Religiosa agradece al cardenal Cipriani su compromiso con el pueblo de Ayacucho

Allí tuvo que afrontar una de las pruebas más duras como prelado, llevando un mensaje de paz, de consuelo y esperanza en medio del terrorismo. El arzobispo de Lima cumple hoy 70 años

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

La madre María Estrella del Carmen Valcárcel, más conocida como la madre Covadonga, ha enviado un vídeo de saludo al arzobispo de Lima y primado del Perú, cardenal Juan Luis Cipriani, en el que le agradece la ayuda que le brindó durante los años duros del terrorismo, cuando recorría los diversos lugares de Ayacucho defendiendo los derechos humanos de los más necesitados.

El cardenal Cipriani cumple hoy 70 años de vida y entre sus mejores recuerdos está su paso por Ayacucho como obispo Auxiliar, primero; y luego como arzobispo metropolitano de esta ciudad de la sierra del Perú. «Allí tuvo que afrontar una de las pruebas más duras como ministro del Señor, llevando un mensaje de paz, de consuelo y esperanza en medio del terrorismo», señala un comunicado de la Oficina de Prensa del Arzobispado de Lima.

Una de las testigos presenciales del paso del purpurado por Ayacucho es la madre Covadonga, religiosa dominica que trabajó en estas tierras junto con él, y que no ha dejado pasar la oportunidad para saludarlo y felicitarlo por su cumpleaños. 

“Recuerdo la primera vez que vino a Ayacucho jovencito con una ilusión grande de ayudar a Ayacucho. El sabía muy bien que yo me iba a la comisaría, a la fiscalía, a la corte, al cuartel y a todos los sitios defendiendo los derechos humanos y nunca me puso dificultad. Al contrario siempre decía: “Donde está la madre Covadonga está la Iglesia, y estoy yo”. Por eso yo lo quiero mucho a monseñor Cipriani, primero porque quiso poner interés por hacer el bien al pueblo de Ayacucho, porque siempre ha sido muy bueno conmigo, cariñoso, atento y servicial, y sobre todo porque hizo todo lo que podía por la Iglesia en Ayacucho”, afirma la madre Covadonga. 

Y concluye asegurando que “estaba en estos día un poquito triste porque no puedo llamarte por teléfono ni escribirte, porque estoy enferma; pero decía qué momento será para felicitarte como obispo y cardenal. Y te doy un abrazo muy grande”.

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación