Un programa de «salud reproducitva» preocupa a la Iglesia en Guatemala

Publica su Plan Global para los próximos seis años

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GUATEMALA, 29 enero 2001 (ZENIT.org).- Los obispos de Guatemala han confesado su profunda preocupación ante la posible implantación de un plan de salud reproductiva en el país, incoherente con los principios éticos, y han publicado el Plan Global de la Iglesia en ese país para los próximos seis años.

Al final de la Asamblea Plenaria del episcopado guatemalteco, que se celebró en esta capital del 22 al 27 de enero, los prelados han publicado un documento en el que reconocen que les preocupa la implantación de un plan de «salud reproductiva» que vulnere los más elementales principios éticos-cristianos, con el pretexto de ofrecer a los jóvenes y a los niños una educación sexual que los prepare para la vida y los preserve de contraer enfermedades venéreas.

Educación respetuosa
«Nosotros creemos que la educación sexual seria, respetuosa y limpia es un derecho y una obligación primaria de los padres de familia –explican–. Los programas escolares sobre este tema tienen que respetar este principio y responder a valores acordes con el plan de Dios, Creador de la raza humana y origen y fuente de la vida».

Por eso, los obispos proponen formar parte «de una comisión interdisciplinaria que haga posible redactar un texto y un proyecto educativo que satisfaga los principios de las creencias religiosas de nuestro país».

Se trata de una propuesta que el episcopado, presidido por el monseñor Víctor Hugo Martínez Contreras, arzobispo de Los Altos: Quetzaltenango-Totonicapán, ya ha presentado a los ministros de Salud Pública y Educación, por medio de las comisiones respectivas de la Conferencia Episcopal.

Guatemala, país con 12 millones de habitantes, tiene 9.198.000 bautizados en la Iglesia católica (según el Anuario Estadístico de la Iglesia), miles de ellos, sin embargo, han pasado en las últimas décadas a formar parte de Iglesias, comunidades o incluso sectas «exportadas» al país centroamericano por Estados Unidos. En los últimos años, sin embargo, se da un regreso de fieles a la Iglesia católica.

Plan Global
Asimismo, durante la última Asamblea Plenaria, los obispos han entregado a los agentes de pastoral el Plan Global de la Conferencia Episcopal de Guatemala para los próximos seis años, elaborado con la participación activa de los representantes de las diversas circunscripciones eclesiásticas del país.

Ya desde el título, «Al encuentro con Jesucristo vivo», se puede constatar que se basa en las conclusiones del primer Sínodo de los Obispos de América, celebrado en Roma a finales 1997, recogidas en la exhortación apostólica postsinodal «Iglesia en América», publicada por Juan Pablo II en enero de 1999 en la Basílica de Guadalupe de México.

Los obispos, al final de su asamblea, consideraron que se trata de «un precioso instrumento para lograr la profundización en la fe», y al mismo tiempo traza «las líneas maestras de lo que ha de ser el trabajo apostólico, durante los próximos seis años, partiendo de un conocimiento objetivo de la dura realidad de nuestra Guatemala, pero también de sus dinamismos y posibilidades».

A partir de ahora, aclararon los prelados, «los planes pastorales de las diócesis estarán acordes con el Plan Global».

«Han estado muy presentes en nuestras reflexiones –informan los obispos al final de su encuentro anual– la pobreza creciente que atormenta a nuestro pueblo, con su cauda de desempleo, de violencia y de inseguridad, de enfermedad y de hambre; lo mismo que fenómenos sociales y políticos, como la corrupción que destroza cualquier esfuerzo por mejorar las cosas en Guatemala, la pobre administración de la justicia, la incomprensible reducción de las partidas presupuestarias dedicadas a la educación y a la salud, lo mismo que a la Corte de Constitucionalidad y a otros organismos de máxima importancia para la vida de los guatemaltecos».

Por otro lado, los obispos expresaron su satisfacción por la noticia de que pronto será abierto el juicio para aclarar el crimen, cometido hace casi tres años, contra monseñor. Juan Gerardi Conedera, obispo auxiliar de Guatemala y presidente de la Oficina de Derechos Humanos de esa arquidiócesis.

«Pedimos a Dios que guíe la mente y el corazón de quienes participan en forma directa en este proceso judicial a fin de que actúen buscando solamente la verdad y logren establecer una justicia pronta y cumplida con verdadera integridad y transparencia¸ auspician los prelados.

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ZENIT Staff

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