Sor Nirmala: Dios sacia nuestra sed con «la Eucaristía y los pobres»

La superiora de las Misioneras de la Caridad en Barcelona

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BARCELONA, 6 octubre 2003 (ZENIT.org-VERITAS).- En contacto con la Eucaristía y con los pobres el ser humano puede saciar su sed de Dios, ha explicado la sucesora de la Madre Teresa de Calcuta de visita a Barcelona.

La superiora de la congregación de las Misioneras de la Caridad, Sor Nirmala, visitó los miembros de la comunidad en Cataluña y se dirigió a ellos en la iglesia San Agustín de Barcelona, el domingo pasado, tras una Misa presidida por el cardenal Ricard María Carles.

«Sólo quiero decir que Dios tiene un amor tierno para cada uno de nosotros, sin importar lo pequeños o pecadores que seamos –dijo pausadamente, en castellano–. Él es infinito».

«Aunque todos nos dejen –continuó–, Él nunca va a dejarnos. Somos muy preciosos para Él. Y ha dicho que tiene grabados nuestros nombres en su mano. Aunque le dejemos, Él viene para buscarnos. Es nuestro Padre».

«Dios viene a nosotros –explicó–, para saciar nuestra sed, a través de la Eucaristía y del hermano pobre, el que no tiene ropa, el sin techo o el enfermo».

El arzobispo de Barcelona habló sobre el carisma de la congregación fundada por la Madre Teresa, haciendo referencia también a su entrega a la Eucaristía y a los más pobres (con el cuarto voto, específico de sus miembros, la entrega a los más pobres).

El cardenal Carles también agradeció el servicio de los misioneros y misioneras de la caridad en la diócesis, especialmente el comedor para indigentes que se reinauguró ayer en la misma iglesia de San Agustín y el centro de acogida para enfermos de sida en Sabadell.

En este sentido, el arzobispo repasó algunos títulos de libros escritos en España sobre la Madre Teresa, como «Tú me das el amor», «Ver, amar y servir a Cristo en los pobres», «La alegría de darse a los demás» y «Seremos juzgados en el amor».

Sor Nirmala ha viajado esta pasada semana a diversos lugares de España, como Madrid, Barcelona y Pamplona, antes de participar en la ceremonia de beatificación de la Madre Teresa de Calcuta, el domingo 19 de octubre en Roma.

Ante este acontecimiento, monseñor Carles se hizo eco del sentimiento generalizado de alegría de este importante paso hacia el reconocimiento de la santidad de la fundadora de las Misioneras de la Caridad.

La Eucaristía se caracterizó por la sencillez y la variedad. Empezó con la entrada de una docena de hermanas misioneras de la caridad, seguidas de una procesión que encabezada una cruz de madera y cerraba el arzobispo revestido con una sencilla casulla verde. Concelebraba únicamente el rector de la parroquia Toni Deulofeu.

La música combinaba los cantos clásicos de una soprano acompañada de un órgano con los de un grupo de voces y guitarras, cuyas letras se relacionaban con la espiritualidad de la Madre Teresa: «El rico es pobre cuando hay amor», cantaban durante el ofertorio.

Al finalizar la Misa y el discurso, la Madre Nirmala recibió, como regalo de la comunidad de Barcelona, una imagen de la Virgen de la Mercè, que el arzobispo bendijo deseando que las misioneras encomendaran a Ella sus intenciones.

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ZENIT Staff

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