República Checa: Primera piedra de la capilla de la abadía de la esperanza

Católicos del mundo ayudan a la comunidad cisterciense de Novy Mir

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MILAN, 19 marzo 2002 (ZENIT.org).- El 21 de marzo, será colocada la primera piedra de la capilla del nuevo monasterio ciesterciense de Novy Mir en la República Checa.

Novy Mir, como ya informó Zenit (Cf. 17 de diciembre), nace como una «costilla» de la abadía francesa de Sept-Fons, en Allier, que está recibiendo muchas vocaciones jóvenes. Después de que un grupo de jóvenes checos, guiados por un sacerdote tocaran al monasterio, decidieron fundar en esa tierra.

Se trata de un signo de esperanza para el catolicismo en este país considerado tras los años del comunismo como uno de los más secularizados del mundo (en algunas zonas la práctica religiosa es del 1 por ciento de la población).

El diario italiano Avvenire ha comenzado una campaña para recoger ayuda para la construcción de la abadía. La sorpresa ha sido la generosa respuesta de muchos lectores.

Un anciano sacerdote lombardo hizo una gran donación con una sola condición: que los monjes fueran a retirar el dinero a su casa, pues no se fiaba de las oficinas postales.

La obra es grande, y los donativos no cubren todavía los gastos. Falta todavía mucho para que la abadía pueda ser terminada. Las obras, en la antigua factoría barroca de Novy Dur, en medio de un bosque de los Sudetes, han seguido con celeridad a pesar del frío invierno de esta región conocida por su clima «pequeña Siberia».

«Las obras –han escrito los monjes a «Avvenire», agradeciendo la ayuda recibida–, han hecho
buenos progresos desde este otoño. Hemos logrado terminar la carretera de acceso antes de la nieve (si no, en el fango, los camiones se habrían empantanado). Hemos logrado también completar al último minuto el techo del ala sur, mientras la nieve comenzaba a caer, con los obreros que colocaban las tejas de pizarra que pronto se cubrían de un manto blanco».

Una vez colocado el techo, los obreros han podido trabajar dentro mientras fuera el termómetro descendía a menos treinta grados. Desde febrero, sesenta obreros trabajan en la instalación de la calefacción, instalación eléctrica e hidráulica.

Los arquitectos del estudio de John Pawson de Londres, un nombre famoso en todo el mundo, siguen paso a paso el resurgir del espléndido conjunto barroco. Incluso los monjes trabajan como obreros con casco en la cabeza y todo y siguen rezando la Liturgia de las Horas en una pequeña habitación con una estufa.

La comunidad comenzará su andadura con quince monjes, casi todos sumamente jóvenes.

Fuera, el terrible invierno empieza a ceder y comienza el deshielo. El 21 de marzo, el primer día de la primavera, se colocará la primera piedra de la capilla de la nueva abadía. Un signo de renacimiento en el Este de Europa.

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ZENIT Staff

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