Santa Brígida de Suecia, profeta para un mundo marcado por tensiones

Habla Tekla Famiglietti, madre general de las religiosas Brígidas

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

ROMA, 3 octubre 2002 (ZENIT.orgAvvenire).- La madre Tekla Famiglietti, madre general de las 600 religiosas Brígidas que hay en el mundo, tiene en su despacho muchos libros de Historia de la Iglesia y una foto sorprendente en la que aparece con Fidel Castro.

Se prepara a celebrar este viernes VII centenario del nacimiento de santa Brígida, compatrona de Europa. Juan Pablo II con este motivo ha convocado en la Basílica del Vaticano una importante celebración ecuménica con líderes luteranos, en la que participará la princesa heredera de Suecia, Victoria.

Por su parte la Orden del Santísimo Salvador de Santa Brígida ha organizado para el viernes y el sábado un congreso en Roma que lleva por lema «Hacia un mundo más justo y más digno: la vía de la belleza».

–Si Santa Brígida de Suecia, mujer pionera que del siglo XIV, viviera hoy, ¿se dirigiría a Sadam Huseín y a George W. Bush para invocar la paz?

–Madre Famiglietti: Estoy segura que haría todo lo posible para ser recibida por ellos como hizo con muchos políticos de su época.

–¿Qué les diría a los grandes de la tierra?

–Madre Famiglietti: Su actualidad está en la misión profética que el Señor le había confiado. Y pienso que la «portavoz de Dios», como había sido definida, pueda recordar también a los hombres de hoy el primado de Dios, la necesidad de la oración y de la penitencia para la reparación de los pecados. En su tiempo no faltaban problemas: Francia e Inglaterra estaban en guerra, el Papa alejado de Roma en Aviñón, eran comunes costumbres que no eran irreprensibles, incluso en la Iglesia. Santa Brígida recuerda a cada uno los propios deberes y lo hace obedeciendo a lo que el Señor le dicta. De manera que su mensaje, además de espiritual, se hace político, en el sentido más elevado del término.

–¿Por qué han decidido hablar sobre «la vía de la belleza» en el Congreso organizado para este centenario?

–Madre Famiglietti: La vía de la belleza es uno de los senderos que santa Brígida indica, con su ejemplo y su vida, a los hombres que quieren iniciar el itinerario del Evangelio. Muestra el rostro atrayente de la humanidad del Verbo encarnado. Pero sin olvidar la vía de la cruz porque el cristianismo nace de las tinieblas del Viernes Santo; la vía de la educación porque ella, esposa y madre de ocho hijos, nos estimula a volver a poner en el centro a la familia; la vía de la santidad y naturalmente la vía de la unidad.

–La unidad es quizá el aspecto más conocido de la santa sueca…

–Madre Famiglietti: Sí, porque se esforzó incesantemente por reparar las fracturas en la Iglesia. Basta pensar en todo lo que hizo para que el Papa volviera de Aviñón a Roma. Y, por tanto, aunque su vida precedió en 150 años al cisma luterano, puede ser considerada maestra de ecumenismo.

–¿Cuál sería la lección para quienes hoy anhelan dar pasos hacia la unidad de los cristianos?

–Madre Famiglietti: Ella nos impulsa en la dirección de un ecumenismo espiritual y al mismo tiempo activo, pidiendo a todos los creyentes en Cristo que crezcan en la comunión a través de la oración y el «martirio» de una fe evangélicamente vivida. Es lo que nos esforzamos por hacer nosotras con nuestras 44 casas esparcidas por el mundo, promoviendo la adoración y lo que definimos el ecumenismo de la amistad, del respeto y de la acogida. Porque cuando más nos conozcamos, incluso bajo el perfil humano, más podremos caminar ligeros por la vía de la unidad.

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación