Renovado interés por la arqueología sacra en el Vaticano

Introducida la figura del superintendente arqueológico 

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CIUDAD DEL VATICANO, lunes 20 de julio de 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI nombró este sábado nuevo secretario de la Comisión Pontificia de Arqueología Sacra a monseñor Giovanni Carrù, hasta ahora subsecretario de la Congregación para el Clero. 

Al mismo tiempo, el Papa nombró al secretario saliente, Fabrizio Bisconti, superintendente arqueológico de las catacumbas, una nueva figura hasta ahora no prevista en el organigrama. 

En una entrevista publicada este domingo en la edición diaria en lengua italiana de L’Osservatore Romano, el presidente del Consejo Pontificio de la Cultura, el arzobispo Gianfranco Ravasi, ha declarado que, tras este cambio, se encuentra la intención de dar a la Comisión «la función de una estructura general similar a la de los demás organismos vaticanos». 

«Monseñor Carrù tiene una larga experiencia en la Curia romana, especialmente en una congregación importante como la del Clero», explicó. 

«Llega para consolidar en el interior de la comisión todas aquellas características generales de gestión y funcionales necesarias para que la fisonomía de la comisión se parezca lo más posible a la de un organismo vaticano», añadió. 

«Ello ha llevado también a la necesidad de introducir la nueva figura del superintendente arqueológico», indicó monseñor Ravasi. 

La persona que ocupe ese cargo «asumirá la responsabilidad de ofrecer al presidente y al secretario todo el apoyo científico necesario, teniendo en cuenta el alcance de la investigación que se viene realizando y la complejidad que, a nivel técnico, han adquirido este tipo de investigaciones». 

Se trata, en esencia, de «un verdadero asesor permanente», de «una tarea de importancia confiada a un estudioso de gran experiencia» como Fabrizio Bisconti. 

Bisconti, «en el sector del conocimiento de las catacumbas es seguramente, a nivel internacional, una figura de indiscutible importancia», aseguró. 

«El nombramiento de Bisconti es además el reconocimiento, no sólo a su competencia, sino también a la del equipo con el que ha trabajado en estos años –prosiguió–. Un trabajo preciosísimo que ha logrado, en los últimos años, grandes resultados». 

En este sentido, el prelado citó el descubrimiento, en las catacumbas de Santa Tecla sobre la Vía Ostiense, el pasado 19 de junio, del icono más antiguo de San Pablo, durante unos trabajos de restauración coordinados por la Comisión Pontificia de Arqueología Sacra. 

El arzobispo Ravasi también recordó la restauración del hipogeo de Vía Dino Compagni, que ha incluido unas cien pinturas en diez años de trabajo, mientras se está intentando recuperar el museo de Pretestato, que custodia más de mil sarcófagos. 

La actividad de la Comisión es muy amplia: se está excavando en las catacumbas de Santa Inés, en las de San Sebastián y en las de Pedro y Marcelino -que se convertirán en un polo de gran atracción cultural, turística y religiosa- y, en la superficie, en la gran basílica en forma de circo en la catacumba en que depositado el Papa Marco, fallecido en el año 336. 

Y no sólo se limita a Roma. «De las catacumbas de Carini en Sicilia, están emergiendo clamorosas pinturas y nos esperan grandes descubrimientos», señaló. 

«También se reanudará la excavación de las pequeñas catacumbas de la isla de Pianosa, donde no excluimos encontrar sorpresas», destacó.  

«De acuerdo con la diócesis local, pues, estamos reabriendo a lo grande las catacumbas de San Genaro en Nápoles y la de San Juan en Siracusa», añadió. 

Como última actividad destacable de la Comisión, señaló «el censo informatizado de todos los miles de objetos hallados en las catacumbas de Italia». 

La Comisión Pontificia de Arqueología Sacra fue instituida por Pío IX «para custodiar los sacros cementerios antiguos», así como para la conservación, la ulterior exploración, la investigación, el estudio y la tutela de los recuerdos más antiguos «de los primeros siglos cristianos, los monumentos insignes» y las Basílicas de Roma y de otras diócesis de acuerdo con los respectivos obispos. 

Esta Comisión fue creada por sugerencia de un arqueólogo romano, Giovanni Battista de Rossi, para organizar mejor la excavación, la restauración y la tutela del gran complejo de catacumbas que estaba saliendo entonces a la luz sobre la Vía Appia. 

Los expertos sentaron las bases científicas de la arqueología cristiana, estudiando y excavando las catacumbas romanas según un moderno método topográfico que toma en consideración simultáneamente las fuentes históricas y los monumentos. 

En 1925, la Comisión fue declarada Pontificia por Pío XI. Los Pactos de Letrán ampliaron sus competencias y su ámbito de acción y de estudio a todas las catacumbas existentes en territorio italiano. 

En los lugares confiados a la Comisión Pontificia, no puede ser modificado nada sin su permiso. 

La Comisión dirige todos los trabajos que se desarrollan allí, publica sus resultados, establece las normas para el acceso del público y de los estudiosos a los cementerios sacros e indica qué criptas pueden utilizarse para la liturgia y con qué precauciones.

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ZENIT Staff

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