Tony Blair y la Reina dejarán de escoger a los obispos anglicanos

Conclusiones del último Sínodo de la Iglesia de Inglaterra

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LONDRES, 7 agosto 2001 (ZENIT.org).- La Iglesia de
Inglaterra busca obispos y quiere que sean escogidos con un sistema que rompa con la tradición.

El singular y secretísimo sistema con el cual se seleccionaban hasta ahora los obispos anglicanos –dos listas secretas de candidatos entre los cuales vienen elegidos dos nombres por el primer ministro antes de la decisión definitiva que la toma la Reina– está a punto de ser sustituido por entrevistas de selección de personal similares a las usadas en las empresas.

El Sínodo general de la «Iglesia de Inglaterra», fundada en el siglo XVI por Enrique VIII, en su sesión del 6 al 8 de julio, decidió que la elección de los obispos se haga con criterios más transparentes y ha confiado a una comisión la tarea de estudiar las modalidades de esta reforma.

Resultado: con la nueva iniciativa los pastores que aspiren al episcopado deberán presentar una fotografía a colores, un «curriculum vitae», dos referencias y una declaración que habla de sus cualidades y de las esperanzas que abrigan para su futura «carrera». Es casi seguro que tendrán que afrontar una entrevista como ocurre en cualquier oficina que se precie.

Por primera vez, además, los pastores podrán autopresentarse, sin tener que esperar a ser elegidos. La Iglesia de Inglaterra, guiada por la Reina y que no reconoce la autoridad del Papa, tiene lazos profundos con el Estado inglés en torno al cual ha sido construida.

Hasta hoy, una comisión para el nombramiento de los obispos (Crown Appointments Commission), recopilaba las dos listas secretas de candidatos para la promoción antes de presentarlas al primer ministro y a la Reina. La reforma del nombramiento de los obispos forma parte de un plan general de «modernización» de la Iglesia de Inglaterra querido por el arzobispo de Canterbury, George Carey, líder de los anglicanos, a quien no le gusta la burocracia.

El Sínodo anglicano, al decidir la reforma del episcopado, ha escuchado la voz de muchos que consideran que un sistema tan secreto parece destinado a alimentar «desconfianza y sospechas».

La necesidad de mayor transparencia ha sido subrayada por el arzobispo de York, David Hope, que ha recordado además que los obispos no son «managers o administradores delegados».

«Al introducir una nueva modalidad en la elección de los obispos, buscamos interpretar la voluntad de Dios para su Iglesia », ha añadido Hope. Algunos de los laicos presentes en el Sínodo han expresado su desacuerdo ante la idea de que el ministerio episcopal pueda ser considerado no como una vocación sino como una carrera.

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ZENIT Staff

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