS A»: S.Exc. Monseñor Mark Benedict COLERIDGE, arzobispo de Canberra-Goulburn

Durante la discusión han aparecido temas cruciales en los que se basarán las Propuestas. Quisiera hacer una lista de los argumentos que han sido identificados como prioritarios:
1) Hay que desarrollar un plan pastoral amplio y bien organizado fundado en la Palabra de Dios y que en todos sus elementos mire hacia la Palabra de Dios.
2) Hay que desarrollar pequeñas comunidades – también dentro de las comunidades más amplias – para promover un sentido de pertenencia, un programa para compartir la Palabra de Dios en la Escritura, una formación en la fe y en el impulso a la misión.
3) Hay que dar a los pobres lo que es su derecho y su necesidad fundamental – la Palabra de Dios, hacia la que están abiertos especialmente, así como Dios tiene por ellos un amor especial. Por ello es tan vital que la Biblia sea traducida en la mayor cantidad de lenguas posible.
4) Hay que guiar a los jóvenes para que descubran y amen la Palabra de Dios y de esta forma puedan asumir adecuadamente la función de agentes de la misión, sobre todo entre sus coetáneos.
5) Hay que subrayar la misión evangelizadora esencial que los laicos han asumido a través del Bautismo. En concreto, habría que focalizar la atención tanto en la familia como en la Iglesia doméstica.
6) Hay que reforzar la idea de que la vida de la Iglesia es misión, dándole poder para que la mayor cantidad posible de personas se dediquen a esta misión, sin temer a estar suficientemente preparados o no.
7) Hay que ofrecer una sólida formación permanente sobre la Palabra de Dios en el conjunto de operadores de la misión, incluídos los Obispos.
8) Hay que focalizar la atención sobre la misión ad extra e ad gentes más que sobre la vida interna de la Iglesia, lo cual implica la necesidad de un diálogo con las culturas.
9) Hay que examinar y explicar lo que se entiende por «salvación».
10) Hay que dar un mayor énfasis a la imposibilidad de separar la contemplación de la misión.
11) Hay que subrayar el poder vivificante del Espíritu Santo.
En nuestro primer encuentro se sugirió que habría sido mejor para los pequeños grupos que se encontraran a nivel continental más que lingüístico, ya que habrían tenido más argumentos comunes sobre los que discutir. Desde entonces nuestras discusiones han demostrado que, a veces, puede ser difícil y frustrante analizar asuntos complejos en grupos amplios y diferentes unidos por la lengua más que por la posición geográfica. Se ha comprobado, sin embargo, que no es sólo un hecho accidental, como el de la lengua, el que nos une sino que, y más profundamente, es la manifestación del vínculo de la fe.

[00302-04.04] [CM007] [Texto original: inglés]

– RELACIÓN DEL GRUPO «ALEMÁN»: S. Em. R. Mons. Friedhelm HOFMA
NN, Obispo de Würzburg

