Tony Blair muestra el papel único de la religión para el desarrollo

En una entrevista concedida a “L’Osservatore Romano”

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ROMA, martes, 15 septiembre 2009 (ZENIT.org).- En una entrevista publicada en la edición italiana de este martes por el diario vaticano «L’Osservatore Romano», el antiguo primer ministro del Reino Unido, Tony Blair, convertido recientemente al catolicismo, afirma que «la religión tiene un papel central y único en la sociedad y en su desarrollo».

En la entrevista, Blair explica cómo nació su decisión de convertirse al catolicismo.
 
«Mi viaje espiritual –explica– empezó cuando comencé a ir a misa con mi mujer. Luego, decidimos bautizar a nuestros hijos en la fe católica. Es un camino que se prolongó durante 25 años, y quizá más. Con el tiempo, emotivamente, intelectual y racionalmente me pareció que la católica era la casa adecuada para mí. Cuando dejé el cargo político, y no tenía ya todo el contexto ligado a ser primer ministro, es algo que quise hacer de verdad».

Respecto al significado de la religión en su matrimonio con Cherie Booth, católica practicante, Blair explica que «la religión ha sido algo que nos ha hecho acercanos. No nos conocimos con motivo de la religión, pero fue muy interesante descubrir que mi futura mujer era muy activa en la organización estudiantil católica y en otras organizaciones juveniles. Para jóvenes de 23 ó 24 años, cuando nos conocimos, era más bien inusual descubrir compartir este interés por la religión».

Respecto a las figuras que han influido en su conversión, recuerda su participación en una misa en la capilla privada de Juan Pablo II: «es un recuerdo todavía muy vivo, un episodio que me impresionó mucho. Ciertamente, muy probablemente habría llegado de todos modos a la conversión, pero indudablemente se trató de una etapa importante que ulteriormente reforzó mi decisión».

«Una de las cosas que más me ha atraído de la Iglesia católica es su naturaleza universal –reconoce–. Si eres católico, puedes ir donde sea en el mundo y participar en la misa. Estuve en misa en Kigali, Pekín, Singapur (…). El hecho de que donde estés, estás en comunión con los demás es verdaderamente formidable. La Iglesia universal es ella misma un importante modelo de institución global».

El político británico está dedicado a impulsar una fundación para el diálogo entre las religiones, la Tony Blair Faith Foundation, que realiza su actividad de manera particular en África y Oriente Medio.

Sobre si el ser católico es una ventaja o no en su actividad en Oriente Medio, Blair responde: «Honestamente, nunca lo he considerado un problema. Nunca. Al contrario, pienso a menudo que, en el mundo moderno, el hecho de ser una persona de fe incrementa la capacidad de ponerse en relación con personas de otro credo. Es verdad, a veces también sucede lo contrario, por lo que se encuentra fuerte oposición. Pero dado que hoy factores de secularización someten a la fe a un duro y agresivo ataque, al final lo que sucede es que personas de credos diversos a veces se alían».

Blair ha subrayado de manera particular la frase de la encíclica «Caritas in veritate», en la que el Papa escribe que «la religión cristiana y las otras religiones pueden dar su aportación al desarrollo sólo si Dios encuentra un lugar en la esfera pública, con específica referencia a la dimensión cultural, social, económica y en especial política».

«Personalmente, comparto totalmente lo que escribe el Papa en la encíclica, un texto brillante que debe ser leído y releído. Considero que la religión tiene un papel central, único en la sociedad y para su desarrollo».

«Pensemos, por ejemplo, en el modo en el que utilizamos la tecnología –sugiere–. Pero es también verdad que hay un conflicto, porque muchas personas quieren mantener a la religión fuera de la esfera pública».

«Sostener, como sostengo, que la religión tiene un papel importante, no significa considerar que acabarán los debates y los enfrentamientos. Éstos, al contrario, seguirán sobre muchos temas respecto a los cuales, probablemente, la Iglesia estará de una parte y los líderes políticos de otra».

«Pero no creo que éste sea el punto principal: el punto es que la fe tiene pleno derecho de entrar en este espacio y de hablar. No debe callar», insiste. «La voz de la fe no debe estar ausente del debate público (pensemos en temas como la justicia y la solidaridad entre los pueblos y las naciones)».

En su encíclica, el Papa escribe que «querer el bien común y dedicarse a él es exigencia de justicia y de caridad» (n. 7).
 
Sobre esto, Blair está de acuerdo: «Creo que un líder político esta sujeto a algunos vínculos y debe trabajar para recoger votos. Porque esta es la democracia. Pero es precisamente aquí donde encuentro que la fe tiene un papel único».

«La Iglesia católica sigue la verdad de Dios, y creo que en lo que el Papa se empeña mucho es en tratar de hacer comprender que esta es una obligación cristiana».

«Cierto, a veces esto puede entrar en conflicto con el mundo político, y yo lo he experimentado como líder político. Y sin embargo es muy importante que esté ahí el aspecto religioso: no por casualidad el Papa escribe que un humanismo sin Dios es inhumano. Y creo que entiende con esto que las acciones humanas y la razón humana son siempre limitadas si no son imbuidas por la fe. A veces, pueden ser incluso peligrosas».

A la afirmación de que difícilmente se podrá realizar la política que el Papa traza en la encíclica, Blair responde: «La gente a menudo entiende mal la política. La política es la interacción entre idealismo y realismo: normalmente no es el triunfo de uno sobre el otro».

«Cuando, en 2005, decidimos poner la pobreza en África en el centro del G8 en  Gleneagles, esto fue fuertemente apoyado por la Iglesia católica y por Juan Pablo II. Y fue crucial. Se crean difíciles nudos políticos cuando se debe decidir cuánto dinero se dará, si se debe hacer más y si se puede. Nudos que pueden llevar también a fuertes enfrentamientos».

«Pero el hecho de que se hable de ello, y que la posición sea fuertemente apoyada por la Iglesia, puede efectivamente ayudar al político a hacer la elección justa. Es verdad, no elimina el problema, pero ayuda».

«Cuando dije a los ingleses que debíamos incrementar sustancialmente nuestra ayuda África, me ayudó muchísimo el que la Iglesia dijera públicamente que era la decisión justa, que era algo moralmente bueno. Esto no quita que haya siempre quien critica el hecho de usar nuestro dinero para ayudar a gente distinta de nosotros».
 
¿Qué piensa Tony Blair del papel del padre y cómo ve el futuro de la paternidad en el mundo de hoy?

«En primer lugar –responde–, pienso que la paternidad es un papel a afrontar con responsabilidad y sin arrogancia. Por más bueno e inteligente que me creía, siempre encontré que ser padre era algo muy difícil. Y lo pienso todavía».

«Segundo –añade–, obviamente considero que también el padre es una figura crucial en la familia, que también él es fundamental para el crecimiento y la formación del niño».

«En tercer lugar, creo que, en ciertos aspectos, se está recuperando la idea de familia. También en este campo considero que las comunidades religiosas y la Iglesia tienen un papel que desempeñar. Es verdad, las familias tienen sus problemas, se deshacen, algo que temo seguirá sucediendo. Pero siempre he pensado que las indicaciones de la Iglesia en materia de familia eran útiles».

«Que quede claro: hacer funcionar un matrimonio exige empeño. Y creo que lo exige también la paternidad. Pero pienso de verdad que, entre los grandes cambios que se están produciendo también en el aspecto social, es necesario redescubrir que la paternidad es una responsabilidad y una necesidad».

Por Nieves San Martín

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ZENIT Staff

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