Tres expectativas ante el Sínodo de la Palabra

Entrevista con el obispo español Raúl Berzosa

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ROMA, domingo, 4 mayo 2008 (ZENIT.org).- Familiarizar a los católicos aún más con la Palabra de Dios, que en las liturgias se aprecie más esta Palabra, y unir Palabra de Dios y Tradición. Son tres expectativas ante el sínodo de obispos dedicado a la Palabra que se celebrará en Roma en octubre.

Así lo constata el monseñor Raúl Berzosa, obispo auxiliar de la archidiócesis de Oviedo (España), en esta entrevista concedida a Zenit.

El obispo Berzosa es miembro de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe de la Conferencia Episcopal Española y de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social.

 

–¿Qué impulso nuevo se espera de un Sínodo dedicado enteramente a la Palabra de Dios?

–Monseñor Berzosa:  En mi humilde opinión, se pretende un triple objetivo: primero, que los católicos nos familiaricemos aún mucho más con el Pan de la Palabra. Teniendo en cuenta que los católicos vivimos, sobre todo, del Pan de la Eucaristía.

Segundo, a la luz de lo expresado antes, que en nuestras liturgias se aprecie y valore aún más la Palabra y que aprendamos a leerla con los ojos de la Fe y del Espíritu. Habrá que seguir insistiendo en formar cuantitativa y cualitativamente a catequistas, ministros de la Palabra, lectores, etc.

Y, tercero, que volvamos a revalorizar la riqueza de lo que el Concilio Vaticano II expresó sobre la Palabra, al menos en dos sentidos: unir y complementar  Palabra de Dios y Tradición; y no olvidar que la Biblia tenemos que leerla e interpretarla siempre con el mismo Espíritu con que fue escrita (constitución Dei Verbum).

 

–La Palabra de Dios, contenida en el libro sagrado, hoy se expande por otros formatos tecnológicos: ¿qué posibilidades ofrecen, y si cabe, qué riesgos de manipulación de la misma?

–Monseñor Berzosa:  En cuanto a las posibilidades, se abren campos nuevos para hacerla más universal, si cabe, y, desde luego, para una mayor divulgación de la misma.

En cuanto a los riesgos, que no son nuevos, los vería en un doble sentido: por un lado, que las traducciones a las lenguas vernáculas no fueran las más correctas y adecuadas; y, por oto lado, que quienes se atrevan a comentar los pasajes bíblicos no lo hagan con una sana y recta doctrina sino con manipulaciones subjetivas o con intereses ideológicos ajenos a la propia Palabra de Dios.

–En el último sínodo de obispos llamaron la atención las discusiones libres, en las que los padres sinodales intervenían al final de las sesiones, sin que estuviera programado. ¿Podríamos definirlo una «novedad» del Papa Benedicto XVI?

–Monseñor Berzosa:  En cierto sentido, sí fue una novedad aunque, según tengo entendido, también en algunos sínodos anteriores se dieron. Lo que no cabe duda es el hecho de que cada Papa marca su impronta personal.

Benedicto XVI, no lo olvidemos, ha sido un gran profesor y es un excelente pedagogo y, en este sentido, es natural que se refleje esta forma de ser  «magisterial-escolar» en algo tan sugerente como pueda ser un «diálogo más libre y más espontáneo» en  orden a buscar la verdad en comunión.

–En el sínodo habrá personas sin derecho a voto que representan otras iglesias y comunidades cristianas, los llamados delegados fraternos, auditores (hombres y mujeres) y expertos. Este hecho amplía la presencia del pueblo de Dios en una estructura que por naturaleza está reservada a los obispos. ¿Es un signo positivo de comunión?

–Monseñor Berzosa: Volvemos a recordar, en aras de la honestidad, que tampoco es nueva dicha presencia en un Sínodo.

No obstante, sí es, por supuesto, un signo de comunión «efectiva». Recuerda lo expresado en las cartas de san Pablo: todos somos miembros de un mismo Cuerpo,  orgánico y complementario, con diferentes vocaciones, carismas, ministerios, funciones, y por qué no, sensibilidades y formas culturales.

El conjunto de todos edificamos la única y universal Iglesia católica. El mismo Espíritu habla en diversas lenguas y habita en diferentes corazones para hacer posible la unidad profunda.

 

Por Miriam Díez i Bosch

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ZENIT Staff

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