Togo abolirá la pena de muerte

Nueva contribución de la Comunidad de San Egidio  

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ROMA, martes 26 de mayo de 2009 (ZENIT.org).- Togo abolirá la pena de muerte en los próximos días. Lo anunció, este lunes, en Roma, su ministro de Justicia, Kokou Biossey Koné en el IV Congreso Internacional de ministros de Justicia titulado «De la moratoria a la abolición de la pena capital», según informó a ZENIT la Comunidad de San Egidio, organizadora del congreso. 

Para el ministro africano, la decisión de acabar con la pena capital en el país se ha tomado «gracias también a la amistad que une a Togo y a la Comunidad de San Egidio».  

«En este camino hemos estado acompañados por los amigos de la Comunidad de San Egidio, con fidelidad y con paciencia» dijo. 

En los últimos años, la Comunidad de San Egidio ha trabajado en estrecho contacto con el Gobierno de Togo y con la opinión pública del país y «ha facilitado el diálogo político que ha llevado a la actual transición de unidad nacional», declaró el ministro. 

Togo se ha abstenido de votar la resolución por una moratoria universal de la pena capital en la sede de la ONU en las dos últimas votaciones, en 2007 y 2008. 

En el congreso de ministros de Justicia celebrado ayer en Roma, participaron representantes de 23 países, tanto abolicionistas como todavía mantenedores de la pena capital, de África, Asia y América. 

Entre los asistentes había 13 ministros de Justicia, así como diversos parlamentarios, jueces de Cortes Supremas, fiscales, políticos y representantes de la sociedad civil. 

Todos ellos fueron recibidos esta mañana por el presidente de la Cámara de Diputados de Italia, Gianfranco Fini. 

La Comunidad de San Egidio ha contribuido decisivamente a que la abolición de la pena capital haya llegado a la comunidad internacional y haya entrado en las normativas oficiales.  

Así lo señaló su portavoz, Mario Marazziti, en la apertura del congreso de ayer, al recordar el histórico momento de la aprobación de la resolución sobre la moratoria de las ejecuciones por parte de la Asamblea general de las Naciones Unidas el 18 de diciembre de 2007.

El presidente del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz, el cardenal Renato Raffaele Martino introdujo el acto afirmando que «no se puede castigar un crimen con otro crimen». 

Destacó que «desde la moratoria es necesario llegar a la abolición» de la pena de muerte y elogió a la Comunidad de San Egidio por esta campaña a favor de la vida. 

«La vida es un don de Dios y es necesario que sea respetada hasta la muerte natural; la eutanasia, el aborto, la pena capital no son una muerte natural -declaró-. Agradezco a todos aquellos que lucharán por la defensa de la vida». 

El presidente de la Comunidad de San Egidio, Marco Impagliazzo afirmó que «este congreso demuestra que la abolición de la pena de muerte representa un nuevo nivel moral que será aún más difícil ignorar en el ámbito internacional» 

También recordó que «estos congresos han alentado a muchos países a emprender los pasos necesarios para pasar del estado de mantenedores, al de abolicionistas de facto o incluso de iure, como Ruanda y Gabón en 2007, Burundi en este año y próximamente Togo». 
 

[Por Patricia Navas]  

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ZENIT Staff

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