Un policía que salvó la vida a miles de judíos hacia los altares

Abierta la causa de beatificación del comisario Giovanni Palatucci

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ROMA, 10 octubre 2002 (ZENIT.org).- El cardenal Camillo Ruini, obispo vicario de la diócesis de Roma, abrió este miércoles la causa de beatificación del policía que salvó a miles de judíos Giovanni Palatucci.

Su número de registro en el campo de concentración de Dachau, en 1944, era el 117826. Su existencia y su sacrificio han quedado «cristalizados para siempre en miles de personas salvadas por él», dijo el vicario del Papa.

El comisario de la ciudad de Rijeka, que hoy día pertenece a Croacia, pero que en la segunda guerra mundial estaba bajo jurisdicción italiana con el nombre de Fiume, situada en la costa adriática, salvó a más de cinco mil judíos de la persecución y del exterminio, entre 1937 y 1944, procurándoles documentos y salvoconductos falsos.

Un gesto que pagó con la propia deportación y la muerte de agotamiento y sevicias en febrero de 1945, cuando tenía 35 años.

Laico y mártir, Palatucci «fue más allá del mandamiento: amó al prójimo más que a sí mismo», testificó ante la comisión que ha instruido la causa Roszi Neumann, una de las supervivientes, gracias a la heroicidad del joven comisario.

A la ceremonia asistieron numerosos representantes de la comunidad judía romana, entre ellos su presidente, Leone Pasermann, y de la Policía, como el inspector jefe Gianpietro Morrone, de la Asociación Nacional de la Policía de Estado.

Estaban también presentes algunos miembros de la asociación de fieles que lleva el nombre de Giovanni Palatucci, formada por amigos y miembros del cuerpo de policía.

Nacido en Montella, cerca de Nápoles, en 1909, trabajó para la seguridad pública en Génova y luego en la actual Rijeka. Era novio de una joven judía eslava y logró llevarla a Suiza para salvar su vida.

Se licenció en derecho y luego entró en la Policía italiana, donde no buscó hacer carrera.

«A él le interesaban los marginados, los refugiados políticos, los judíos, cada hombre», explica el padre Gianfranco Zuncheddu, capellán de policía, y postulador de la causa, que está teniendo lugar en Roma porque la mayor parte de la documentación relativa al comisario Palatucci está en el Ministerio del Interior, y muchos testigos son italianos.

Fiume se convirtió, dijo Ruini, «en tierra de salvación para cuantos huían de los Balcanes, a causa del antisemitismo».

Palatucci decía sobre las leyes raciales dictadas por el Gobierno fascista de Benito Mussolini: «nos quieren hacer creer que el corazón es sólo un músculo, para impedirnos hacer lo que el corazón y nuestra religión nos dictan».

Fue proclamado por Israel «Justo entre las Naciones» en 1990 y una calle de Tel Aviv lleva su nombre, así como muchas calles, plazas y parques de numerosas ciudades italianas.

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ZENIT Staff

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