Representante islámico: san Francisco, pionero del diálogo de civilizaciones

Kamel al-Sharif, secretario general del Consejo Islámico Internacional

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ROMA, 24 enero 2002 (ZENIT.orgAvvenire).- Kamel al-Sharif no suele faltar a los encuentros entre exponentes religiosos cristianos y musulmanes. Desde hace años es secretario general del «International Islamic Council for Da´wa and Relief» (Consejo Islámico Internacional para la da´wa y la ayuda), uno de los mayores organismos islámicos del mundo con sede en Ammán y El Cairo.

–¿Nos puede explicar el significado de su participación en el encuentro de Asís?

–Kamel al-Sharif: Apreciamos la iniciativa del Santo Padre de reunir a los representantes de las varias religiones con el objetivo de poner de relieve su común tensión hacia la solidaridad y la disponibilidad al servicio de la humanidad entera. Nos damos cuenta en efecto de la gravedad de la continuación de las guerras y de los conflictos militares en el mundo, especialmente después de que los últimos hechos internacionales demostraran que un suceso acontecido a miles de kilómetros puede provocar destrucciones de las que no se libra nadie. El único remedio es, por tanto, la purificación de los corazones y las conciencias para concentrarse en el objetivo de la paz y eliminar las raíces de la injusticia, derrotando la tentación de la violencia. En este campo, el papel de las religiones es esencial, dado que invitan a inspirarse en la vida de los profetas y los santos. Desde aquí, nuestra participación quiere expresar nuestra adhesión a estos valores y lo hacemos con entusiasmo y gran deseo de colaboración.

–¿Qué significa para un musulmán la elección de Asís?

–Kamel al-Sharif: El santo de Asís fue de los primeros en invitar al diálogo entre civilizaciones. Durante las cruzadas abrió un paso dentro de los dos campos rivales para encontrase con el sultán, llamándolo a la paz. Invitación a la que el sultán respondió con el mismo espíritu de apertura. Ciertamente aquella invitación no cumplió de inmediato sus objetivos, pero sin embargo estimuló a las futuras generaciones a llevar adelante el mismo deseo de paz y justicia entre los hombres. Por todo esto, la elección de Asís tiene un gran significado para nosotros musulmanes y yo personalmente, hablando en nombre de la delegación musulmana en el primer encuentro de Asís, recordé justamente la figura de san Francisco como símbolo de diálogo universal por haber puesto de relieve el hecho de que la verdad no está nunca de una sola parte.

–El llamamiento que las religiones lanzan al mundo desde Asís, ¿piensa que será escuchado?

–Kamel al-Sharif: Los criterios políticos son diversos de los espirituales y se fundan en los intereses, en la soberanía nacional y en otros conceptos materiales. Es posible que esta iniciativa espiritual no tenga una incidencia inmediata en el campo político, pero las fuerzas espirituales tienen siempre su peso y estamos disponibles a unir nuestra voz a la de quienes reclaman la paz y la justicia. Habrá que insistir sin duda en esto, pues la alternativa son ulteriores guerras y destrucción. El hombre político sabio sabe que, a pesar de las riquezas y la fuerza militar de que puede disponer, el mundo no le pertenece sólo a él y que en la historia muchos débiles han vencido al final a los más fuertes. Nosotros creemos que la insistencia en los valores religiosos traerá sus frutos e invocaremos por ello en nuestra oración a Dios potente para acelerar el logro de esta meta y de ahorrarnos nuevas angustias.

–Un encuentro interreligioso ha reunido en estos días en Alejandría de Egipto, además de a cristianos y musulmanes, a representantes judíos. ¿No lo parece algo singular?

–Kamel al-Sharif: He oído hablar. La participación de delegados judíos nos causa, en efecto, «complicaciones». Mientras que no tenemos ningún problema en dialogar con el cristianismo y convivimos ya desde hace siglos con las divergencias teóricas que nos separan, la cuestión es diversa con el judaísmo. A pesar de la admiración del Corán por la figura de Moisés, constatamos con disgusto que los judíos manipulan la religión con fines políticos y ocupan una tierra que no les pertenece.

–Pero usted, ¿no ha saludado a los delegados judíos en Asís?

–Kamel al-Sharif: Nosotros nunca hemos boicoteado un encuentro interreligioso a causa de la presencia de judíos. Son libres de decir su opinión y nosotros también.

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ZENIT Staff

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