LORETO, 11 dic (ZENIT.org).- Se acaba de inaugurar en la colina de Montorso, Loreto (Italia) el centro de Pastoral Juvenil Juan Pablo II, en palabras del cardenal Ruini: «la casa de los jóvenes en la casa de María».
El día de la Inmaculada, se vivió un momento especial: la bendición de la Capilla de la Anunciación y la dedicación de la plaza del centro a Juan Pablo II, en presencia del arzobispo Giovanni Battista Re, recién nombrado prefecto de la Congregación de los Obispos.
Luego siguió una peregrinación a pie hasta la Santa Casa con la oración conclusiva, presidida por el arzobispo Angelo Comastri, prelado de Loreto.
El centro quiere ser un un momento de pausa, un lugar de espiritualidad mariana para los jóvenes de toda Europa. Han creído en esta idea monseñor Comastri, la Conferencia Episcopal italiana y el Pontificio Consejo para los Laicos, representados en este acto por monseñor Domenico Sigalini, responsable del Servicio nacional de pastoral juvenil y por Marcello Bedeschi.
Y también cree el Papa que ha enviado al centro un breve mensaje autógrafo: «Que el centro sea un singular gimnasio de diálogo entre la comunidad eclesial y las nuevas generaciones».
El viernes por la tarde, la sala del centro, dedicada al fallecido cardenal argentino Eduardo Pironio, durante años presidente del Consejo Pontificio para los Laicos, estaba llena de jóvenes, de responsables diocesanos de pastoral juvenil, de autoridades locales y de amigos. Uno de estos, el Ayuntamiento de Carisolo, ha regalado un curioso altar cuya base son las raíces de un abeto blanco.
Monseñor Re, en el acto inaugural, habló del «Papa y los jóvenes». De un colaborador tan cercano al Papa, los jóvenes esperaban que contara algún pequeño secreto. Y monseñor Re no les desilusionó. Entre las impresiones que le ha dejado el pontífice en estos 22 años de trabajo, codo a codo, el arzobispo recalcó : «La seguridad, la facilidad para comunicar, pero sobre todo la intensidad de la oración».
«Un hombre dinámico, activo. Un hombre que reza. Toda su jornada está tejida de oración. Especialmente antes de tomar una decisión importante, se para y reza largamente», explicó el hombre que asiste al pontífice en la elección de los obispos.
El Papa, en cada viaje, pide encontrarse con los jóvenes. Por tres motivos, explicó monseñor Re: «quien tuvo una predilección especial por los jóvenes fue el mismo Jesucristo. Los jóvenes, adolescentes, niños corrían detrás de él. Hasta el punto de que fastidiaban a los apóstoles que llegaron en un momento a alejarles y fueron reprendidos por esto por Jesús. El apóstol predilecto era Juan, el más joven. Así el Papa ama a todos pero sobre todo a los jóvenes».
El segundo motivo se refiere al futuro: «Al papa Wojtyla le gusta mirar al futuro. Para el Papa, sin embargo, el futuro no se espera, se prepara».
Por último, el Papa quiere a los jóvenes en cuanto tales: «La juventud es la edad de la generosidad pero también de la fragilidad. Y a los jóvenes hay que atenderlos y guiarlos».
Para terminar, monseñor Re expresó un augurio: «A los jóvenes les deseo que en esta casa, signo de esperanza y fuente de espiritualidad para la juventud de toda Europa, puedan cultivar grandes sueños para luego realizarlos en la vida».
