Transmitir la fe y profundizar en el misterio cristiano, pide el Papa a los obispos de Gabón

Recibidos con ocasión de su visita «ad limina»

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CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 26 octubre 2007 (ZENIT.org).- La transmisión de la fe y la profundización en el misterio cristiano son las tareas más urgentes que Benedicto XVI ha confiado a los obispos de Gabón.

En su discurso al episcopado del país africano –a cuyos prelados ha ido recibiendo estos días en audiencias separadas–, este viernes el Papa ha deseado que la ocasión sea para ellos «un tiempo fuerte de comunión eclesial y de vida espiritual».

«Cuanto mayor sea la comunión entre vosotros y todos los católicos, más fuerte y eficaz será la evangelización», les confirmó.

Entre las tareas más urgentes de la Iglesia en el país, el Papa subrayó «la transmisión de la fe y la profundización del misterio cristiano»; y es que para hacer frente a las situaciones de la vida, los fieles necesitan tener «una formación profunda que les dé la posibilidad de basar la vida cristiana en principios claros».

«No temáis preparar para esta tarea a sacerdotes y laicos» –les indicó–; «así, las comunidades eclesiales serán más vivas y los fieles sacarán de la liturgia, de la oración personal, familiar y comunitaria, las fuerzas para ser, en todos los sectores de la vida social, testigos de la Buena Nueva, artífices de la reconciliación, de la justicia y de la paz, de la que nuestro mundo tiene más necesidad que nunca».

El Santo Padre es consciente de «un cierto relajamiento en la vida de los cristianos» del país debido a las «seducciones del mundo», por lo que expresó su deseo de que estos lleven cada vez más «una conducta ejemplar en valores espirituales y morales».

Y no dudó en exhortar a los prelados a «tener una atención especial hacia la juventud».

«Deseo que los jóvenes no tengan miedo a ser también los primeros evangelizadores de sus coetáneos –expresó–. Es frecuentemente gracias a la amistad y al hecho de compartir como podrán descubrir a Cristo y unirse a Él».

En cuanto a la escasez de vocaciones en Gabón, Benedicto XVI reconoció que «siempre supone un sufrimiento para un pastor que falten jóvenes que acepten acoger la llamada del Señor».

Por ello también pidió «atención del todo especial» al seminario de Libreville y la colaboración de sacerdotes, religiosos y familias para favorecer la transmisión de la llamada de Cristo.

Aludiendo a los sacerdotes, el Papa recalcó que viviendo «constantemente en intimidad con Cristo, tendrán una conciencia más viva de la exigencia de la fidelidad a los compromisos adquiridos ante Dios y ante la Iglesia, especialmente la obediencia y la castidad en el celibato».

«De este modo –añadió–, vivirán su ministerio sacerdotal cada vez más como un servicio a
los fieles».

El Santo Padre dirigió su reconocimiento además a «todos los misioneros, hombres y mujeres, que han permitido» a Gabón «recibir la semilla del Evangelio», gracias a la obra que «han realizado y que siguen llevando a cabo con lealtad, en colaboración con los pastores» del país.

En pleno corazón del continente africano, Gabón –que disfruta de una situación interna de estabilidad– cuenta con una población de millón y medio de habitantes, aproximadamente la mitad católicos. Fue el primer país del África subsahariana en firmar un acuerdo internacional con la Santa Sede.

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ZENIT Staff

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