Santa Sede a la UNESCO: “La cultura debe basarse en la verdad sobre el hombre”

Intervención de monseñor Follo en la Conferencia General de París

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

CIUDAD DEL VATICANO, jueves 22 de octubre de 2009 (ZENIT.org).- Las culturas “no merecen” ser tenidas por tales “a menos que acepten ser inspiradas y fundadas sobre el respeto al hombre”.

Así lo afirmó el representante de la Santa Sede, monseñor Francesco Follo, en la 35ª Conferencia General en París (Francia) el pasado 10 de octubre, y cuya intervención ha hecho pública hoy la Santa Sede..

“¿Qué es el hombre? Esta es una pregunta vasta y compleja a la que toda cultura verdaderamente humana debe someterse y a la que debe responder”, afirmó el prelado.

La respuesta a esta pregunta, que debe trascender todas las barreras, “no puede ser otra que el hombre en su verdad”, explicó, como por ejemplo, el derecho de todo hombre a nacer.

“Evitemos, pues, hablar de estos derechos sin ser conscientes y sin hacer referencia al hecho que están enraizados en el respeto profundo al hombre total, desde su concepción hasta su muerte naturales. Una cultura puede considerarse noble sólo en base a su capacidad para aprehender al hombre en su verdad y para reconocerle los derechos vinculados a la verdad de su ser”, afirmó.

En este sentido, el representante de la Santa Sede conminó a la UNESCO a buscar que “cada cultura no se encierre en sí misma”, sino a “hacer comprender que cada cultura vive siempre en interacción con otras culturas, y que “la” cultura es un acontecimiento más que un hecho establecido y adquirido”.

Crisis económica

El prelado citó un pasaje de la encíclica Caritas in Veritate, en el que el Papa pedía, ante “la complejidad y la gravedad de la situación económica actual”, que las personas asuman “las nuevas responsabilidades a las que nos llama la situación de un mundo que necesita renovarse en profundidad al nivel cultural”.

En este sentido, subrayó que “es importante tomar conciencia de que la economía está al servicio del hombre. Es al hombre y a la cultura a quienes la economía debe servir”.

“El hombre es un ciudadano y la ciudad es el lugar donde los hombres debaten sobre la verdad, el lugar donde a menudo lo encuentran o donde les es enseñada. La estabilidad económica es necesaria para favorecer este debate, pero la cultura – es decir, el acceso del hombre a su plena humanidad – no es un lujo reservado solamente a las economías prósperas”.

En este sentido, el prelado, partiendo de tres principios en los que se apoya la labor de la UNESCO – la verdad, la cultura y la ciudad – explicó que por un lado “la cultura sirve como término medio, como vínculo entre la verdad y la ciudad”, y por otro transmite “verdades sobre el hombre, sobre el conjunto de los hombres, y por tanto sobre la ciudad”.

“La cultura se encuentra por tanto en el lugar donde los hombres se preocupan por la verdad y la buscan”, añadió, a través de la educación y la apertura hacia las demás culturas.

Apostó por tanto por una mayor interculturalidad “basada en el respeto de una cultura hacia otra, y sobre todo en el respeto del hombre, que es señor y sujeto de la cultura”.

“La interculturalidad es auténtica sólo si permite al porvenir ser fiel a su pasado, a lo mejor de éste, para intentar construir un futuro positivo para el hombre y para la ciudad”.

Por otro lado, pidió una revaloración de la filosofía, “por desgracia considerada demasiado a menudo como la más inútil de las disciplinas porque es la más libre de los intereses particulares y de parte”.

“Es en cambio una disciplina útil e indispensable porque está particularmente al servicio del hombre, y por tanto al del bien de toda la humanidad, de la ciudad”.

“Promoviendo todo lo que contribuye a hacer crecer la dignidad del hombre, de su mente y de su inteligencia, la UNESCO será fiel a su vocación y a su alta misión”, concluyó.

[Por Inma Álvarez]

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación