Un Sínodo sobre la Palabra para volver a los manantiales de la fe

Entrevista al presidente de Liturgia de los obispos brasileños, Joviano de Lima Júnior

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RIBEIRÃO PRETO, domingo, 5 octubre 2008 (ZENIT.org).- El Sínodo de la Palabra hará posible «revisar y evaluar el lugar y la importancia que damos a la Palabra en la liturgia y en la vida», afirma el obispo responsable de la liturgia de la Conferencia Episcopal Brasileña (CNBB).

Zenit ha hablado sobre el Sínodo con el arzobispo de Ribeirão Preto, Joviano de Lima Júnior, presidente de la Comisión Episcopal Pastoral para la Liturgia y uno de los miembros brasileños de la asamblea sinodal.

–¿Cómo valora la importancia de un Sínodo sobre la Palabra de Dios?

-Monseñor Joviano de Lima Júnior: La Palabra nos revela el designio salvífico de Dios en favor de la humanidad. Su toma de posición en favor de los humildes, de los débiles y expoliados. Sin la Palabra, la Iglesia no puede realizar su misión. Un sínodo sobre la Palabra nos lleva a las fuentes de la fe. Nos lleva a revisar y evaluar el lugar y la importancia que damos a la Palabra en la liturgia y en la vida. El intercambio de experiencias ayudará a las Iglesias del mundo entero en el anuncio profético de la Palabra.

–¿En el Sínodo de la Palabra se abordarán puntos que inciden en el campo de la liturgia?

-Monseñor Joviano de Lima Júnior: Hay una relación muy estrecha entre Palabra y Liturgia. La Palabra nos convoca y nos une en asamblea. La Iglesia heredó del pueblo bíblico una profunda estima por las Sagradas Escrituras y su uso en el culto a Dios. La palabra se inscribe en la Tradición viva de la Iglesia. La «enseñanza de los apóstoles» primero se oyó en las asambleas litúrgicas de la Iglesia naciente, antes de convertirse en un libro. Poco a poco, los esquemas de oración y las cartas de los apóstoles, leídas en las asambleas litúrgicas fueron formando el Nuevo Testamento.

–¿Qué ejemplos podría comentar?

-Monseñor Joviano de Lima Júnior: No hay celebración litúrgica sin la proclamación de la Palabra en la oración, en el culto y en la vida. Así, la Iglesia se manifiesta al mundo, crece y realiza su misión proclamando la salvación. En la mesa de la Palabra, la comunidad de los discípulos del Evangelio se encuentra con su Señor y Maestro y se hace servidora del Reino del Padre. El Vaticano II posibilitó el amplio uso de la Palabra de Dios en la Liturgia, a través de los Leccionarios.

–¿Qué relación tiene la Palabra de Dios con la formación de los discípulos-misioneros de Cristo?

-Monseñor Joviano de Lima Júnior: El discípulo es un servidor de la Palabra. Su primera actitud es ser obediente a la Palabra. La lectura orante de la Palabra alimenta la vida de fe del discípulo. Y reunido con sus hermanos y hermanas, asume la misión de transformar la sociedad, según los valores del Reino. La Palabra forma la mente y el corazón del discípulo misionero de Jesucristo.

Por Alexandre Ribeiro, traducido del portugués por Nieves San Martín

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ZENIT Staff

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