Tras más de 30 años de ausencia, Cáritas vuelve a Vietnam

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CIUDAD DEL VATICANO, jueves 30 de octubre de 2008 (ZENIT.org).- Tras 32 años de ausencia, desde los pasados 22 y 23 de octubre Cáritas Vietnam ha vuelto a ser una organización de oficial que opera en el país asiático comunista, reuniéndose por primera vez en Xuan Loc.

La institución comenzará a trabajar con la aprobación del Gobierno, proporcionando ayudas de emergencia y apoyo al desarrollo humano integral, explica un comunicado de Caritas recibido por ZENIT.

Cáritas Vietnam ha pedido, aunque todavía no la ha recibido, su consideración de miembro de Cáritas Internationalis.

Su presidente, el obispo Dominic Chu Trinh de Xuan Loc, ha afirmado que la Iglesia en Vietnam está comprometida en la asistencia a los pobres y en la extensión de sus servicios a todos los necesitados, independientemente de su fe.

En los últimos años, Vietnam ha sido devastado por desastres naturales como tifones, riadas y sequía, que han provocado muertes y daños en las infraestructuras, así como una crisis en la agricultura.

El desafío principal, explica Cáritas, es la “pobreza rural”. La mayoría de los 77 millones de habitantes vive en zonas rurales y depende de la agricultura, que sin embargo no llega a dar puestos de trabajo a todos.

“El acceso al empleo o a otras oportunidades que generan beneficio y a muchos servicios sociales básicos es extremadamente limitado -añade el comunicado-. Como resultado, la migración urbana es elevada y las infraestructuras de las ciudades principales, Hanoi y Ho Chi Minh, no consiguen absorber el aumento de la población”.

En este contexto, la acción de Cáritas se dirige a la asistencia de los discapacitados -hay una incidencia extremadamente alta de la discapacidad y poco apoyo a la integración de los niños discapacitados en la sociedad”-, a los huérfanos, a las minorías étnicas, a los pobres, a los drogadictos, a los afectados por HIV y Sida.

Cáritas Vietnam había sido fundada en 1966 por la Conferencia Episcopal de Vietnam del Sur. Diez años después, el poder comunista ordenó a la organización que pusiera fin a sus actividades.

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ZENIT Staff

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