Tras la muerte de Kim Jong-il, es posible la reunificación de Corea

El presidente de los obispos surcoreanos Peter Kang, optimisma

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SEÚL, miércoles 21 diciembre 2011 (ZENIT.org).- La muerte del dictador Kim Jong-il podría ser un punto de inflexión para la reunificación de Corea. Entre los obispos coreanos, hay optimismo acerca de la suerte geopolítica de la región, luego de la desaparición del dictador de Pionyang.

“Esperamos que el Señor les dé coraje y luces a los hermanos norcoreanos, a fin de que pueda retornar una política centrada en el diálogo, la paz, la reconciliación”, declaró a la agencia Fides monseñor Peter Kang, presidente de la Conferencia Episcopal surcoreana.

“No esperábamos un hecho semejante –añadió el prelado-. Deseamos que esto sea un motivo para desarrollar un camino de reunificación. No conocemos al detalle la actual situación política en Corea del Norte”.

A Kim Jong-il le ha sucedido su hijo Kim Jong-un, de apenas treinta años, carente de “experiencia política”, según el líder de los obispos surcoreanos y quien “no parece gozar de mucha confianza de parte del pueblo coreano”.

La situación política norcoreana podría prestarse más o menos, a una larga fase de transición, llena de incertezas y de inestabilidad, trayendo como resultado la posible caída del partido comunista, en el poder desde hace sesenta años.

“Verdaderamente, el hecho de la muerte de Kim Jong-il podría significar un momento crucial para la historia de la Corea. Podría ser una señal de que el Señor quiere una transformación fundamental en el país”, declaró monseñor Kang.

Más cauto es el comentario del reverendo Kim Tea Sung, secretario general de la Conferencia Coreana de Religiones por la Paz, en el sentido de que “el futuro del país es ahora un asunto muy delicado”.

“La muerte del ‘gran líder’ –explicó a Fides el reverendo Kim–, podría dejar un vacío y generar problemas muy graves a nivel social y político. Esperamos que para el Norte no sea un momento de conflicto, que traiga un sufrimiento posterior a la población”.

Kim manifestó su esperanza en que proseguirá y se reforzará la cooperación y el diálogo entre los líderes religiosos de las dos Coreas.

Está prevista una reunión para mañana jueves 22 de diciembre en Corea del Norte, tras una reunión previa en Pionyang, mientras que en el Sur se espera a una delegación del Norte para el próximo año.

“Nuestra esperanza es que tal proceso de intercambio continúe, también con la nueva administración política en el Norte, a fin de reforzar el clima de cordialidad y de amistad entre el Norte y el Sur”, acotó el reverendo Kim.

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ZENIT Staff

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