Timor Oriental, a un año de independencia

Monseñor Belo presidió una gran celebración en la catedral de Dili

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DILI, 31 agosto (ZENIT.org).- A un año de la independencia, los
sentimientos en Timor Oriental son encontrados. Alegría por la libertad
obtenida, pero temores por los fantasmas del pasado todavía presentes bajo
la forma de milicias filoindonesias que actúan en el país.

Estos contrastes eran evidentes ayer, en la celebración del primer
aniversario del referéndum que dio la independencia a Timor Oriental. Había
gran emoción en la catedral de Dili durante la concurridísima misa
celebrada por el obispo Carlos Felipe Ximenez Belo, mientras que fuera el
centro de Dili era vigilado por un número sin precedentes de cascos azules,
armados hasta los dientes, por temor a ataques de las milicias filoindonesias.

Ante más de seis mil personas, llegadas de todo el país, monseñor Belo
recordó que este no es sólo el tiempo de la celebración sino también del
recuerdo de cuantos han muerto en 24 años de violenta ocupación indonesia.
Sólo en las semanas siguientes al referéndum del año pasado, fueron
asesinadas entre mil y dos mil personas por las milicias y por los soldados
indonesios, que habían desencadenado una oleada de violencia en el intento
de subvertir el éxito de la votación.

«Este sufrimiento –ha dicho monseñor Belo– ayudará a los habitantes de
Timor Oriental a ser más fuertes». Pero el obispo ha puesto también en la
base del futuro la exigencia de reconciliación: «Debemos perdonar a
nuestros enemigos, los generales indonesios, los dirigentes autonomistas, a
los que apoyan la integración con Yakarta y los comandantes de las milicias
unionistas», añadiendo luego: «Espero que la gente no repita las
injusticias del pasado».

También el líder independentista Xanana Gusmao se ha hecho eco de las
palabras de monseñor Belo hablando en una segunda ceremonia en el
cementerio de Dili, teatro en 1991 de una de las peores masacres
perpetradas por las fuerzas indonesias. «En cada casa hay alguno que llora
porque en esta atmósfera de libertad, hemos sin embargo perdido a muchas
personas», ha dicho Gusmao, relegido durante la noche como jefe del Consejo
nacional de la resistencia timoresa, organización que une a una veintena de
formaciones timoresas y que ahora trabaja junto a la Autoridad Transitoria
de las Naciones Unidas (UNTAET) para la preparación de las elecciones
parlamentarias y presidenciales del 2001 que marcarán el verdadero inicio
de Timor Oriental como estado independiente.

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ZENIT Staff

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