Un patrono para el cine

¿Qué modelo de vida ofrecerías al mundo de la gran pantalla?

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CIUDAD DEL VATICANO, 6 junio (ZENIT.org).- ¿Quién es el patrono del cine? La pregunta no tiene respuesta. En efecto, el séptimo arte todavía no cuenta con la figura de una santa o santo que pueda servir de inspiración para sus profesionales.

Ante esta constatación, el semanario católico «Alfa y Omega» ha comenzado una serie de artículos sobre algunos candidatos que ha recibido gran interés y muchas propuestas por parte de sus lectores en los países del lengua española.

En este año santo de 2000, cuando quedan todavía varios meses para celebrar el Jubileo del mundo del espectáculo (17 de diciembre), también Zenit ha considerado interesante proponer a los lectores que hagan sus propuestas de candidatos a «patrono del cine». Sus proposiciones podrían servir, además, para constatar la manera en que los cristianos considerarían necesario ofrecer un modelo inspirador para el mundo del cine, que tanta influencia tiene en la sociedad en estos momentos de transición de milenio.

Las propuestas son muchas y variadas. Entre los santos que más interés suscitan como posibles patronos del cine, se encuentran:

San Francisco de Asís constituye sin duda el santo que más ha interpelado a cineastas de todo el mundo. Grandes profesionales de la imagen han reflexionado sobre su mensaje evangélico y muchos han tratado de llevarlo a la gran pantalla. Se puede decir, en cierto sentido, que veía la vida con ojos fotográficos, descubriendo la belleza de la presencia de Dios en la sencillez de las cosas pequeñas. A esta capacidad para anunciar de manera visual el amor de Dios se debe el que el mundo del cine, incluso cuando está alejado del cristianismo, vea en Francisco de Asís un motivo de inspiración.

San Juan Bosco, aunque murió en 1888, pocos años de que se hiciera la primera proyección cinematográfica (1895), se caracterizó por su ingenio para hacer que el teatro, el periódico y las buenas lecturas entre los jóvenes se convirtieran en instrumentos privilegiados para su formación. Sus hijos espirituales, los salesianos, se han destacado después por su presencia evangelizadora a través de los medios de comunicación, incluido el cine.

San Maximiliano Kolbe, mártir de la caridad, dijo en su vida: «La prensa, la radio, el cine y cualquier otro invento posterior deben estar orientados a iluminar las mentes y reavivar los corazones». Cultivó la prensa y la radio, pero hubiera utilizado el cine si hubiera tenido la oportunidad. Su testimonio de vida y de martirio son de gran atractivo para nuestro tiempo.

San Ginés, cuya fiesta se celebra el 25 de agosto, fue un actor de teatro, martirizado en tiempos de Diocleciano, emperador romano. Era un gran actor. Siendo él pagano e idólatra, al representar el papel de neófito, en una obra que hacía burla del bautismo cristiano, se identificó totalmente con su papel hasta el punto de que, al acabar la obra, se negó ofrecer la habitual libación de los dioses, por lo que fue martirizado, dando testimonio de Jesucristo.

Para promover la reflexión sobre estos modelos de inspiración para el mundo del espectáculo, pedimos a nuestros lectores que envíen su propuesta y –algo muy importante– la motivación que la fundamenta a la dirección electrónica cine@zenit.org. Es importante, además, que pongan su nombre y apellidos, así como el país de origen, para que su mensaje tenga también un carácter testimonial.

Con el objetivo de hacer más fácil el envío de estos mensajes, hemos puesto además a su disposición una página web en la que estos pasos vienen simplificados.
http://www.zenit.org/survey/spanish.html

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ZENIT Staff

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