Ruanda: La reconciliación es un don que Cristo puede dar, dice el Papa

El papa Francisco recibió este jueves en el Vaticano a los obispos de la Conferencia Episcopal de Ruanda, que se encuentran en Roma en ‘visita ad límina’.

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El Santo Padre tras recordar que «Ruanda conmemorará en unos pocos días el vigésimo aniversario del inicio del terrible genocidio que causó tanto sufrimiento y las heridas que aún están lejos de cerrarse», indicó que se une «con todo mi corazón enlutado y les aseguro mi oración por ustedes, sus comunidades a menudo desgarradas, por todas las víctimas y sus familias, por todos los ruandeses, independientemente de su religión, opción étnica o política».

El Pontífice invitó a la reconciliación y la curación de tantas heridas que sin duda siguen siendo la prioridad de la Iglesia en Ruanda. «Les animo a perseverar en este compromiso, y a asumir por muchas iniciativas», dijo.

En este país situado en el centro de África, con unos 12 millones de habitantes, tras la dominación belga que permitía la instrucción solamente a la etnia tutsi, subió al poder el rey Mutara II de la etnía hutu y que reinó por casi treinta años. A su muerte en 1959, los tutsi reobtuvieron el poder. En 1961, con el apoyo de los colonos belgas, la mayoría hutu retomó el poder y declaró la independencia y abolió la monarquia tutsi. El odio entre las etnias fue creciendo y con el sucederse de diversos hechos se produjo una escalada de violencia que, en 1994, causó el genocidio más sanguinario de la historia en proporción a su duración. En sólo 100 días se cometieron más de 800 mil asesinatos y se produjeron desplazamientos, como el de unos dos millones de hutus a los países vecinos.

Un período de la reconciliación comenzó hacia el año 2000 con la creación del Tribunal Penal Internacional para Ruanda (TPIR) y la reintroducción de Gacaca, una justicia tradicional popular de aldea.

El Pontífice le indicó a los obispos de Ruanda la necesidad del «perdón de los pecados y la reconciliación verdadera, que puede parecer imposible a la vista humana, después de tanto sufrimiento». Entretanto precisó que la reconciliación «es un don posible que Cristo puede dar, a través de la fe y la oración, mismo si el camino es largo y necesita de diálogo recíproco».

Recordó que por lo tanto la Iglesia tiene su lugar en la reconstrucción de la sociedad ruandesa reconciliada «con toda la fuerza de su fe y de la esperanza cristiana» y que en el contexto de la reconciliación nacional también es necesario fortalecer las relaciones de confianza entre la Iglesia y el Estado, a través de un diálogo constructivo y genuino con las autoridades para reconstruir la sociedad «sobre los valores de la dignidad humana, la justicia y la paz».

El Papa concluyó agradeciendo «el trabajo perseverante de los institutos religiosos que con tantas personas de buena voluntad están dedicados a todas aquellas víctimas de la guerra, en el alma o el cuerpo, especialmente de las viudas y los huérfanos, y también los ancianos, los enfermos y los niños».

Porque «la vida religiosa a través de la ofrenda de adoración y oración, hace creíble el testimonio que la Iglesia da de Cristo resucitado y de su amor hacia todas las personas, especialmente los más pobres». E invitó a dirigirse a ‘Nuestra Señora de los Dolores ‘ para que conceda el don de la reconciliación y la paz.

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Sergio Mora

Buenos Aires, Argentina Estudios de periodismo en el Istituto Superiore di Comunicazione de Roma y examen superior de italiano para extranjeros en el Instituto Dante Alighieri de Roma. Periodista profesional de la Associazione Stampa Estera en Italia, y publicista de la Orden de periodistas de Italia. Fue corresponsal adjunto del diario español El País de 2000 a 2004, colaborador de los programas en español de la BBC y de Radio Vaticano. Fue director del mensual Expreso Latino, realizó 41 programas en Sky con Babel TV. Actualmente además de ser redactor de ZENIT colabora con diversos medios latinoamericanos.

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