Un rabino explica las enseñanzas del beato Escrivá

Intervención de Ángel Kreiman, del Consejo Mundial de las Sinagogas

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ROMA, 13 enero 2002 (ZENIT.org).- ¿Qué tiene que decir un gran rabino sobre Josemaría Escrivá? Esta es la pregunta que se hicieron los participantes en el congreso internacional celebrado en Roma con motivo del centenario del fundador del Opus Dei.

Ángel Kreiman, vicepresidente internacional del Consejo Mundial de las Sinagogas, tomó la palabra en el encuentro, que se celebró del 8 al 12 de enero en Roma, para relacionar el concepto de trabajo en la tradición Talmúdica y en la predicación del beato Escrivá.

Kreiman explicó que un punto central de la religión judía es «que el trabajo no es un castigo, sino un deber del hombre, una bendición de Dios, que le permite gozar del Shabat y ser imagen y semejanza Divina».

Para el Rabino, la misma centralidad del trabajo se encuentra en las enseñanzas del beato Escrivá, «que vio desde los inicios el trabajo como la vocación inicial del hombre y una bendición de Dios».

En opinión de Kreiman, «una de las principales batallas de paz que hay que vencer es encontrar a Dios en la ocupación normal y servir con el trabajo a los demás».

El Rabino comentó que en hebreo «la palabra trabajo se aplica también para el culto religioso, de tal manera, que entendemos la adoración como trabajo santo y al trabajo mismo como santa adoración». Algo similar a lo que sucede en las enseñanzas de Escrivá, «que no se cansaba de repetir la necesidad de convertir cualquier trabajo en oración».

Rabino Jefe de Chile desde 1970 hasta 1990, Ángel Kreiman es miembro del Comité Ejecutivo de la «International Council of Christians and Jews», y desde 1994 preside una fundación educativa para la promoción del diálogo interreligioso y para el estudio conjunto judeo-cristiano.

La fundación tiene el nombre de su mujer, Susy Kreiman, asesinada en el atentado terrorista de julio de 1994 en Buenos Aires, contra la oficina central para el trabajo y el desempleo de la comunidad judía, que ella misma dirigía.

El pasado mes de agosto, Kreiman fue elegido en Alemania miembro del Ejecutivo de la Confraternidad Judeo-Cristiana Internacional, y es el único latinoamericano en este organismo.

El Gran Rabino, que es cooperador del Opus Dei, quiso manifestar su especial afecto por la institución fundada por Josemaría Escrivá diciendo en el Congreso: «personas del Opus Dei me han ayudado, desde los inicios de mis estudios en el seminario, a ir adelante con mi vocación, y así he visto hacerlo con otros rabinos y estoy profundamente agradecido».

En su opinión «son muchos los conceptos del beato Josemaría que evocan la tradición Talmúdica, que muestran su profundo conocimiento judío y su amor apasionado, como él decía, por Jesús y María», pero lo que más acerca indudablemente sus enseñanzas con el Judaísmo religioso «es la vocación de servir a Dios por medio del trabajo creativo y perfeccionar cada día la Obra del Creador a través del perfeccionamiento del hombre en su trabajo».

El Rabino manifestó su especial alegría por el encuentro interreligioso de oración por la paz del próximo 24 de enero en Asís, añadiendo que «todo momento de oración conjunta y de diálogo interreligioso es siempre necesario». Encuentros como éste –añadió– «nos ayudan a recordar frecuentemente que el Padre es común».

Al final de su intervención llamó la atención sobre la necesidad de que cristianos y hebreos «trabajemos juntos en favor de las principales causas de la humanidad: orden social, pobreza y desocupación, droga, hambre, lucha al consumismo vacío de espiritualidad» y deseó que «trabajando juntos y orando cada uno según su tradición lleguemos unidos a la mesa del Padre».

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ZENIT Staff

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