Sin caridad la fe no tiene sentido

Afirma el obispo de Pamplona Francisco Pérez González

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El encuentro promovido por los obispos amigos del Movimiento de los Focolares tuvo lugar en Roma del 29 al 31 de enero. Esta reunión habitual entre obispos cercanos a este movimiento, fundado por Chiara Lubich, este año se celebrará en diversas regiones del mundo como Líbano, Corea del Sur, Madagascar, Estados Unidos, Brasil o Alemania.

El celebrado en Roma es el primero de este año y contó con la presencia de obispos de diferentes diócesis italianas, de otros países de Europa, Líbano, Corea del Sur y Ciudad del Vaticano.

Durante estos tres días, además de participar en la Audiencia General con Benedicto XVI, tuvieron espacios de reflexión y debate sobre temas como la nueva evangelización y la espiritualidad de comunión, en el hoy de la Iglesia y del mundo, el desafío de la sinodalidad eclesial, Iglesia y Europa, y la historia de los focolares en relación al Concilio Vaticano II.

ZENIT ha entrevistado al­ obispo de Pamplona, España, para saber cuál es su impresión de esta experiencia de encuentro episcopal.

¿Cómo ha sido la experiencia de este encuentro de obispos amigos de los focolares?

Yo conocí este movimiento cuando tenía 18 años, a raíz de eso fue para mi un momento muy significativo puesto que yo estaba buscando una espiritualidad que me ayudara en mi recorrido de fe y conocí esta espiritualidad y doy gracias al Señor porque es fruto del Espíritu y porque la Iglesia ya desde hace años lo aprobó como un movimiento eclesial y como un movimiento que ayuda a revivir y a revitalizar la vida de la misma Iglesia. Después como sacerdote lo mismo y ahora que ya hace 17 años que soy obispo y siempre he venido a estos encuentros.

Ahora lo hemos dividido en 9 encuentros a nivel mundial porque antes lo hacíamos según los continentes y ahora ya lo hacemos cada vez más. Aquí hemos venido casi 30 sobre todo del sur de Europa, habrá otro en Alemania en noviembre.

¿Qué temas han tratado?

El tema ha sido «Jesús en el hermano», es decir «cualquier cosa que hagáis al más pequeño a mí me lo hacéis», «tuve hambre y me disteis de comer»: en el hermano místicamente Jesús está presente y hemos ido revisando lo que quiere decir la Nueva Evangelización y el Año de la Fe y lo que significa el mandamiento de Jesús, «amaos como yo os he amado».

También hemos hecho algún análisis sobre la Iglesia en Europa y qué se puede aportar para que Europa adquiera, por así decir, esas brasas que contienen un calor y un fuego y ver si se puede soplar para que surjan las llamas y Europa sea de nuevo re evangelizada. Como suele decir el Papa Benedicto XVI y como dijo Juan Pablo II lanzando esa Nueva Evangelización con nuevo ardor, nuevos métodos y nuevas expresiones. Estos son los temas que hemos estado reflexionando y poniendo también en común nuestras ideas, experiencias y testimonios, escuchando también a otras personas que han venido a hablarnos sobre estos temas. Concretamente ha venido el Secretario General de los Sínodos, monseñor Eterovic, y así hemos podido contactar con aquellos que desde Roma pueden tener una visión mucho más universal que cuando uno se encuentra en una diócesis, que aunque también lo tiene, es más recortado

¿Qué proyectos hay en su diócesis para trabajar el Año de la Fe y la Nueva Evangelización?

Este año una de las cosas que estamos observando es entrar en lo que significa el Credo en sus 12 artículos de la fe. Cada mes se trata sobre un artículo de la fe para desde ahí hacer una reflexión y potenciar ese sentimiento que significa creer en Dios que me ama y me ha creado. Dios se manifiesta a los sencillos no a los que están llenos de sí mismos. Hacer de la vida ordinaria lo máximo posible ese vivir con ilusión, con alegría y gozo, esa fe que Dios no ha regalado. También con esa proyección de esperanza, sabemos que hay muchos momentos en los que uno puede deprimirse, sentirse mal, no ver futuro ahora que la crisis está afectando a un nivel muy fuerte. Hablamos de una crisis que no es sólo económica, es una crisis de fe, moral y de lo que significa ser persona. Y todo esto requiere tener esperanza. Y de un modo muy especial saber que la caridad, que es mi estilo de vivir la fe porque sin la caridad la fe no tiene sentido, es lo que nos hace revivir eso en lo que creemos: que Dios vive y ha apostado por nosotros, es nuestro Salvador y ha resucitado y hemos de dejar la puerta abierta para que reviva en nuestros corazones.