En el grupo lingüístico alemán, del cual formaban parte también Obispos de países de Europa oriental y extra europeos, se discutieron, sobre todo, cuatro ámbitos temáticos:
1) La relación entre exegesis bíblica y teología. En algunas relaciones expuestas en el aula del Sínodo parece haber un cierto temor por el método histórico-crítico, temor que amenaza reducir los méritos y los frutos de la Exegesis científica. La exegesis espiritual, que se basa en la Lectio divina, en el contexto de la liturgia de la comunidad de la Iglesia, exige por su parte como premisa, la exegesis científica. Es esencial además separar el fundamentalismo en la lectura de la Biblia de las corrientes modernistas que corren el riesgo de producir una desmitificación ideológica. Ambas actitudes contradicen el sensum ecclesiae
Además de esto, se trató también del orden de las Lecturas de la Santa Misa. En este contexto surge el problema de la correlación entre la lectura veterotestamentaria y el Evangelio.
2) A propósito de la relación entre Cristianismo y Judaísmo surgió el aprecio por el Judaísmo que, en referencia a «Nostra Aetatae», debe ser consolidado ulteriormente. No obstante las diversidades, siempre se han obtenido enseñanzas de la lectura judía de la Biblia en la comprensión de base. Considerar a los judíos «hermanos mayores en la fe» representa un desafío pastoral.
Algunas Conferencias Episcopales han hecho experiencias positivas con comisiones de diálogo cristiano-judío, experiencias que pueden ser ampliadas.
La figura de Edith Stein (Teresa Benedicta de la Cruz), Patrona de Europa, puede representar – justamente por su peculiar experiencia de vida- un puente en el diálogo cristiano-judío.
3) En lo que se refiere al campo temático de la Pastoral bíblica, surgieron diversos puntos de vista: entre otros, el gran número de pequeñas comunidades cristianas que son consideradas ideales, pero que al mismo tiempo deben ser tratadas objetivamente en sus múltiples funciones.
Con respecto a la difusión de los pentecostales y otras sectas debemos preguntarnos cuál es el origen de su éxito. Esto representa un desafío para la pastoral de la Iglesia en consideración a los llamados «catecúmenos bautizados».
La Biblia como Palabra de Dios actúa como línea de separación entre la pastoral misionera y el compromiso catequístico. Con este fin es necesario formar a los laicos de manera competente y adecuada en su importante tarea de anunciar la Palabra. Es relevante sobre todo el papel de la familia como lugar de iniciación en la lectura de la Escritura y, al mismo tiempo, de la lectura en común de la misma. Los esfuerzos de las familias encuentran su prosecución en la instrucción y en el testimonio religiosos que no pueden prescindir de una introducción exhaustiva de la Sagrada Escritura.
Nos hemos preguntado también si la Iglesia no debería acercarse con mayor decisión a los agnósticos, en un mundo secularizado en el que los hombres tienen nostalgia de la verdad. Es necesario llevar a cabo esas propuestas que cada vez más surgen desde abajo para alcanzar a todos aquellos que se encuentran al margen. En este sentido se realizaron experiencias positivas en los territorios comunistas de la que una vez fue la RDA.. Nos queda por preguntarnos, entre otras cosas, cuál debe que ser el papel de la Biblia en las festividades pre-litúrgicas, en el ámbito del arte y de la cultura y en vista de la dimensión espiritual.
En los sacramentos acontece un anuncio performativo de la Palabra de Dios que culmina en la celebración de la Eucaristía. Cuando no es posible celebrar la Eucaristía, y en su lugar se celebra la Palabra de Dios, ésta no debe ser considerada como una sustitución en tono menor, sino en su valor intrínseco de encuentro con el Señor que se manifiesta.
4) También el tema de la Biblia y del ecumenismo hallaron amplio espacio. La Sagrada Escritura representa no solamente el punto de partida del ecumenismo, sino también un importante lugar de encuentro entre las confesiones cristianas. Se trata, por una parte de subrayar el propio punto de vista, y por la otra, de alcanzar una posición frontal. En conclusión, la exegesis, en cuanto ciencia, se beneficia con el diálogo ecuménico.
En todas nuestras reflexiones está presente la palabra del Apóstol Pablo: «No nos predicamos a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús como Señor, y a nosotros como siervos vuestros por Jesús» (2 Cor 4, 5).

[00313-04.05] [CM001] [Texto original: alemán]

– RELACIÓN DEL GRUPO «INGLÉS C»: S. Em. R. Mons. Patrick Altham KELLY, Arzobispo de Liverpool

1. La Palabra de Dios recibida, comprendida y vivida en el seno de la Iglesia. En particular, la Palabra encuentra su espacio privilegiado en la liturgia eucarística. La cualidad eclesial de nuestra fidelidad a la Palabra es una bendición específica no sólo para nosotros, sino también un don que, las otras Iglesias y comunidades eclesiales, que siguen este Sínodo con devoto interés, esperan que les mostremos.
2. Formación: debe ser apropiada para todos los llamados a ser ministros de la Palabra de Dios, según la tarea específica que les ha sido confiada. Reconocemos, asimismo, que la fidelidad a la Biblia, en su plena dimensión eclesial, afecta a toda la formación sacerdotal.
3. Traducción y transmisión de la Biblia. Muchas personas todavía no tienen acceso a la Biblia en su propio idioma. Se ha expuesto el trabajo de traducción e interpretación de la Biblia que hacen las Sociedades Bíblicas y la Federación Bíblica Católica. Se nos ha informado de los problemas que se plantean cuando en áreas lingüísticas o culturales separadas se usan versiones distintas, especialmente para la Liturgia. Un acceso más amplio a las Escrituras en su totalidad plantea cuestiones respecto al presente leccionario y una proclamación eficaz no puede ignorar el contexto y la manera en que se lleva a cabo. Todos éramos conscientes de la importancia de la homilía en cada celebración eucarística.
4. Dios habla al corazón y a la conciencia, en la creación, en los acontecimientos, en las calamidades y en la presencia de muchos que todavía no están preparados para lo que querríamos compartir, pero necesitan encontrar la manera de empezar a saborear la Palabra de Dios que hemos descrito.
5. Las riquezas de la Palabra. La Palabra encuentra una feliz expresión en diversas formas, como: la vida contemplativa, los agentes del Reino enviados entre los más necesitados. Existe el servicio de la Palabra de los exégetas y los que, en muchas partes donde el sacerdote no está junto al pueblo todos los domingos, garantizan que la Palabra sea recibida e interpretada y sea fuente de comunión entre la gente, y que se afirme la Iglesia en su totalidad. La Palabra es recibida en muchos contextos: peregrinaciones, fiestas. Tiene la forma del misal, del breviario y del Rosario. Y existen muchas maneras interesantes -desde el arte al MP3- para comunicar e introducir la Palabra.
6. Diálogo, especialmente con los musulmanes, y el problema del Corán, el libro que parece que no se puede conocer sin reconocer al profeta.

