ROMA, 14 abril 2002 (ZENIT.org–Avvenire).- Pascual Chávez Villanueva, mexicano, elegido hace pocos días noveno sucesor de san Juan Bosco, subraya que el desafío más importante que los 17.000 salesianos tienen actualmente, en los 130 países en los que están presentes, es el de ser fieles a su identidad «para fascinar a los jóvenes».
–Hablemos del Capítulo, abierto en febrero y todavía en curso por algún día. ¿Cuáles han sido los temas principales?
–Pascual Chávez: La reflexión capitular se ha concentrado en dos grupos de temas. El primero, relativo a las estructuras de Gobierno para hacerlas más ágiles y coordinadas para un servicio mejor a provincias e inspectorías. El segundo, es la comunidad porque en ella se juega mucho para la vida de los hermanos, la visibilidad evangélica que debemos transmitir, la capacidad de implicar fuerzas que cooperen en el campo de la evangelización y para ofrecer una mayor calidad.
–¿Le preocupa el descenso numérico de vocaciones?
–Pascual Chávez: No es todavía tan preocupante. Países como Italia, Francia, España, Irlanda, sufren un descenso relevante, pero en otros comprobamos un impulso notable, como en India. En Europa, Polonia tiene mucha energía. América Latina confirma sus cifras y así la situación no es tan dramática como sería si la Congregación estuviera basada sólo sobre Europa. Al mismo tiempo no podemos perder de vista lo que sucede y por tanto estamos atentos.
–¿Está de acuerdo con quien afirma que hay que responder al descenso de vocaciones con una formación de calidad?
–Pascual Chávez: El esfuerzo realizado en los últimos seis años ha sido el de actualizar la formación, para tratar de responder a las necesidades del joven culturalmente nuevo que llega a las filas salesianas. Tiene una sensibilidad diversa de la nuestra, es hijo de su tiempo, la formación debe apuntar a la base humana, también procesos de mayor personalización para garantizar más solidez y consistencia vocacional. Ciertamente, la solución no es la de la cantidad sino la calidad.
–Los análisis sociológicos indican que los jóvenes de hoy tienen mayor dificultad en el comprometerse en opciones definitivas. ¿Cuál es su opinión?
–Pascual Chávez: Por una parte, podemos decir que los jóvenes tienen valores muy intensos, diversos de los de mi generación, por ejemplo, pero fuertes. Tienen sin embargo debilidades como la falta de decisión para hacer opciones definitivas, a largo plazo o para siempre, como es para nosotros la profesión perpetua. Pero no es una situación tan generalizada, porque hay grupos que hacen itinerarios de crecimiento humano, espiritual, de compromiso eclesial, de manera que tenemos entre nuestra filas salesianos muy válidos.
–El Capítulo ha decidido limitar a dos mandatos el encargo de Rector Mayor ¿Por qué?
–Pascual Chávez: Ha sido una propuesta adelantada ya hace seis años y el Capítulo de entonces no la aprobó por un voto. Un servicio más largo no se excluye porque se puede siempre recurrir a la Santa Sede para una derogación. Pero en general pensamos que el servicio de Rector Mayor es un empeño tan fuerte que doce años son suficientes para ofrecer un servicio de calidad a la Congregación, que de todos modos tiene necesidad siempre de alternancia, de novedad, de renovación.
–¿Cuál es el mayor desafío de la Congregación hoy?
–Pascual Chávez: Está en línea con el programa pastoral de la «Novo millennio ineunte»: el primado de Dios. El Papa nos invita a ser contemplativos de Cristo, a buscar una experiencia mística que permita ir más allá de la adhesión y apuntar a la implicación existencial profunda, para volver a partir de Cristo y mirar al mundo, pero basándose en la confianza de la esperanza cristiana. El desafío es el de ser salesianos, con una identidad profunda para ofrecerla a nuestros jóvenes y ser capaces de atraerlos, de fascinarlos a partir de nuestra vocación.
