Ruanda: "Kibeho puede convertirse en la ciudad de la reconciliación"

Monseñor Misago comenta el reconocimiento de las apariciones marianas

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GIKONGORO, 15 julio 2001 (ZENIT.org).- “Espero que gracias a la Virgen, Kibeho se convierta en la ciudad de la reconciliación”, indica monseñor Augustin Misago, obispo de Gikongoro, al comentar a la agencia Fides el reconocimiento oficial de la aparición de la Virgen en Kibeho, en su diócesis. La Virgen, según ha reconocido la Iglesia recientemente, se apareció a tres jóvenes del lugar: Alphonsine Mumureke, Nathalie Mukamazimpaka y Marie Claire Mukangango.

En el transcurso de los años, otras personas en África afirman haber encontrado a la Virgen, y también a Jesús, pero estas apariciones no se han considerado válidas.

Monseñor Misago ha sido el principal apoyo de la comisión de investigación en Kibeho y ha publicado un imponente volumen sobre este argumento. «Desde que se difundió la noticia de las primeras apariciones en 1981 -explica- hubo en todo el país, y todavía los hay, demasiados videntes que afirman ver a María. Como Iglesia, hemos juzgado las primeras apariciones como suficientes para los fines de la fe. El resto son imitaciones o, en cualquier caso, no aportan nada nuevo a las apariciones originales de Kibeho».

Kibeho se ha convertido en meta de peregrinaciones y de encuentros de oración, guiados por los obispos; desde que, el 15 de agosto de 1988, fue autorizado el culto público. Sobre las consecuencias que las apariciones han tenido para la vida de la Iglesia, y para el proceso de reconciliación del pueblo ruandés, monseñor Misago afirma: «En primer lugar, querría que, gracias a la ayuda de la Virgen María, Kibeho se convirtiera en ´la ciudad de la reconciliación´. Sin duda, se ha creado una devoción mariana local, y se hacen peregrinaciones a Kibeho. Por desgracia, la situación general de inestabilidad del país limita los desplazamientos de las personas, y por tanto también el flujo de peregrinos se resiente».

Sobre el hecho de que la Virgen se haya aparecido en Kibeho con el semblante de una mujer del lugar, que hablaba en la lengua local, el obispo afirma: «Es normal que la Virgen, cuando se aparece en un sitio, se exprese en la lengua local. En Francia hablará francés, en Inglaterra, inglés. Y es que María se hace siempre cercana a las personas, adaptándose a su cultura».

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ZENIT Staff

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