Por tanto, hay muchos cauces en los que uno puede revivir esta fe yendo además a las fuentes del amor de Dios que son su Palabra y los sacramentos. Por eso la confesión está potenciándose en la diócesis. Hay una capilla donde hay adoración perpetua al Santísimo, cerca de donde fue herido San Ignacio de Loyola, en la pequeña basílica. Y durante el día, de 8 de la mañana a 8 de la tarde hay confesiones. También, en la capilla de San Filippo Neri, hay dirección espiritual. Lo que pretendemos es potenciar todo aquello que nos ayude, ya que incluso algunos psicólogos nos están pidiendo a los sacerdotes que escuchemos a la gente porque a veces no saben que respuesta dar ante cuestiones de una persona de fe. Y por eso este año quiero hacer un simposio con un psiquiatra, un psicólogo y un director espiritual para ayudar a tanta gente que lo está pasando mal y que necesita una palabra de aliento, de esperanza, de ilusión, de alegría y ser escuchada. Creo que hay que potenciar esto, porque como dice el Papa, un humanismo sin Dios es un humanismo inhumano por tanto, cuando se pierde el sentido de Dios se pierde el sentido humano.

Ante esta situación de crisis de la que hablaba antes, ¿cómo trabaja la Iglesia en su diócesis para llevar ese mensaje de esperanza?

Una de las cosas que más se está realizando en la diócesis es la labor evangelizadora que se hace en las parroquias, en los grupos y movimientos… Todo esto aporta una riqueza impresionante de apoyo a la persona. Además hablamos de un apoyo integral, porque no sólo hay que pensar en un apoyo material sino también que su vida tenga sentido, porque si la vida carece de sentido de nada te sirve lo demás.

También desde el punto de vista material, Cáritas está aportando todo lo posible. Hemos abierto un comedor, ahora vamos a hacer un albergue para los sin techo. Incluso también un centro de manualidades para que ellos salgan de esa situación en la que se encuentran desamparados. Tenemos que atender también a personas que están sufriendo los embates de una sociedad hedonista, chicas jóvenes que se han quedado embarazadas y están buscando alguien que las pueda ayudar. Por eso hemos abierto un piso al que pueden ir estas chicas durante el embarazo y ver de qué forma se las puede atender en el sentido tanto humano como cristiano y material. Ya hemos ayudado a más de 40 jóvenes que no han caído en esa desesperación tan grave que deja un rastro a nivel psicológico, afectivo y espiritual. Por otro lado, estamos procurando ver si cierran una clínica abortista en Ansoaín, que va un grupo de gente a rezar el rosario todos los últimos viernes de mes y hemos hecho una recogida de firmas para evitar este mal que hace tanto daño y contradice la ley natural y la ley divina.

Por otro lado tenemos también las catequesis, la atención a los niños y los jóvenes. Hay reuniones con jóvenes todos los primeros viernes de mes en Pamplona, a la que acuden unos 300, con una hora de oración para ir fogueando el corazón del joven con la experiencia del encuentro con Dios y del encuentro con su Palabra, con la presencia de confesores para escuchar a los jóvenes. Esto mismo hemos comenzado a organizarlo también en Tudela los últimos viernes de mes, ya llevamos tres y han acudido unos 100 jóvenes. Queremos trabajar con la juventud y potenciar este espíritu de fe y este espíritu cristiano. Esto mismo también lo llevamos al ámbito de la familia. Se están haciend
o muchos encuentros y retiros con parejas que se están preparando para el matrimonio, familias… hay una gran expansión del pueblo cristiano y laicos comprometidos y de los sacerdotes.

Yo ahora estoy haciendo la visita pastoral, a cada pueblo le dedico tres días y así puedo entrar a visitar a los enfermos y la labor de cercanía de estar con la gente para anunciar el Evangelio y el mensaje de la Iglesia.

En un momento en el que parece que la religión está siendo apartada del ámbito público como está sucediendo con el cierre de capillas de las universidades ¿cuál sería su invitación a los cristianos comprometidos a ser testimonio y esperanza?

Creo que los acuerdos Iglesia – Estado no deben nunca perderse, porque la Iglesia es mayoritaria en España. Los obispos tenemos acuerdos con las distintas instituciones como puede ser la Universidad. En mi caso la Universidad de Navarra privada está muy bien cuidada porque además pertenece al carisma del Opus Dei y allí no me preocupo porque está el capellán. Y con el rector de la Universidad Civil he hecho unos convenios por las que tenemos aulas de teología y la capilla para que puedan celebrar.

A mí me parece que no hay ninguna contradicción, en tanto en cuanto un alumnado esté pidiendo algo que no contradice ni a la ciencia ni a la sabiduría ni al estudio, sino que lo favorece pues ¿por qué vamos a tener que cerrar? Yo creo que es más luchas ideológicas del pasado y no de una democracia verdadera y auténtica. Entre todos tenemos que ayudar a que los jóvenes maduren humana, técnica, intelectual y espiritualmente.

¿Cómo fue la visita de ayer con el Santo Padre?

El Santo Padre está dando la vida, porque a sus 86 años yo veo que él está ahí por y para la Iglesia. El encuentro de ayer fue muy hermoso, pudimos sacarnos una foto todos juntos. Le pude saludar y enseguida me dijo ¡Pamplona!, como él fue allí Doctor Honoris Causa recuerda con mucho cariño esta ciudad y siempre que me saluda expresa el cariño que tiene a Pamplona porque lo conoce. Fue significativo también por lo que es y significa él como sucesor de Pedro que quiere confirmarnos en la fe y yo veo que siempre es para mí un momento muy importante compartir con él y decir «Padre que todos sean uno para que el mundo crea»

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Staff Reporter

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