Turquía: Abierto el Centro de diálogo intercultural e interreligioso dedicado al padre Santoro

Asesinado el año pasado en su iglesia de Trebisonda

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ISKENDERUM, miércoles, 16 mayo 2007 (ZENIT.org).- A pocos días de su asesinato en Turquía, el padre Santoro deseaba un centro que ayudara a acercar mundos distantes, a colmar vacíos culturales y a tender puentes; el domingo, dedicado a su memoria, se inauguró en Iskerendun el «Centro de diálogo intercultural e interreligioso».

Andrea Santoro, de 60 años, era sacerdote «fidei donum» («don de la fe») de la diócesis de Roma en Turquía.
<br> En Trebisonda, localidad turca del Mar Negro, mientras oraba en su parroquia de Santa María, fue asesinado por un joven de 16 años que actuó -dijo- movido por la rabia suscitada tras la publicación en prensa occidental de las viñetas sobre Mahoma.

A los tres días de su muerte, Benedicto XVI rogó, emocionado: «Que el Señor acoja el alma de este silencioso y valiente servidor del Evangelio y permita que el sacrificio de su vida contribuya a la causa del diálogo entre las religiones y de la paz entre los pueblos».

Y es que «éste era el ánimo y el espíritu con el que don Andrea pidió ir a Anatolia», recalcó el cardenal Camillo Ruini –vicario del Papa para la diócesis de Roma- a los dos días, en las exequias por el sacerdote asesinado.

Hace un año, la Región italiana del Lacio (a la que pertenece Roma) respondió favorablemente a la petición de ayuda que, días antes de su muerte, había hecho el padre Santoro para concretar esta iniciativa.

En su solicitud al presidente de la región italiana, Piero Marraza, el padre Santoro consideraba que un centro «podría ayudar a acercar mundos distantes, a colmar vacíos culturales, a tender puentes entre orillas lejanas y a abrir «ventanas» en muros sin aperturas».

El domingo se celebró la inauguración, en Iskenderun (Turquía) –sede del vicariato apostólico de Anatolia-, del «Centro de diálogo intercultural e interreligioso» dedicado a don Andrea Santoro, confirma la agencia «AsiaNews.it» del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras (PIME).

La Asociación «Don Andra Santoro» -fundada por su hermana Maddalena-, en sintonía con la diócesis de Roma, el vicariato apostólico de Anatolia y la Asociación «Ventana a Oriente Medio», con el patrocinio financiero de la Región del Lacio, ha dado así respuesta al sueño del sacerdote desaparecido.

Y en el lugar se han celebrado dos días de simposio islamo-cristiano con la participación de un centenar de personas –turcos o no, cristianos y musulmanes- en torno a la importancia de la «Palabra Revelada» en el Cristianismo y el Islam.

A la presencia de especialistas –como el padre Maurice Bormanns-, se sumó el vicario de Anatolia, el obispo Luigi Padovese, por parte cristiana; intervinieron igualmente profesores turcos de las facultades islámicas de Estambul y Ankara. Pusieron a disposición del público sus conocimientos acerca de los libros sagrados del Corán y la Biblia.

Acudieron también al encuentro el nuncio apostólico en Ankara, monseñor Antonio Lucibello, un representante de la Oficina de Asuntos religiosos de Turquía y todas las autoridades civiles de Iskenderun.

El gran mufti de la ciudad calificó el simposio como un ejemplo de que el diálogo no sólo es posible, sino que es una necesidad de la que ninguno se puede sustraer si se quiere convivir pacíficamente. Añadió que ni el Islam ni otra religión pueden jamás avalar la violencia por motivo alguno.

Maddalena Santoro comentó al final del Simposio: «En estos dos días me he dado cuenta de que el «Centro don Andrea» no es un espacio físico, sino más bien un lugar interior en el corazón de cada persona de buena voluntad» que contempla la diversidad desde la óptica de la acogida, no de la amenaza.

«Ésta es la herencia y el fruto más bello y precioso de mi hermano -confirmó-, quien con toda su vida no quiso más que comunicar la propia fe e identidad en el respeto del prójimo, para encontrar juntos caminos comunes de amistad y de estima».

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ZENIT Staff

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