[00305-04.03] [CM003] [Texto original: inglés]

– RELACIÓN DEL GRUPO «ESPAÑOL A»: Rev.do Julián CARRÓN, Presidente de la Fraternidad de Comunión y Liberación

El grupo español A empezó expresando las expectativas de los participantes respecto a este Sínodo dedicado a la Palabra de Dios en la vida de la Iglesia. Todos esperan que constituya un impulso a la misión evangelizadora de la Iglesia de modo que la Palabra de Dios llegue a todos, en las distintas situaciones que cada Iglesia debe afrontar, de modo que los hombres puedan tener un encuentro con Jesucristo vivo.
Nuestras proposiciones son las siguientes.
Se constata entre los católicos poca familiaridad con el Antiguo Testamento e incluso cierta incomodidad y resistencia frente a algunos pasajes de difícil comprensión, siendo las cuestiones más polémicas la violencia divina y huma
na, la amoralidad de algunas figuras bíblicas y una teología insuficiente con respecto al más allá. Se propone ofrecer a los fieles una adecuada formación bíblica que no sólo ayude a la comprensión de los textos del Antiguo Testamento en su contexto histórico y literario sino que, por encima de todo, favorezca su lectura cristiana como principal clave hermenéutica, pues es el Nuevo Testamento que dichos textos alcanzan y muestran su plenitud de sentido (cf. DV 16).
Se propone dar el paso de una «pastoral bíblica» a una animación bíblica de toda la acción pastoral, es decir, colocar la Palabra de Dios como «roca» que sostiene, como fuente vivificante y como aliento inspirador de toda la vida y la misión de la Iglesia (cf. DV 21.24).
Se ha subrayado que entre las diversas formas de anuncio y transmisión de la Palabra de Dios, se debe dar especial importancia al kerygma.
La tarea de anunciar a Cristo compete a todo bautizado. Además de la homilía, predicación propia de la celebración litúrgica, es necesario recordar el valor de la predicación de todo cristiano a la luz del Bautismo y de la Confirmación.
Respecto de las celebraciones de la Palabra se constata que muchas comunidades eclesiales, en particular aquellas que están en las periferias urbanas y en la zona rural y que no tienen la celebración eucarística dominical, encuentran en la celebración de la Palabra el alimento para la propia fe y para el testimonio cristiano.
En la formación de los aspirantes al sacerdocio, la Palabra de Dios es indispensable para formar el corazón de un buen pastor, futuro ministro de la Palabra.
En cuanto a la vida consagrada, se ha propuesto agradecer a las instituciones académicas de Sagrada Escritura, particularmente de Roma y de Jerusalén, por su gran aportación a la formación de exegetas y biblistas, y pedir a los institutos de vida consagrada que sigan contribuyendo al estudio de la Sagrada Escritura a través de dichas instituciones, y de otras que llevan a cabo la difusión del conocimiento bíblico. También nos parece indispensable valorar y atender especialmente la vida contemplativa (cf. Benedicto XVI, Angelus 18 de noviembre de 2007). En la vida contemplativa se acoge la Palabra, se ora con ella y se la celebra.
Sentimos una honda preocupación por el influjo de las sectas y nuevos grupos religiosos sobre los fieles católicos, que a veces les lleva incluso al abandono de la Iglesia. Este fenómeno afecta nuestro modo de vivir la fe dentro de la Iglesia y hay que percibirlo como una llamada al testimonio, para que la novedad de vida que Cristo nos ha traído pueda resplandecer en el rostro de nuestras comunidades. Sería de gran ayuda contar con un estudio más amplio sobre las sectas y las nuevas manifestaciones de este fenómeno, para poder afrontarlo adecuadamente.
Islam. En las relaciones con el Islam y en el diálogo con sus representantes, se ha de tener en cuenta su concepción del orden socio-político y jurídico -no siempre debidamente diferenciados del orden religioso-, y su concepción del matrimonio y de la familia en la que el papel y los derechos de la mujer no son tratados como se prevé en la doctrina de los derechos fundamentales del hombre y de la institución familiar tal como lo precisa la Declaración Universal de los derechos humanos.[00309-04.04] [CM004] [Texto original: español]

