Un homenaje interreligioso cierra las fiestas por la Madre Teresa en Calcuta

El alcalde hindú de Calcuta da gracias a la Iglesia por la beata

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CALCUTA, 14 noviembre 2003 (ZENIT.orgAvvenire).- Con un homenaje de los representantes de las diferentes tradiciones religiosas de la India se clausuraron el domingo pasado en Calcuta las celebraciones por la beatificación de la Madre Teresa.

En una solemne ceremonia, el alcalde de la ciudad, el hindú Subroto Mukherji, expresó su «gratitud a la Iglesia católica» por haber dado a Calcuta una figura como la beata Teresa.

El día comenzó con un gran encuentro interreligioso de oración con una veintena de representantes de distinto credo: hindúes, musulmanes, sijs, budistas, gianistas y judíos junto a representantes de las confesiones cristianas presentes en la India.

Todos, unidos a los católicos, encendieron una lámpara y colocaron una guirnalda de flores alrededor del cuello de una imagen de tamaño natural de la Madre Teresa.

«Ella fue la encarnación del amor, de la compasión y de la pureza», afirmó Giani Jogindler Singh Vedanti, el sumo sacerdote de los Sijs del Templo de oro de Amritsar, a dos mil kilómetros de Calcuta.

Saludándola como «una verdadera santa», el imán musulmán de Calcuta, Irfan Sher, añadió que «ella mostró cómo una mujer puede convertirse en madre de toda la humanidad».

La víspera por la tarde se celebró una solemne Misa de acción de gracias en la catedral de Calcuta. «Damos gracias a Dios por el don de la Madre Teresa al mundo», dijo el arzobispo Lucas Sirkar en su homilía.

«La presencia de tanta gente testimonia la grandeza del amor que Dios ha derramado sobre nosotros a través de la Madre Teresa», reconoció el prelado.

«El sueño que Dios tenía sobre la Madre –constató la superiora de las Misioneras de la Caridad, sor Nirmala Joshi– a través de ella se ha convertido en el sueño de Calcuta y de todo el mundo: ser su corazón y sus manos para quien es pobre y despreciado».

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ZENIT Staff

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