Tras 500 años, la Basílica vaticana está «siempre viva y joven»

Benedicto XVI visitó la Fábrica de San Pedro

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CUDAD DEL VATICANO, jueves, 15 marzo 2007 (ZENIT.org).- Tras cinco siglos de existencia, la Basílica vaticana está «siempre viva y joven» dijo este miércoles Benedicto XVI, y esto se debe a la Fábrica de San Pedro.

El Papa visitó este miércoles esta institución que a través de los siglos se ha encargado de mantener y renovar el templo más simbólico del cristianismo.

En el encuentro, celebrado con motivo de la celebración del quinto centenario de la Basílica Vaticana, el Papa quiso dar las gracias a quienes permiten a «este ‘corazón’ de la Iglesia» «seguir ‘latiendo’ con perenne vitalidad. Atrayendo a hombres y mujeres del mundo entero y ayudándoles a realizar una experiencia espiritual que marque su existencia».

«Trabajáis en un lugar, la veneranda Basílica del Apóstol, que es el corazón de la Iglesia católica: un corazón que late, gracias al Espíritu Santo que lo mantiene siempre vivo, pero gracias también a la actividad de cuantos cotidianamente lo hacen funcionar», dijo.

«No es un museo, es un organismo espiritual, y también en las piedras ¡repercute su vitalidad!»; y «vosotros, que trabajáis aquí, sois ‘piedras vivas’, como escribía el apóstol Pedro, piedras vivas del edificio espiritual que es la Iglesia», añadió.

«Gracias a vuestra aportación –reconoció el Santo Padre- (…) peregrinos de todas las partes del mundo, pueden vivir con fruto su peregrinación (…) y llevar consigo en el corazón un mensaje de fe y de esperanza, la certeza de haber visto no sólo grandes obras de arte sino de haberse encontrado con la Iglesia viva, con el Apóstol Pedro y en último término con Cristo».

«Una vez más os doy las gracias y os animo: vuestra actividad laboral realizadla siempre como acto de amor a la Iglesia, a San Pedro y por tanto a Cristo», concluyó.

La primera piedra de la nueva Basílica de San Pedro fue colocada el 18 de abril de 1506 por voluntad del Papa Julio II, que de este modo quiso construir un templo sobre la precedente Basílica erigida por Constantino en 320 y que estaba cayendo ya en la ruina.

En la historia de la Iglesia, diversos pontífices establecieron normas o tomaron medidas para administrar los diversos bienes de la Basílica: Clemente VII (1523-1534) creó un Colegio de 60 miembros dedicado a tal encargo, que Clemente VIII (1592-1605) sustituyó por una verdadera Congregación de Cardenales, poniendo como prefecto al arcipreste mismo de la Basílica.

Con la constitución apostólica «Pastor Bonus» del 28 de junio de 1988, Juan Pablo II estableció que a la Fábrica de San Pedro correspondiese la tarea de «ocuparse de todo lo que se refiere a la Basílica del Príncipe de los Apóstoles, tanto en cuanto a su conservación como el decoro del edificio, y la disciplina interna de los custodios y de los peregrinos que entran a visitarla».

En el ámbito de la Fábrica de San Pedro, actúa el «Estudio de Mosaico Vaticano» que inició su actividad artística bajo Sixto V (1585-1590) y que fue erigido canónicamente por Benedicto XIII (1724-1730).

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ZENIT Staff

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