– RELACIÓN DEL GRUPO «ITALIANO A»: S. Em. R. Mons. Salvatore FISICHELLA, Obispo titular de Voghenza, Presidente de la Academia Pontificia para la Vida;

Hemos reflexionado de manera particular, sobre las primeras cuatro preguntas planteadas por la Relatio post disceptationem, llegando a formular algunas Propositiones que sintetizo de este modo.
1. Es necesario clarificar el sentido de la dimensión dialógica de la revelación, debido a que el término se refiere a diversas dimensiones tales como «diálogo interreligioso»; «diálogo ecuménico», «diálogo con las culturas» … Cuando está referido a la Revelación asume un significado del todo particular: ello comporta el primado de la acción de Dios que en su libertad sale al encuentro del hombre; esto implica que nunca podrá haber una paridad entre los sujetos.
Se considera decisivo sacar de la ambigüedad la expresión Palabra de Dios. El itinerario no es fácil pero sí necesario. Una de las consideraciones importantes formuladas por el Sínodo muestra que la Palabra de Dios no puede ser identificada solamente con la Biblia. La Palabra de Dios es Cristo, el Verbo del Padre. Su predicación así como sus actos fueron entregados a la Iglesia que permanece come el sujeto primario que, bajo la acción del Espíritu Santo, transmite ininterrumpidamente a Cristo como anuncio de salvación (DV).
El anuncio de la Palabra de Dios es la tarea primaria de la Iglesia. Un anuncio explícito, siempre y en cualquier parte, que junto con el testimonio coherente de vida hace evidente el contenido y lo refuerza. Lo que afirma la Dei Verbum sobre la revelación che adviene gestis verbisque intrinsece inter se connexis (DV 2), análogamente debe ser aplicado a la Iglesia que cumple su misión evangelizadora con el anuncio de Cristo y con el testimonio de un estilo de vida coherente.
Se ha considerado necesario observar que en un contexto generalizado de secularización -que va mucho más allá de los países occidentales- se preste atención particular: sobre todo, en crear formas de escucha para que todo el que se ponga frente a la Sagrada Escritura sepa que está delante de Dios que habla. Se solicita además, una formación que permita descubrir de qué modo la lectura de la Palabra convierte el corazón, abre a la penitencia y lleva a un camino de vida nueva. En este contexto, se subraya la importancia de una educación permanente, en especial de los catequistas, que permita superar el gran obstáculo de la falta de conocimiento de los contenidos basilares de la fe, que debe alarmar, y no poco, a nuestra acción pastoral.
La liturgia sigue siendo el lugar privilegiado en el que la Palabra de Dios se expresa plenamente a sí misma. Es necesario superar el hiato entre Biblia y Liturgia, Palabra y Sacramento. Esto acontece en la medida en que se refuerza la idea de que la Palabra de Dios es Cristo mismo en su diferenciada presencia en la vida de su Iglesia: en primer lugar en la presencia real del sacrificio eucarístico; además, cuando se celebran los sacramentos; en consecuencia, cuando «Está presente en su palabra, pues cuando se lee en la Iglesia la Sagrada Escritura, es El quien habla» (SC 7). Debe crecer, por lo tanto, la conciencia de una unidad profunda que tiene su culmen en la santa Eucaristía.
Las diversas modalidades con las que se celebra la Lectio Divina plantean la interrogación acerca de si acaso no se debería clarificar, ante todo, qué se entiende realmente con esta acción para no dejar en penumbra la riqueza de la tradición de los Padres y de los maestros medievales. El valor creciente que se da a la Lectio, impone recordar que no es la única forma para el encuentro con la Palabra de Dios.

[00306-04.03] [CM005] [Texto original: italiano]

– RELACIÓN DEL GRUPO «ESPAÑOL C»: S. Em. R. Mons. Víctor Hugo PALMA PAÚL, Obispo de Escuintla

Además de los auxiliares, oyentes y asistentes correspondientes, el círculo menor C está constituido por 18 obispos y es moderado por S.E.R. Mons. Ricardo Basquez Pérez, Obispo de Bilbao, España.
Si ya en nuestra reunión inicial se han intercambiado experiencias sobre el actual Sínodo y sobre la Relatio ante disceptationem, durante la jomada de ayer dedicada a la elaboración de los Propositiones procedimos de la siguiente manera:
a. Retomamos las 19 preguntas propuestas al final de la Relatio post disceptationem y procedimos a anotar aquellas otras cuestiones libres permitidas para el final del cuestionario mismo.
b. De esta manera a las 19 preguntas del cuestionario se añadieron algunas otras, propuestas por los Padres sinodales, entre ellas, algunas anotadas en esta misma aula al final de la misma Relatio post dis
ceptationem.
c. En conjunto, procedimos a trabajar sobre cinco grupos temáticos:
1) La lectura de la Biblia en la Iglesia (Pregunta 1ª.)
2) Las sectas y el fundamentalismo (temática libremente adoptada)
3) Formación bíblica al servicio de la Palabra de Dios, especialmente formación de los futuros sacerdotes (temática también libremente adoptada)
4)La verdad biblica (correspondiente en parte a la pregunta 15).
5)Palabra de Dios y liturgia(correspondiente a las preguntas 5, 6 y 7)
6) La Palabra de Dios y la Liturgia de las Horas (abordada como propuesta libre)

[00307-04.03] [CM006] [Texto original: español]

– RELACIÓN DEL GRUPO «INGLÉS B»: S. Em. R. Mons. Gerald Frederick KICANAS, Obispo de Tucson, Vicepresidente de la Conferencia Episcopal

El grupo ha sugerido que el tono de la exhortación esté lleno de esperanza para infundir energía en la Iglesia sobre la Palabra de Dios y sea además pastoral y misionero,.
Este grupo identificó varias áreas críticas sobre las cuales deberían formularse algunas propuestas. Emergió una amplia serie de áreas. Primero, la necesidad de dar un mayor reconocimiento a los catequistas laicos, a los docentes de la escuela católica, a los ministros de la juventud y a los animadores laicos de la Biblia. Se necesita que éstos reciban una mejor formación y preparación. Segundo, la necesidad de entender qué es lo que atrae a las personas hacia las sectas y aprender de éstas. Tercero, cómo se puede mejorar y hacer que sea más vibrante la predicación. Cuarto, la necesidad de enfatizar y destacar la dimensión contemplativa. Quinto, encontrar estructuras para reunir a los exegetas, liturgistas, teólogos y obispos. Sexto, la necesidad de dar mayor resalto a la vida consagrada, a la pneumatología, al cuidado y al sacramento de la Penitencia y al uso de los medios de comunicación.
Luego, el grupo se dedicó a los argumentos presentados por el Cardenal Marc Ouellet.
La naturaleza dialógica de la Palabra de Dios necesita mayor énfasis. En las parroquias existen pocas oportunidades para enseñar la teología de base. Más importante aún que enseñar es crear un modo dialógico.
El grupo también ha discutido sobre la necesidad de mejorar nuestro modo de leer la Palabra. Se hace necesario formar de mejor manera a las personas en la Palabra, a través de la Lectio Divina, la dramatización, el trabajo con los padres de los niños que son los primeros educadores de los hijos.
Con respecto a un compendio sobre la predicación, hubo una reacción heterogénea. Debemos hacer algo, pero el grupo no llegó a un acuerdo con respecto a la utilidad de éste. Se sugirió un compendio para ayudar a las personas con la lectura de la Palabra de Dios.
La necesidad de una revisión del Leccionario tampoco suscitó gran interés. Si bien algunos textos del Antiguo Testamento son difíciles, no deberían ser dejados de lado. Tal vez podría haber alternativas viables.
Se manifestó preocupación por el hecho que la cuestión de la relación entre exegetas y teólogos pueda comportar un contraste entre ellos. Deberíamos más bien alentar una colaboración. Los especialistas deberían tener la posibilidad de trabajar en contextos pastorales.
Finalmente el grupo ha examinado la relación con los demás cristianos y con los judíos. Ha surgido la preocupación por el hecho de que los judíos a veces sienten que los católicos minimizan sus posiciones sobre el diálogo. Ellos no quieren esto. Llevar la experiencia del Sínodo a las otras iglesias cristianas podría favorecer la comunión.

