¿Se puede hacer cine «católico»? Congreso Internacional en Roma

Opiniones enfrentadas de Lilliana Cavani y Krzysztof Zanussi

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ROMA, 15 dic 2000 (ZENIT.org).- ¿Existe el cine «católico»? Un debate en torno a esta pregunta puso ayer el punto final a un Congreso Internacional de Estudios celebrado en Roma en vísperas del Jubileo del espectáculo.

El encuentro llevaba por tema «Juan Pablo II y el cine: un itinerario de fe y cultura, arte y comunicación». Fue organizado por el «Festival Tertio Millennio», celebrado en estos días en Roma, en la Facultad de Ciencias de la Comunicación Social de la Universidad Pontificia Salesiana.

Los directores Lilliana Cavani y Krzysztof Zanussi defendieron posiciones opuestas. El debate se inició tras la introducción del arzobispo John P. Foley, presidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, quien definió al Papa como «un atento estudioso del cine que busca la chispa de lo divino en la experiencia humana y que ama profundamente a los artistas».

«Vengo de una cultura laicista», reconoció Lilliana Cavani, directora del filme «Francesco», sobre la vida de san Francisco de Asís, por el cual dice haber sido «etiquetada en cambio como la disidente católica». La directora, sin embargo, revelando un detalle hasta ahora inédito, cuenta que el 6 de enero de 1990 vio la proyección de esa película junto a Juan Pablo II en una pequeña sala privada.

«Lloró durante el filme y, de vez en cuando, me abrazaba. Ha sido mi espectador más atento y conmovido».

«Me auguro –añadió la directora de cine– que nadie haga cine católico, no pueden existir estas etiquetas. Me viene a la mente la carta del Papa a los artistas: es bellísima. No pide a los artistas que sean buenos para hacer películas buenas, sino ser ellos mismos».

Krzysztof Zanussi, director polaco, no estaba de acuerdo. Para él el cine católico existe: «Un artista católico encuentra muchas puertas cerradas y se le mira con escepticismo por parte de los colegas y los festivales. No me lamento. No nos engañemos: no tenemos muchas posibilidades. Sin embargo, tenemos algo que proponer al mundo y debemos hacerlo aunque sepamos que esto hará que permanezcamos solos».

En el debate, que se ocupó también de comunicación en general, participaron el presidente de la productora Lux, Ettore Bernabei, y el director del «Corriere della Sera», el diario de mayor tirada de Italia, Ferruccio De Bortoli, quien subrayó que «el secreto fundamental de la comunicación es el respeto por el público. Juan Pablo II, al igual que Juan XXIII, nos ha enseñado a usar bien los medios de comunicación. Ha sabido emplear bien no sólo su cultura y su vida ascética sino también sus dotes de actor. La comunicación es también esto: emplear todo lo que uno es para dar lo mejor».

De Bortoli añadió que «el mensaje de Juan Pablo II en tantos años de pontificado, en su comunicación global y extraordinaria, comprendida también por quien no cree, es el de prestar más atención al hombre, poniéndolo en el centro».

Un discurso éste que vale, sobre todo, para «aquellos que están al margen y de los cuales incluso nosotros periodistas tenemos dificultad para dirigirnos porque están fuera del cono de luz de una cierta dictadura cultural imperante».

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ZENIT Staff

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