Treinta años de sida, datos y estrategias

Publicado un informe con lo que hay que saber sobre la enfermedad

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BUENOS AIRES, lunes 27 junio 2011 (ZENIT.org).- Con motivo de cumplirse treinta años del descubrimiento del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), el médico Martín Patrito, de la asociación Argentinos Alerta, ha revisado tres documentos que contienen estadísticas valiosas sobre el avance de la enfermedad a nivel mundial.

Los documentos son: Treinta años de sida: las naciones en un punto clave del camino, del  programa conjunto de Naciones Unidas sobre el vih/sida (ONUSIDA); Estrategia Nacional de VIH/SIDA para Estados Unidos, de 13 de julio de 2010; y la recomendación 1959 de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa sobre políticas preventivas de salud de los estados miembro del Consejo de Europa.

La asociación, en su página web, presenta las estadísticas más importantes de estos documentos sobre el avance de la enfermedad a nivel mundial y en especial en el continente americano.

Así mismo, realiza un análisis crítico sobre las recomendaciones para la prevención de la enfermedad de estos documentos, y compara estas recomendaciones con las del programa nacional de lucha contra el sida del Ministerio de Salud de la Argentina. 

El primer caso de sida se detectó el 5 de junio de 1981. Los primeros signos de la enfermedad se dieron principalmente en países de altos ingresos, donde los nuevos casos aumentaron de manera exponencial a principios de los años 80. En realidad, el vih se había estado difundiendo de modo inadvertido durante décadas, especialmente en el África subsahariana.

Entre 1981 y 2000, el número de personas que viven con vih aumentó de menos de un millón a unos 27,5 millones [26-29 millones]. En 2010, había 34 millones de personas infectadas con vih. En 2005, la cifra pareció estabilizarse, pero en los últimos años el número sigue creciendo. En 2009, se infectaron 2,6 millones de personas en el mundo. ONUSIDA informa que entre 1970 y 2009, el sida provocó 29 millones de muertes.

Mientras que menos del 1% de los adultos en el sur de África vivían con vih en 1990, 16,1% vivían con vih, una década después. Durante el mismo período, la prevalencia (porcentaje del total de población infectado) del vih aumentó de menos del 1% a 24,5% en Lesotho y del 3,5% al 26% en Botswana.

El presidente de Uganda, Yoweri Musevini, puso en marcha una movilización nacional de gran escala contra el vih, promoviendo políticas y programas basados en cambios de comportamiento que permitirían a Uganda reducir el tamaño de la epidemia durante los años 90, aún cuando se expandía rápidamente en otros países subsaharanianos.

Lo novedoso de la campaña fue que lejos de apostar por el preservativo en modo exclusivo, la política sanitaria y educativa se basó en la promoción de la abstinencia sexual, la fidelidad dentro del matrimonio y la castidad, especialmente entre los más jóvenes.

En el continente americano, existen un poco más de un millón de infectados en América del Norte y América del Sur y Central. En ambos continentes, el número de infectados continúa en franco crecimiento.

Desde el inicio de la epidemia hasta 2008, se notificaron 75.009 casos de vih/sida en Argentina. Se estima que viven hoy unas 130.000 personas infectadas, de las cuales sólo la mitad conoce su condición, lo que supone un riesgo adicional.

En los últimos años, la curva epidemiológica de nuevas infecciones es constante: cada año, el Ministerio de Salud argentino recibe notificaciones de alrededor de cinco mil nuevos diagnósticos de infección por vih. En 2008, la tasa anual de infección por vih se ubicó en un valor de 13 personas por cada cien mil habitantes.

La epidemia sigue afectando principalmente a los grandes conglomerados urbanos en todas las ciudades capitales del país. En Buenos Aires, se registran 23,2 infecciones por cada cien mil habitantes, en Mar del Plata 27,5 infecciones por cada cien mil habitantes, etc. En 2007-2009, el 40% de los nuevos diagnósticos seguía afectando a residentes de Buenos Aires y el conurbano bonaerense. Tomando como unidad de análisis las jurisdicciones provinciales, el 70% de la epidemia se concentra en la provincia y ciudad de Buenos Aires, en Santa Fe y en Córdoba.

La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa ha aprobado el pasado 28 de enero la Recomendación 1959, titulada Políticas de cuidados preventivos de salud en los estados-miembro del Consejo de Europa, en la que recoge hasta veinticinco directivas para proteger la salud de los europeos, las cuales invita a adoptar a todos los gobiernos del continente. El apartado 9.5 dice lo siguiente: “Promover una educación sexual integral de la salud, incluida la abstinencia, para prevenir la propagación de enfermedades de transmisión sexual”.

Por supuesto, en todos los casos se recomienda también el uso del preservativo. Pero el documento de la estrategia nacional de lucha contra el sida, aprobado por la Administración Obama, afirma, en la página 16, que “el uso correcto y consistente del preservativo masculino reduce el riesgo de transmisión de vih en un 80 %”.

“Nadie tomaría un avión si le dijesen que sólo el 80 % de los aviones llegan a destino. El riesgo es altísimo. Por ello sostenemos que las campañas de ‘sexo seguro’ basadas en el preservativo sólo generan un clima de falsa confianza”, afirma el doctor Patrito.

“El hecho de que al menos sobre el papel ya comience a hablarse de la necesidad de cambios de conducta, de fidelidad, de abstinencia, es ciertamente un avance. Sin embargo, los líderes de la salud pública todavía siguen siendo reacios a enfatizar los cambios de conducta por encima de las ‘soluciones técnicas’ como la distribución masiva de preservativos”, añade.

Con una eficacia de tan sólo un 80 %, el preservativo genera una sensación de falsa seguridad que lleva a que aumenten los encuentros sexuales y la promiscuidad. En este contexto, las infecciones por vih seguirán en aumento.

“Los programas de prevención no deben centrarse en tratar de convencer al mundo de que un comportamiento de riesgo forma parte de un estilo de vida aceptable, sino que deben centrarse en evitar el riesgo. El único método seguro y fiable de prevenir la transmisión sexual del VIH es la abstinencia antes del matrimonio y el respeto y mutua fidelidad dentro del matrimonio”, afirma el médico argentino.

En definitiva, y tal como ha declarado la delegación del Vaticano frente a la declaración política de la ONU sobre el vih/sida, “lo que se necesita es un enfoque basado en los valores para hacer frente a la enfermedad del vih y sida, un enfoque que proporciona los cuidados necesarios y el apoyo moral a aquellos infectados y que promueve una vida conforme a las normas del orden moral natural, un enfoque que respete totalmente la dignidad inherente de la persona humana”.

Para saber más: http://www.argentinosalerta.org

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ZENIT Staff

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