[00304-04.06] [CM008] [Texto original: inglés]

– RELACIÓN DEL GRUPO «ESPAÑOL B»: S. Em. R. Mons. Freddy Antonio de Jesús BRETÓN MARTÍNEZ, Obispo de Baní

Entre los temas tratados están las Proposiciones aprobadas.
La Palabra y el amor misericordioso de Dios: … Debe destacarse el anuncio de la Palabra de Dios y la realización de su misericordia y su perdón. Leer la Palabra en diálogo con el mundo: …En nuestro mundo existen muchos signos a través de los que Dios nos habla. Innumerables personas y organizaciones se dedican con generoso esfuerzo a la promoción de los derechos humanos, expresan concretamente su solidaridad con aquellos grupos humanos que han sufrido catástrofes naturales o viven situaciones escandalosas de pobreza y exclusión, o buscan desde opciones religiosas o filosofías humanistas distintas, construir un mundo más fraterno y solidario.
Es importante reconocer estas realidades y entrar en diálogo con ellas. Hemos de estar dispuestos a ofrecer a estas personas y movimientos la luz de la Palabra que les abre nuevos horizontes y les da una dimensión humana de mayor consistencia y profundidad. Y hemos de estar también dispuestos a acoger la luz que ellas nos ofrecen y que nos permite descubrir nuevas resonancias en el texto de la Escritura y escuchar con mayor urgencia el llamado de Jesús a vivir al servicio del Reino .
Los consagrados se sientan llamados, en comunión con toda la Iglesia, a seguir abriendo espacios personales y comunitarios a la Palabra, a hacer de la Palabra de Dios el alimento cotidiano de su vida y misión, particularmente a través de la práctica de la Lectura orante de la Palabra (Lectio divina), y a promover escuelas de oración bíblica abiertas a los laicos. El Sínodo agradece a la vida contemplativa su aportación a la lectio divina o lectura orante de la Palabra, y le pide que abran dicha práctica a los fieles.
Otras dos se refieren al Leccionario Dominical y a la Promoción de la Biblia, respectivamente.
Entre las que están pendientes de aprobación, algunas tratan también el tema de la difusión de la Biblia. Otra se refiere a la Liturgia de las Horas, especialmente el Oficio de Lectura. Varias se refieren a la Formación Sacerdotal, a la Catequesis, a los Medios de Comunicación Social, otra pide que sean reconocidas y valorizadas diversas formas de Proclamación de la Palabra. Varias se refieren de distintas maneras a la Lectio Divina y a algunas formas de Lectura Orante de la Sagrada Escritura. Otras tratan del Estudio Sistemático de la Sagrada Escritura y de cómo lograr que la Palabra de Dios entre como fermento en medio de un mundo pluralista y secularizado; otras también, sobre las Traducciones Bíblicas.

[00308-04.03] [CM009] [Texto original: español]

– RELACIÓN DEL GRUPO «FRANCÉS B»: S. Em. R. Mons. Joseph Luc André BOUCHARD, Obispo de Saint Paul en Alberta

Una Palabra sobre la Relatio
Pensando en un exhortación post-sinodal, quisiéramos que existiese un hilo conductor y que ella fuera un texto de las Sagradas Escrituras (por ejemplo: Jn 6). Este texto permitiría subrayar la unidad profunda de la Palabra de Dios y la Eucaristía.
Quisiéramos que fuese subrayada la actualidad de la Dei Verbum pero en el contexto de hoy, afrontando los problemas no resueltos aún (por ejemplo, el debate sobre el «Libro», el fundamentalismo, la interpretación individual, la interpretación Cum Ecclessia).

