Satanismo tras el asesinato del sacerdote en la catedral de Santiago de Chile

El cardenal Errázuriz denuncia la existencia de grupos satánicos en el país

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SANTIAGO DE CHILE, lunes, 26 julio 2004 (ZENIT.org).- El cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa, arzobispo de Santiago de Chile y presidente del episcopado del país, llamó el domingo la atención sobre la existencia de grupos satánicos al aludir al asesinato del padre Faustino Gazziero de Stefani en la catedral metropolitana la víspera.

El purpurado se refirió a la tragedia tras presidir la solemne Eucaristía con la que la archidiócesis chilena celebró a su patrono, el apóstol Santiago, reconociendo que la Iglesia en Santiago está atribulada por el crimen, pero no abatida.

El cardenal Errázuriz admitió que le parecía horroroso este ataque contra un sacerdote extranjero que realizó gran parte de su misión evangelizadora en Chile, con particular dedicación hacia el mundo educativo, y que prestaba el servicio regular de celebrar la misa en el principal templo de la archidiócesis.

Asimismo llamó la atención sobre la existencia de grupos que se denominan satánicos –recoge una nota de la Conferencia Episcopal de Chile–. Afirmó que es un tema del cual hay que preocuparse más y lamentó que propuestas legislativas que se han formulado sobre la materia no hayan sido atendidas de una manera mejor.

«Han dado muerte al padre Faustino también por razones de fe, por ser sacerdote de Jesucristo», dijo el arzobispo de Santiago.

«El príncipe de las tinieblas, satán, continúa su lucha contra la luz, como si olvidara que ya fue derrotado por Jesucristo que resucitó después de muerto y ha llegado a ser la vida, la esperanza y la luz que ilumina todo ser humano», añadió.

Monseñor Errázuriz advirtió que esa lucha se ha dado «en una nave lateral de este templo, pero también fuera de él, tratando de borrar el encuentro vivo con Jesús, Señor de nuestra vida y de nuestra historia».

El padre Gazziero, sacerdote de la Orden Siervos de María (servitas), de 68 años de edad, fue atacado mortalmente el sábado pasado en la catedral metropolitana cuando acababa de celebrar la Eucaristía.

El agresor, un joven de veinticinco años –Rodrigo Orias Gallardo— vestido de negro y armado con un cuchillo, después de herir al sacerdote se autolesionó. Según declaraciones de la policía a la prensa local, el atacante no sufría de trastornos mentales ni estaba bajo los efectos de estupefacientes.

«Ha sido una tragedia terrible e inesperada»; «este joven no conocía al padre Faustino; movido por esta locura de los grupos satánicos le ha atacado, pero lo habría hecho a cualquiera que se hubiera encontrado en aquel lugar en ese momento», reconoció profundamente conmovido el padre Bernardino Zanella, vicario responsable de los servitas en Santiago, a «Misna».

«Un hermano que estaba presente en la catedral nos ha confirmado que después de matar al padre Faustino, el joven se arrodilló a su lado invocando el nombre de satanás», informó.

El padre Zanella alertó de que «el fenómeno del satanismo en Chile, como en otros países del mundo, va fuertemente en aumento; en el país están activos numerosos grupos, sobre todo en las ciudades, si bien en los últimos años su presencia se ha extendido también a centros urbanos menores».

Estos grupos «hasta ahora se habían limitado a profanar y cometer actos de vandalismo en lugares sagrados y cementerios –prosiguió el misionero–, pero nunca había ocurrido que agredieran a personas».

Originario de Lozzo Atestino, en la provincia italiana de Padua, donde nació el 29 de abril de 1935, el padre Faustino Gazziero de Stefani se había trasladado a Chile en 1960 con 25 años de edad, inmediatamente después de su ordenación sacerdotal. En el país continuó con sus estudios y desarrolló numerosas labores.

Desde hace años estaba totalmente dedicado a la educación; era presidente de la Fundación Santa Teresa, encargada de administrar numerosas escuelas en el país. El padre Faustino coordinaba cuatro colegios de los Siervos de María en Santiago.

«Era una persona extremadamente sensible y afable», le recuerdan sus hermanos de congregación. «Al margen de su actividad ligada a la educación, desarrollaba una función pastoral en el cementerio de Santiago y algunas actividades sociales sobre todo con los ancianos de algunas residencias de la ciudad», añaden.

En el lugar donde cayó muerto el padre Faustino se han colocado flores frescas como símbolo de su sacrificio que lleva a la eterna vida. Recibirá sepultura en la catedral.

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ZENIT Staff

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