Un millón de firmas contra el aborto: nuevo intento

Para pedir a la ONU que se defienda al no nacido

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WASHINGTON, lunes 9 de noviembre de 2009 (ZENIT.org).- Diversas agrupaciones internacionales han vuelto a lanzar la campaña, impulsada hace un año, para recoger un millón de firmas en apoyo al no nacido y la familia.

El Instituto de Política Familiar, una de las entidades implicadas en la iniciativa, informó a ZENIT que se busca que los Estados de la ONU empiecen a interpretar que la Declaración Universal de los Derechos Humanos protege al ser humano contra el aborto y reconoce el matrimonio y el derecho de los padres a educar a sus hijos.

Los impulsores han tomado el ejemplo de la Comunidad de San Egidio, que consiguió recoger un millón de firmas con las que se pidió una moratoria de la aplicación de la pena de muerte, la cual dio como fruto una exitosa resolución de la ONU en la que se pidió la abolición de la pena capital.

La campaña de recogida de firmas a favor del no nacido comenzó como una reacción contra el intento de los movimientos pro-abortistas que, el año pasado, quisieron aprovechar el 60º aniversario de la Declaración para promover el derecho al aborto.

En su primera fase, llegó a conseguir casi quinientas mil firmas, informó uno de los grupos impulsores de la campaña en Estados Unidos, C-FAM.

Esas firmas fueron presentadas a determinados embajadores de la ONU y en una rueda de prensa de las Naciones Unidas que fue transmitida en toda la sede de la organización.

Ahora, las personas interesadas en respaldar la iniciativa pueden firmar la declaración a través de internet, por ejemplo en la web www.c-fam.org/campaigns/lid.3/default.asp.</a>

Entre los organizadores de la campaña se encuentran C-FAM, Concered Women for America, United Families International, la Federación Polaca de Movimientos Pro-Vida y el Instituto de Política Familiar, así como algunos políticos.

Los organizadores han lamentado las presiones que la ONU ha recibido para que se consideren derechos el aborto y el matrimonio entre personas homosexuales, así como para la promoción de la propaganda homosexual en las escuelas de algunos países de occidente, aun contra la voluntad de los padres.

“Esto se opone directamente a lo que los redactores de la Declaración Universal quisieron inscribir en ella y en sus convenios vinculantes promulgados en 1966”, han señalado.

El módulo a firmar, en 19 idiomas, recuerda que la Declaración Universal es el logro de un estándar común para todas las personas y todas las naciones.

Indica que se debe dar apropiada consideración al derecho a la vida de cada ser humano, desde su concepción hasta su muerte natural, teniendo, cada niño o niña, el derecho a ser concebido, nacido y educado dentro de su familia, basada en el matrimonio de un hombre y una mujer.

También considera la familia el grupo de unidad natural y fundamental de la sociedad, y el derecho de cada niño o niña a ser educado por sus padres, quienes tienen la prioridad y derecho fundamental a elegir el tipo de educación que se les dará a sus hijos.

La eslovaca Anna Zaborska y el italiano Carlo Casini, parlamentarios de la Unión Europea, encabezaron en Europa una campaña similar a esta petición pro-vida. Sus solicitudes fueron entregadas al Parlamento Europeo el año pasado.

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ZENIT Staff

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