Con respecto a las propuestas de orden institucional
– Los congresos. Sería necesario no tanto imaginar un congreso específico sobre la Palabra de Dios sino más bien insistir sobre la valorización del aspecto escriturario en los congresos existentes.
– Quisiéramos restituir pleno valor a la Federación bíblica católica mundial.

Proclamación Litúrgica de la Palabra de Dios
a) Lectores
– Podemos pensar en una renovación del ministerio del lectorado o en un mandato para los lectores semejante al de los ministros extraordinarios de la Eucaristía?
– Sería bueno establecer escuelas diocesanas de lectores.
b) La Homilía
– Es necesario preparar a los jóvenes sacerdotes en el arte de la homilía. No es un discurso público o una conferencia y existen límites temporales. Tal vez se podría usar un prontuario para las homilías o más bien algunos puntos de referencia comunes sobre la homilía.
-Se debe conocer a la comunidad a la que nos dirigimos, recordando que la homilía es una
llamada a la conversión para el predicador y también para la asamblea.

c) La Catequesis
– Queremos destacar la obra de los catequistas, en su mayoría mujeres que desarrollan un papel fundamental en la trasmisión de la Palabra de Dios.

Lectio Divina
Con respecto a la Lectio Divina, se hace necesario definir el vocablo; La lectio divina no es una técnica: el objetivo de esta Lectio es el de realizar una lectura orante de la Escritura y en consecuencia leerla, meditarla, contemplarla para vivirla mejor y para compartirla

Con respecto a la formación de los sacerdotes
-En primer lugar, toda la formación en el seminario debe estar centrada en la Palabra de Dios; debemos tener entusiasmo por la Palabra de Dios, porque consagramos nuestra vida a ella. Fue dicho de modo positivo que la vocación del exegeta es la de favorecer la maduración del juicio de la Iglesia. El método pedagógico debería ser revisto.

[00311-04.03] [CM010] [Texto original: francés]

– RELACIÓN DEL GRUPO «ITALIANO B»: S. Em. R. Mons. Vincenzo PAGLIA, Obispo de Terni-Narni-Amelia, Presidente de la Federación Bíblica Católica

En medio de la inseguridad y el vacío de palabras en la vida de tanta gente, el Sínodo es visto como un acontecimiento de gracia para volver a proponer el encuentro con Jesús, Palabra que se hizo carne. Esta asamblea tiene que suscitar una primavera de amor más profundo por las Escrituras, para acoger y escuchar la Palabra del Señor.
Se debería, por tanto, exhortar a cada cristiano, cualquiera que sea su condición, a poseer su Biblia personal para leerla cada día, sobre las rodillas de la Iglesia, como decía San Agustín, para alimentarse cotidianamente del «pan de la vida». La práctica de la Lectio divina ha sido recordada e intensamente recomendada, para que se practique lo más ampliamente posible. Y en más de una ocasión se ha recordado el inseparable vínculo entre Biblia y oración.
La armonía entre este Sínodo y el anterior sobre la Eucaristía pone en evidencia con más claridad el vínculo vital entre la Palabra de Dios y la Eucaristía, como enseña la Dei Verbum.
En la celebración de la Eucaristía se reconoce con claridad que Jesús mismo habla en las Santas Escrituras.
Es preciso alentar con decisión una nueva práctica pastoral de anuncio de la Palabra. Obispos y sacerdotes están llamados, por lo tanto, a alimentarse con asiduidad de la Palabra de Dios. Y este alimento es la base de una predicación más eficaz del Evangelio, dejando claro que la primera tarea de la homilía es comunicar la Palabra para que llegue a «compungir el corazón» de los que escuchan (cfr. Hch 2, 37).
Muchos han pedido una especial atención en la formación de los sacerdotes, a fin de que lleguen a «enamorarse» de la Palabra de Dios. Siguiendo las indicaciones de la Dei Verbum (24) que exhorta a hacer de la Escritura el alma de la teología, y retomando la intervención del Santo Padre, varios padres han subrayado la indispensable circularidad entre exégesis, teología y espiritualidad, para que no se reduzca la Biblia a un libro del pasado y puramente humano.
La Palabra de Dios lleva como fruto del Espíritu la caridad, que se expresa en la Iglesia y hoy, especialmente, en el diálogo ecuménico y entre las religiones.

[00312-04.03] [CM011] [Texto original: italiano]
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ZENIT Staff

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