Antonio Aurelio Fernandez of Trinitarian order

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Trinitarios: "Un niño costaba 300 euros y una niña 250"

Entrevista – Diversos objetivos como liberar a niños cautivos, ayudar a las escuelas de Alepo y a las poblaciones locales

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Luchar contra la trata de personas pero también liberar a los niños cautivos, apoyar a las escuelas en la ciudad siria de Alepo, y apoyar a las personas para que no huyan, prefiriendo hacer proyectos en los lugares de origen que para los refugiados que llegan a Europa. Éstas son algunas de las misiones hoy de la Orden de la Santísima Trinidad y de los Cautivos, también conocida como Orden Trinitaria, fundada por san Juan de Mata.

Lo indicó a ZENIT el presidente de Solidaridad Internacional Trinitaria, miembro del Observatorio de la Cautividad, el padre trinitario Antonio Aurelio Fernández, durante su estadía en Roma, con motivo de la creación del Observatorio de la Cautividad.

¿Cuál es el motivo de su participación en el Observatorio de la Cautividad?
— Padre Antonio Fernández: Vengo en representación de los Trinitarios, tenemos un organismo que se llama Solidaridad Internacional Trinitaria. Está dedicado y enfocado para trabajar con los países en donde existe persecución. Mi presencia aquí es para hablar de este organismo, y lo que estamos haciendo y qué está pasando.

El primer objetivo de este Observatorio es la trata, si bien ahora el problema en Oriente Medio es urgente
— Padre Antonio Fernández: Nosotros estamos desde hace muchos años trabajando contra este problema, hasta hace cuatro o cinco años atrás, cuando en Sudán existía una guerra, nosotros los Trinitarios comprábamos a los niños para liberarlos. Hemos construido conjuntamente con los hermanos mercedarios, en Khartum, una granja escuela para estos niños que llegaban liberados, porque a sus familias las habían matado o llevadas para otro sitio. Es un proyecto conjunto.

¿Qué edad tenían estos niños vendidos?
— Padre Antonio Fernández: Desde 2 años hasta 15 ó 16. A algunos niños les habían tomado como soldados y habían logrado escapar, pero fundamentalmente eran los de los mercados.

¿A qué precio los vendían?
— Padre Antonio Fernández: Un niño a 300 euros, y una niña a 250 euros. Cuando se compraban no eran sueltos, eran grupos de cien, doscientos. Estaba la guerra entre el norte y el sur, Sudán llevaba muchos años de guerra y no lograba pagar a sus militares, y los uniformados atrapaban a las personas. Donde nosotros tenemos proyectos Rumbek bombardeaban tres veces por día, no existía nada más alto de un metro. A los hombres los mataban y las personas que atrapaban eran botín. Luego venían compradores que hacían grupos y los vendían a Arabia Saudita o a Libia. Es un mercado que existía y nosotros tratábamos de cortar esa línea de mercado para que fueran liberados.

¿Dónde estaban estas granjas?
— Padre Antonio Fernández: En el norte teníamos las granjas reconocidas, y como era una dictadura islámica teníamos que buscar una serie de documentación para ser oficialmente reconocidos. Y lo presentábamos como niños que habíamos recogido de la calle. Ahora ya no, porque se ha separado el norte del sur y no existe este tipo de esclavitud, si bien existen esclavos, que son los que habían vendido antes.

¿Actualmente en dónde están trabajando?
— Padre Antonio Fernández: Ahora en Siria estamos siguiendo y financiando todos los colegios cristianos de Alepo. Era una urgencia, porque al bombardear las escuelas no había medios para que los profesores dieran clase, y los niños estaban en las calles. Esto servía para que el Estado Islámico los convenciese, pues estos niños al no tener futuro, o dinero, se van pasando al Estado Islámico que les da lo que quieren.

Como requisito urgente, el obispo nos propuso financiar estos colegios de Alepo y es lo que estamos haciendo este año. También estamos financiando alimentación. Lo que está sucediendo con los refugiados queremos evitarlo en su origen, que la gente no tenga que dejar sus casas, no tenga que huir. En vez de financiar proyectos aquí para la gente que llega, es financiar allí.

¿Y funcionan los proyectos en el lugar para evitar que emigren?
— Padre Antonio Fernández: Sí, aunque dentro de las limitaciones visto que están bombardeando. Porque Alepo está en zona de frontera, tienen al lado al Estado Islámico. Si la población tiene recursos que les pueda servir, tratan de mantenerse en su país. Tenemos también otro proyecto que es de alimentación y agua, porque el agua no existe, se corta por los bombardeos, no hay agua potable.

¿Cómo se sale de esta situación?
— Padre Antonio Fernández: Quien lo sabe es Occidente que la ha provocado, entonces sabrán como se sale de esto. Toda la gente que viene aquí, es porque no tienen recursos, nadie quiere venir aquí, sino vivir en su casa con su cultura. Europa no se puede mantener por sí misma, no tiene suficientes recursos propios, todo lo trae desde fuera, nos traemos las cosas de África y de otros sitios pero no queremos que venga la gente. Si dejamos que haya un comercio claro, normal, ellos que se quedan allí.

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Sergio Mora

Buenos Aires, Argentina Estudios de periodismo en el Istituto Superiore di Comunicazione de Roma y examen superior de italiano para extranjeros en el Instituto Dante Alighieri de Roma. Periodista profesional de la Associazione Stampa Estera en Italia, y publicista de la Orden de periodistas de Italia. Fue corresponsal adjunto del diario español El País de 2000 a 2004, colaborador de los programas en español de la BBC y de Radio Vaticano. Fue director del mensual Expreso Latino, realizó 41 programas en Sky con Babel TV. Actualmente además de ser redactor de ZENIT colabora con diversos medios latinoamericanos.

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