Todo bautizado debe ser misionero, afirma el Papa

La misión no se reduce a la simple promoción humana, aclara

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

CIUDAD DEL VATICANO, 16 mayo 2002 (ZENIT.org).- Juan Pablo II considera que la misión no es una exclusividad de unos pocos, sino que todos los católicos deben convertirse en misioneros.

El Santo Padre manifiesta su inquietud en un mensaje que entregó este jueves a los participantes en la Asamblea general anual de las Obras Misionales Pontificias que del 16 al 24 de mayo reúne en el Vaticano a 113 directores nacionales representantes de 150 países de todo el mundo.

«Es necesario que, en los diferentes niveles de responsabilidad, todos en la Iglesia sean educados a cooperar juntos en la misión misma de Cristo», afirma el pontífice en su mensaje que les entregó en mano a los participantes.

Ahora bien, esta vocación de todo cristiano a la misión –añadió– no excluye las vocaciones dedicadas a tiempo completo a la misión, incluso en países lejanos al de origen, los tradicionalmente llamados misioneros y misioneras «ad gentes».

Esta vocación, dijo, «conserva toda su validez: representa el paradigma del compromiso misionero de la Iglesia, que siempre tiene necesidad de entrega radical y total, de un impulso nuevo y audaz».

El Santo Padre deja claro, además, que «la actividad misionera no puede reducirse nunca a la simple promoción humana, a la ayuda de los pobres, y a la liberación de los oprimidos».

«Si bien se debe intervenir con valentía en estos frentes, en colaboración con toda persona de buena voluntad –indica en el mensaje–, la Iglesia tiene otra tarea primaria y específica: hacer que todo hombre y mujer se encuentre con Cristo, único Redentor».

Por eso, concluye el texto pontificio, «el auténtico misionero es el santo y el mundo espera misioneros santos».

Las Obras Misionales Pontificias son una institución de la Iglesia universal y de cada Iglesia particular, surgidas con el objetivo de apoyar la actividad misionera de la Iglesia en las regiones no cristianas.

Las Obras Misionales Pontificias realizan su tarea a través de las Direcciones Diocesanas y de los Institutos Misioneros, nacidos prioritariamente para el servicio de la evangelización del mundo.

Dependientes de la Congregación vaticana para la Evangelización de los Pueblos, las Obras Misionales Pontificias constituyen una única institución con cuatro Obras diferentes.

–La Obra de la Propagación de la Fe: que tiene por objeto suscitar el interés y la responsabilidad por la evangelización universal en las familias, en las comunidades cristianas, en las parroquias, en los centros docentes, en los movimientos eclesiales y en las asociaciones apostólicas. Promover la ayuda espiritual, material y el intercambio de personal apostólico para la evangelización del mundo.

–La Obra de San Pedro Apóstol: creada para sensibilizar al pueblo cristiano acerca de la necesidad de la formación del clero nativo en cada Iglesia de misión y para favorecer la colaboración espiritual y material con los futuros sacerdotes.

–La Obra de la Infancia Misionera: ayuda a educadores y formadores de niños y adolescentes a despertar en ellos una conciencia misional universal y guiarlos hacia una comunión espiritual y material con los niños de otras regiones e Iglesias más pobres.

–La Pontificia Unión Misional del Clero: se encarga de promover la formación misionera de los sacerdotes, miembros de institutos religiosos, sociedades de vida común, institutos seculares, candidatos al sacerdocio y la vida consagrada y de las personas comprometidas en el ministerio pastoral de la Iglesia.

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación