Un cuarto de los jóvenes de los países ex comunistas ni estudia ni trabaja

Aumentan la violencia, los suicidios, las drogas y el sida

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ROMA, 9 nov (ZENIT.org).- De los sesenta y cinco millones de jóvenes que viven en los países europeos ex comunistas entre los 15 y los 24 años, veintiséis millones (el 41%) estudian; veintiún millones (32%) trabajan; y dieciocho millones (27%), más de uno de cada cuatro, ni estudia ni trabaja. Entre ellos aumentan la violencia y los suicidios, los accidentes y abandono escolar, drogas, alcohol y el virus del sida.

Esto es lo que pone de manifiesto el informe «Los jóvenes en las sociedades en transformación» del centro de investigación Innocenti de Unicef sobre el universo de jóvenes de Europa Central y del Este y de la ex URSS.

De los sesenta y siete millones de niños entre 5 y 14 años en el 1989, dice el informe, «cerca de un millón había abandonado la región antes de 1999. Algunos han encontrado mejores oportunidades en otras partes del mundo, pero otros se han encontrado involucrados en redes de trabajo ilegal o de comercio sexual». Y otro medio millón «ha dejado de vivir». La tasa de mortalidad juvenil «ha aumentado en once países, en especial en la ex URSS».

Entre 1989 y el 1998 la tasa de suicidios entre jóvenes varones de entre 15 y 24 años ha aumentado y «se ha más que duplicado en Lituania, Bielorrusia, Rusia y Turkmenistán». Este índice también es «especialmente elevado en Eslovenia, Estonia, Letonia, Ucrania y Kazajstán». En toda la región cada año se suicidan 10.000 chavales y 2.000 chicas. Y otros 5.000 chicos y 1.500 chicas son asesinados.

A mediados de los años noventa, el 10% de los estudiantes de las escuelas secundarias había consumido marihuana o disolventes en varios de los países objeto de la investigación (donde estas sustancias eran casi desconocidas antes de 1989).

Una investigación del pasado año ha revelado que una cuarta parte de los chicos de 16 años húngaros había tomado sustancias estupefacientes de algún tipo. Y en Kazajstán el índice de quien ha probado las drogas ha aumentado del 2% de 1994 al 12% de 1996.

En 1998, en toda la región han muerto 85.000 muchachos de entre 15 y 24 años, «cerca del 30% más que en 1989». «En los últimos años, ha habido un espantoso aumento de los casos de personas contagiadas por el virus VIH, en especial en la ex URSS», señala el informe. En 1995, había en la región cerca de 12.000 casos conocidos en todos los grupos de edad y sólo tres años después los casos eran 50.000.

«Entre 1989 y 1996, el número de jóvenes entre los 15 y los 18 años que abandonan los estudios ha aumentado en tres millones, pasando de seis a nueve, más de un tercio del total de esta edad».

«En 1998, la tasa media de desempleo de los jóvenes era de un 30%: muchos de estos jóvenes desempleados, más del 40%, ha estado sin trabajo durante más de un año», continúa revelando el documento publicado por Unicef.

Los datos oficiales de los regímenes comunistas sobre la criminalidad eran bastante bajos respecto a los de los países industrializados y lo son todavía hoy. «Pero los índices de criminalidad registrados en los jóvenes de 14 a 17 años se han casi duplicado entre 1989 y 1998 en 16 de los 25 países de los que hay datos disponibles».

La investigación señala «preocupantes» tendencias: el aumento de la criminalidad juvenil y particularmente de delincuentes con menos de 14 años; así como los delitos cometidos por efecto den estupefacientes.

Una vez en la cárcel, los chicos están sometidos a otros peligros. Una investigación del Ministerio del Interior de Ucrania (1995) sobre menores presos ha revelado que el 50% ha declarado haber tenido relaciones sexuales no deseadas entre los barrotes: el 30% ha reconocido que ha sido violado.

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ZENIT Staff

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