Ucrania: Primeros frutos de la visita papal

Los greco-católicos se reorganizan en el sur del país

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MOSCÚ, 30 julio 2001 (ZENIT.orgFIDES).- La Iglesia greco-católica de Ucrania comienza a recoger los frutos de la reciente visita de Juan Pablo II (23 al 27 junio), formando dos nuevos exarcados en Odessa y Donetsk, que constituyen, de hecho, la reorganización de esta Iglesia en el sur del país.

La decisión ha sido tomada por el Sínodo de los obispos de la Iglesia greco-católica, reunido en Lvov, en los primeros días de julio, para responder a las exigencias de numerosos fieles greco-católicos que se encuentran fuera de los territorios tradicionales de las tres diócesis de rito oriental de Ucrania occidental (Lvov, Ternopol e Ivano-Frankovsk).

En estos momentos la Iglesia greco-católica es la más numerosa de las Iglesias católicas en el país con 38 obispos (13 en el país y los demás en la diáspora), 3.300 parroquias, más de 2.700 iglesias, 2.000 sacerdotes y 79 monasterios).

Sólo en Ucrania, el número de fieles de la Iglesia greco-católica alcanza los cinco millones.

El patriarca Alejo II de Moscú ve en esta decisión del Sínodo greco-católico una nueva acción de proselitismo católico en tierras «canónicas» ortodoxas. Sin embargo, el Sínodo de obispos de la Iglesias ortodoxa ruso, reunido en Moscú el 17 de julio no tomó una posición oficial sobre la cuestión ucraniana. Se limitó a condenar el activismo del patriarca de Constantinopla, Bartolomé I, en Ucrania y Estonia.

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ZENIT Staff

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