Sigue la violencia en la República Centroafricana

Denuncia el padre Gazzera, misionero carmelita

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En la República Centroafricana, dos meses después del golpe de estado de la coalición de rebeldes Seleka “no se ve ninguna mejora. No hay nada que funcione a nivel de administración, no hay fuerzas del orden, siguen los abusos, las escuelas estatales están todavía cerradas”. Son declaraciones del padre Aurelio Gazzera, misionero carmelita descalzo.

El padre Aurelio Gazzera, de 51 años, vive desde 1992 en Centroáfrica, desde 2003 dirige una misión en Bozoum, un pueblo a 400 kilómetros de la capital Bangui. Los rebeldes –declara el padre Gazzera a la agencia SIR- usan la fuerza de manera arbitraria. “Hay siempre miedo de que suceda algo. La gente se mueve poco. Siguen los robos. La semana pasada torturaron a una persona, luego arrestaron a un parroquiano que trabaja en Caritas. Cuando fui a hablar con los rebeldes para hacerlo liberar había una decena de personas arrestadas”.

“Psicológicamente es duro –añade- porque estamos indefensos. Pueden hacer lo que quieran: pretender dinero, pegar o arrestar. Para entrar en el pueblo debemos pagarles. Arremeten contra las personas solo porque alguno es espía. Para ellos es un asunto rentable. Es gente habituada a hacer la guerra, a atacar a los más débiles. Tratamos de ayudar a la gente a comprender lo que está sucediendo. Quizá deberemos habituarnos a un periodo en el que recorrerán el país y se convertirán en bandidos”.

Respecto a las violencias contra los cristianos y los riesgos de una “islamización” del país, el padre Gazzera admite que “objetivamente hay elementos que hablan de islamización. Pero es mejor que no se creen ulteriores problemas”. “Es objetivo que en el gobierno más de la mitad de los ministros son musulmanes –observa–, a pesar que entre la población no lleguen al 15%. El presidente sigue desmintiendo y diciendo que la prioridad es la seguridad, pero no es muy creíble. Hay que ser cautos porque existe el riesgo de la reacción contraria, que podría ser muy peligrosa. Ya alguno empieza a azuzar contra los musulmanes. En Bangui deben proteger a quien a va a rezar a la mezquita. Esto no es bueno. Es también el fruto de problemas creados por los rebeldes y por los musulmanes que se han aprovechado de la situación. Pero no debemos exagerar el tono”.

El misionero invita a “tener mucho respeto por las comunidades musulmanas, para no encender una reacción contra el islam”. Y anuncia que la archidiócesis de Bangui iniciará una serie de encuentros formativos dirigidos a las autoridades de diversas religiones, “para ayudar a quien está llamado a hacer obra de mediación con los rebeldes. Es ya una respuesta”.

La comunidad internacional por su parte puede tener encendidos los reflectores sobre Centroáfrica: “Hablar de ello puede ya ayudar, incluso a nivel de decisiones internacionales. Somos un país pequeño, que no interesa a nadie. Solo no puede salir adelante”.

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ZENIT Staff

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