Religiosos norteamericanos rezaron por un Pentecostés de paz en Jerusalén

Mensaje de solidaridad a los cristianos de Tierra Santa

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WASHINGTON, 19 mayo 2002 (ZENIT.org).- Con motivo de Pentecostés los religiosos y religiosas de Estados Unidos han enviado un mensaje a los cristianos de Tierra Santa para asegurarles su solidaridad y oración por la paz.

La Conferencia de Líderes de Religiosas y la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos, que representan a casi cien mil religiosas, religiosos y sacerdotes del país han hecho llegar así su apoyo a «nuestros hermanos y hermanas reunidos en Jerusalén en Pentecostés».

«En Jerusalén –afirma el mensaje–, donde Jesús entregó el don del Espíritu a la primitiva Iglesia, vosotros llamáis al mismo Espíritu para que una vez más mueva los corazones y las mentes de los pueblos que están separados por el temor, la desconfianza y la incapacidad de hablar y escucharse mutuamente con respeto y comprensión».

«Lo que se necesita hoy es un nuevo Pentecostés», dice el mensaje de los religiosos y religiosas norteamericanos y añade, recordando al profeta Joel, que, «en medio del temor y el sufrimiento, opresión y violencia, se necesitan nuevas visiones y nuevos sueños para lograr una paz justa y duradera a los habitantes de la región –israelíes y palestinos; judíos, cristianos y musulmanes–. Nuestros líderes deben pronunciar palabras proféticas».

«Ahora es el momento de que la gente de fe hable al mundo –añaden–. En las últimas semanas, hemos visto que las acciones políticas y militares por sí solas no llevan a la paz. Los actos de violencia alimentan más violencia y crean una atmósfera de temor y odio».

«En este momento, nos unimos a vosotros en el dolor por los cientos de personas que han muerto, que han sido heridas, que han sido desplazadas por la destrucción de sus casas –afirman–. Hacemos un llamamiento a los líderes del pueblo israelí y palestino para que acaben con la violencia e inicien negociaciones que lleven a una paz justa y duradera».

Piden así mismo que el Espíritu se derrame en todos aquellos «que buscan la paz, la justicia y la dignidad de cada persona llamada a ser por el único Dios».

Los religiosos estadounidenses prometen no sólo su oraciones sino también acciones: «Seguiremos urgiendo a nuestro Gobierno para que apoye y emprenda una acción efectiva para implementar las Resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que reclaman un inmediato cese de la violencia, el cese de la ocupación y una reanudación de las negociaciones que lleven a una paz efectiva y justa en la región».

«Sabemos que no habrá paz hasta que tanto israelíes como palestinos puedan vivir seguros en sus propias patrias y urgiremos a nuestro Gobierno a que mantenga este objetivo en la política de Estados Unidos», prometen los consagrados.

«En este Pentecostés –concluyen–, nos unimos a vosotros en la oración por la paz y os ofrecemos nuestro apoyo para forjar nuevos caminos de paz. Que el Espíritu que se derramó sobre el pueblo de Jerusalén como un viento poderoso vuelva a derramarse sobre nosotros y nos llene con nuevas visiones de paz que se arraiguen en nuestros corazones y florezcan en nuestras acciones».

Los miembros de la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos (http://www.cmsm.org) y de la Conferencia de Líderes de Religiosas (http:// http://www.lcwr.org) son aproximadamente 1.500 líderes religiosos que son responsables de más de 700 institutos católicos de Estados Unidos.

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ZENIT Staff

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