CIUDAD DEL VATICANO, 7 mayo 2002 (ZENIT.org).- Después de más de dos semanas de la expulsión de un obispo católico de Rusia, la Santa Sede todavía no ha recibido ninguna explicación por parte de las autoridades de ese país, ha constatado este martes un comunicado vaticano.
En respuesta a preguntas de los periodistas, Joaquín Navarro-Valls, portavoz de la Santa Sede, ha reconstruido la situación que se desencadenó el 19 de abril pasado, cuando a monseñor Jerzy Mazur, obispo de San José en Irkutsk, Siberia oriental, se le impidió en el aeropuerto de Moscú entrar en Rusia.
«La Santa Sede intervino inmediatamente para pedir explicaciones al Ministerio de Asuntos Exteriores de la Federación Rusa sobre las motivaciones que habrían inducido a las autoridades de frontera a rechazar la entrada del prelado», revela.
«Con sorpresa –añade Navarro-Valls– hay que constatar que después de algo más de dos semanas todavía no han llegado las informaciones pedidas».
Hechos como la expulsión del obispo Mazur y del padre Stefano Caprio han reabierto el debate sobre el derecho a la libertad religiosa en Rusia, después de que la Duma (Cámara de diputados) pidiera en días pasados al presidente Vladimir Putin el cierre de las cuatro diócesis católicas recién creadas por Juan Pablo II en la Federación.
