Roma ha vivido una Jornada Mundial de la Juventud

Periodistas comparten su experiencia en las exequias de Juan Pablo II

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CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 8 abril 2005 (ZENIT.org).- Una verdadera «Jornada Mundial de la Juventud» o un «acontecimiento histórico» han supuesto las exequias de Juan Pablo II, consideran algunos periodistas presentes en el Vaticano.

Una respuesta sorprendente se suscitó, según ha podido constatar día a día el mundo entero, tras la muerte del Papa el pasado 2 de abril. Roma se convirtió en meta de peregrinación de millones de fieles, deseosos de dar su último adiós al Santo Padre y de participar en los ritos de sus exequias entre el lunes y el viernes.

«El ambiente que se está respirando aquí es un ambiente de Jornada Mundial de la Juventud; yo creo que el Papa ha “anticipado” la de Colonia, nos ha convocado aquí a un montón de miles de personas, de los cuales cientos de miles son jóvenes y cientos de miles son polacos», reconoció a Zenit –instantes antes de la Misa exequial– el sacerdote y periodista Josetxo Vera, de «Popular Televisión» de Navarra (España) y de la Revista «La Verdad» del arzobispado de Pamplona y Tudela, de la misma provincia.

«Ese es el ambiente que se vive –describió–: ha habido muchos cantos, sobre todo en las esperas, en las filas. Es imposible una concentración humana tan grande con tan buen ambiente: no ha habido en toda la semana ni una discusión, ni una mala cara, todo ha sido amabilidad, por parte de la organización con gran paciencia para todos, y por parte de la gente que ha venido. Creo que es una cosa que sólo podemos hacer la Iglesia católica: que haya buen ambiente».

«También ha habido gente que se ha estado confesando o que hizo ayer una peregrinación desde San Juan de Letrán. Es un ambiente casi de Jornada Mundial de la Juventud», subrayó.

Otro aspecto impresionó mucho al joven sacerdote, y le pareció «admirable»: «Este Papa –explicó– ha tenido siempre cerca a los enfermos, a la gente que sufre, en todas sus audiencias; también ahora han tenido espacio reservado junto a él en la oración, pues si ha venido alguien, por ejemplo, en silla de ruedas, ha llegado hasta el Papa, y allí estaban rezando ellos y a su lado los cardenales».

«Es impresionante –admitió–. Juan Pablo II siempre se ha fiado y apoyado en los enfermos y ha vivido su enfermedad con ellos, y los ha tenido cerca en el momento de la muerte, y no más alto que ellos estaban los cardenales».

«De éstos últimos también es impactante ver la piedad con la que rezan, el sentimiento y la conciencia con la que viven, y hay que pensar –y esto también impresiona– que uno de ellos no volverá a su casa: Dios le pedirá que ocupe el lugar de una persona [Juan Pablo II] que para mí es santa. Pero ya la Iglesia lo dirá dentro de unos años». concluyó.

«La reacción que se ha suscitado entre la gente» tras la muerte del Papa es el motivo por el que vino a Roma María Ester Guzmán Mariscal, del Diario AM de León (Guanajuato, México) y del periódico de la archidiócesis de Morelia (Michoacán).

«Juan Pablo II, independientemente de las creenecias y de las tendencias, era, a mi parecer, el único líder moral que quedaba; entonces vemos la reacción que ha generado», comentó.

Dirigiendo al mirada la Plaza de San Pedro y al sagrado, con numerosas autoridades mundiales –políticas y religiosas–, comentó: «Me parece interesante ver lo homogéneo que está esto, la presencia de líderes de países que no son católicos, o sus condolencias: ese sentir del mundo en general por la ausencia del único líder moral que quedaba».

Maa Soumeh Classy es musulmana de origen iraní. Enviada por «ISNA» («Iranian Students News Agency», con sede en Teherán) para cubrir informativamente las exequias de Juan Pablo II, la periodista forma parte de la delegación del presidente de la República en su inmensa mayoría islámica, Mohamed Jatamí –que llegó el jueves procedente de París–, presente en la Misa exequial en el Vaticano este viernes.

«Mi agencia me ha enviado para cubrir este acontecimiento histórico. Siendo un país islámico, estamos interesados y respetamos mucho al Vaticano», explicó la periodista.

Aclaró: «Nuestra presencia en las exequias del Papa demuestra nuestra voluntad de diálogo entre civilizaciones, que también nuestro presidente siempre ha subrayado y repetido».

«También es importante desde el punto de vista profesional –admitió–: como periodista para mí es lo máximo estar en este evento histórico».

Y «como musulmana» explicó: «Respetamos todas las demás religiones»; «tanto nuestra fe como el profeta Mahoma respeta a Cristo y a los cristianos, porque consideramos a Cristo como un profeta de la misericordia».

Reconoció que no tuvo oportunidad de conocer personalmente a Juan Pablo II. Pero «para mí tiene mucha importancia como líder religioso y por su personalidad misma, que impacta mucho», concluyó.

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ZENIT Staff

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