BILBAO, 10 enero 2001 (ZENIT.org).- Más de la mitad del clero diocesano de Bilbao ha suscrito ya una nota espontánea, hecha pública el pasado día 5 de enero, en la que explícitamente se dirige a ETA par pedir: «dejad de matar por siempre jamás».
«No extorsionéis a nadie, ni amenacéis ni amedrentéis –exhortan los sacerdotes–. No digáis que lo hacéis en nombre del pueblo. No lo representáis».
La nota, en cuanto «ciudadanos como somos», ha ido corriendo de mano en mano, por lo que se explica –en contra de lo que han publicado algunos medios– que todavía no haya sido firmada por el resto del clero vizcaíno, que por boca de su obispo, Ricardo Blázquez, ha tomado claramente posición en los últimos meses en contra de los atentados y de su propia razón de ser.
El documento, que pide esfuerzos a los políticos, educadores y periodistas, también significa una suerte de «mea culpa» por parte de los propios sacerdotes.
«Los abajo firmantes, reconocemos que a menudo no hemos sabido estar cerca de quienes más injustamente han sido golpeados por acciones violentas, no hemos alzado nuestra voz o realizado gestos de denuncia de conductas vejatorias. Pedimos perdón y renovamos nuestra apuesta por la paz», afirma el documento.
Este gesto se produce en vísperas de la celebración, el 13 de enero próximo, de un encuentro de oración por la paz, en Vitoria, convocado por los obispos de las diócesis vascas y el arzobispo de Pamplona.
La celebración, que llevará por título «Entre todos, paz para todos», comenzará a las once y media con una marcha hasta la explanada de Mendizabala. El lema, explica la revista del obispado de Bilbao, «también hace refernecia a la necesidad de tomar parte activa en la búsqueda de la paz por encima de opciones, posturas e intereses particulares de personas y de grupos, al servicio del bien común».
